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Planes del Banco sobre el comercio del carbono fallan en África

16 julio 2007

Al tiempo que el Banco Mundial promueve el floreciente mercado del carbono como "una herramienta para ayudar a los pobres de África", una investigación ha desenterrado una gran incompetencia con el Mecanismo del Desarrollo Limpio (CDM – Clean Development Mechanism). Un informe de Oxfam muestra las serias insuficiencias de las cifras del Banco para la financiación de la adaptación.

El Banco juega un papel clave como corredor de bolsa del CDM, establecido bajo el Protocolo de Kyoto, el cual permite que los países industrializados cumplan con su compromiso de reducción de los gases de invernadero al invertir en proyectos de reducción de emisiones de carbono en los países en desarrollo (ver Boletines 47 y 53). En junio del 2007, The Guardian (periódico inglés), descubrió un documento de la ONU que documenta violaciones de normas y posiblemente fraude de proyectos CDM, al igual que fallas hasta de un 20% de los créditos de carbono ya vendidos, y enorme incompetencia de 3 de las 17 compañías especialistas que validaron y certificaron los proyectos.

La Oficina de Financiación del Carbono del Banco aparentemente continúa ignorante de tales escándalos. En su publicación de mayo de 2007, el ‘Estado y las Tendencias del Mercado del Carbono’, solo se ven alabanzas por el rápido crecimiento y la "relativa estabilidad de los precios" de los proyectos CDM. Solo el 3% de las ventas de permisos certificados de reducción de emisiones de carbono provienen de África, la mayoría corresponden a China e India. El Banco reconoció que al CDM le falta una facilidad a través de la cual los países en desarrollo con "obvias necesidades energéticas puedan ser premiados por el desarrollo limpio." Sin embargo mayoría de las emisiones de los países africanos son demasiado bajas para que califiquen para ganarse créditos por reducciones de carbono.

Oxfam Internacional encontró graves insuficiencias en la metodología del Banco Mundial al estimar los costos de la adaptación al cambio climático por parte de los países en desarrollo. Las cifras de Oxfam están muy por encima de las tan citadas del Banco de $10-40 mil millones anualmente, proyectando por lo menos $50 mil millones y mucho más si las emisiones no son cortadas rápidamente. El Banco solo da cuenta de los costos enfrentados por los ‘macro actores’ (donantes, gobiernos y el sector privado), tales como la integración de la adaptación en la planeación y las políticas, y en la prueba del clima de la nueva estructura. Por lo tanto los estimativos del Banco han fallado al no considerar los costos de protección del clima para la infraestructura existente, ni los costos que enfrentan los ‘actores a nivel de la comunidad.’ Citando estos últimos como los actores más eficaces en el apoyo de la adaptación, Oxfam propugna un abordaje basado en la equidad y la justicia. Por lo tanto se debe proveer una adaptación aparte de la ayuda y éstas dos deben ser definidas separadamente.