Medio ambiente

Comentario

Camisea y el Banco Mundial: Una oportunidad pérdida para mejorar

11 abril 2008 | Guest comment

Hace unas semanas Internacional Finance Corporation IFC del Banco Mundial aprobó un préstamo para el proyecto de exportación de gas de Camisea, denominado Camisea II en el Perú. Pese que el proyecto Camisea ha sido cuestionado en Perú por problemas ambientales, sociales, y ahora económicos, el ICF no dudo mucho en aprobar el préstamo para el consorcio del lote 56, cuyo operador es Hunt Oil (Peru NLG).

En diversas comunicaciones, organizaciones no gubernamentales del Perú señalaron su preocupación al IFC respecto de los riesgos de la aprobación del préstamo para el proyecto de exportación. Se ha señalado que el proyecto de exportación de Perú LNG es parte del gran proyecto nacional de explotación del gas de Camisea, iniciado con el Proyecto Camisea I: utiliza la misma infraestructura (planta en Las Malvinas, ductos en Selva, planta de fraccionamiento en Paracas), exportará en calidad de préstamo gas del Lote 88, los consorcios están constituidos por lo menos por 2 empresas en común (Hunt Oil y Repsol YPF), entre otros. Es decir, las operaciones de los proyectos de Camisea II (Lote 56 operado por Consorcio Perú LNG Hunt Oil) resultan indesligables de Camisea I (Lote 88 operado por Consorcio Pluspetrol), debido a que Camisea II contribuye a los impactos acumulativos del desarrollo de hidrocarburos iniciado por Camisea I en la zona de influencia de ambos proyectos (extracción, transporte y distribución), y por lo tanto debería esperarse que se encaminen las soluciones a los problemas de Camisea I antes de comenzar con Camisea II, ya que un inicio apresurado podría empeorar los problemas e impedir sus soluciones.

En este contexto, no fue suficiente la debida diligencia por parte de la IFC puesto que debió considerar un sistema integral de componentes asociados, requiriendo el cumplimiento completo con todos estándares del ICF tanto para el proyecto Camisea I y Camisea II. La aprobación de esta forma del préstamo significaría un precedente preocupante respeto a la implementación de nuevos estándares de la ICF. Aún se debe conocer como ICF ha aplicado dentro de sus nuevos «Estándares de Manejo», la exigencia de contar con «amplio apoyo de las comunidades afectadas», al Proyecto Camisea II limitado a la temática «transporte – exportación», así como al «upstream» de yacimientos de gas que abastecen el proyecto.

Los vínculos indesligables con el Proyecto Camisea I y sus problemas, debieron ser mejor considerados antes que el ICF aprobará en febrero último un préstamo por 300 millones de dólares para el Proyecto Camisea II. A pesar que se consideraba de suma importancia la promoción de inversiones en nuestro país, por su potencial para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y crear bienestar general de todo el país, incluyendo poblaciones alejadas, no se han dado aún las condiciones para que esto ocurra. Por ejemplo, no se conoce si ICF ha realizado un análisis económico de los costos y beneficios del proyecto para Perú, lo cual es inquietante para un proyecto de tal envergadura y esencial para la seguridad energética de este país. Esto se debe a que, según la opinión del Colegio de Ingenieros del Perú, el proyecto de exportación no proporcionará al Perú mayores ganancias económicas que el uso del gas para el consumo interno del país, sino una ganancia rápida para las empresas que conforman el consorcio de los lotes 88 y 56.

Las deficiencias o problemas que Camisea II se pueden integrar en tres grandes temas:

  1. El Proyecto de Gas de Camisea original era la oportunidad para cambiar la matriz energética dependiente de petróleo importado y a la vez asegurar el abastecimiento energético del Perú en el largo plazo. Sin embargo, en la actualidad las decisiones de exportación o uso del gas están sujetas a intereses corporativos de las empresas del consorcio y no existe una estrategia energética nacional concertada que incluya la visión de los pueblos más afectados por el desarrollo hidrocarburífero. Existe la posibilidad real de que la exportación de gas del proyecto Camisea perjudique el futuro desarrollo del Perú
  2. Falta de capacidad del Estado de asegurar un desarrollo sostenible concertado, en base a los grandes ingresos por concepto de canon, desvirtuando uno de los principales argumentos para convencer a las poblaciones locales de las bondades del Proyecto, ya que el Proyecto no ha repercutido en la mejora de la calidad de vida de las poblaciones locales; y
  3. Falta de capacidad del Estado de supervisar, controlar y sancionar de manera adecuada, proyectos de la escala de Camisea. Esta falta de capacidad es evidenciada por las cinco rupturas y derrames en los primeros dos años de operación cuyas causas pueden resumirse en deficiencias de diseño y ejecución que no fueron detectadas por las instituciones responsables.

La intervención del IFC no ha demostrado claramente cuáles serían los beneficios en cuanto a la mejora en la calidad de vida, a nivel de comunidades nativas y población directamente afectada en las áreas de influencia del proyecto. Insistir en una apresurada puesta en marcha del Proyecto Camisea II sin antes mejorar la capacidad del Estado de mitigar impactos, velar por los derechos de los pueblos indígenas, fiscalizar y sancionar a actores responsables, garantizar un desarrollo sostenible y justo es contribuir a ahondar los problemas de Camisea I.


Por César Gamboa; Derecho, Ambiente y Recursos Naturales; Lima, Peru