Tierra

Noticias

El Banco Mundial y FMI responde a la crisis alimentaria

¿Aprenderá las lecciones?

6 octubre 2008

Por Nuria Molina, Eurodad and Bhumika Muchhala, Bank Information Center

Aunque las condiciones asociadas a los préstamos para la crisis alimentaria y de combustible son un poco más ligeras que de costumbre, el Banco y el Fondo deben convertir la crisis en una oportunidad para aprender que la financiación puede darse sin tener que adicionar la condicionalidad.

En la Cumbre Alimentaria en Roma en junio pasado, los líderes mundiales prometieron "Eliminar el hambre y asegurar alimentos para todos, para hoy y para el mañana". ‘Hoy’ es una fecha límite corta. De acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, se necesitan $755 millones para responder a la crisis alimentaria inmediata. Sin embargo, se necesitarán de $15.000 a $20.000 millones para implementar medidas que resuciten los sectores agrícolas debilitados de los países de bajos ingresos.

El Banco Mundial lanzó un Programa de Respuesta a la Crisis Alimentaria Global (GFRP – global food crisis response programme) en mayo de 2008 (ver Boletín 61), el cual recolectará unos $1.200 millones de los recursos del Banco durante los próximos tres años.

¿Se debilita la condicionalidad?

El GFRP está financiado parcialmente por el fideicomiso recientemente establecido del Banco Mundial en respuesta a la crisis de los precios de alimentos, utilizando una transferencia de los ingresos del Banco (del IBRD), cuyo objetivo es "dar asistencia rápida a los países más pobres, frágiles, y más impactados". Ya se aprobaron préstamos para quince países incluyendo a: Djibouti, Liberia, Haití, Afganistán, Sierra Leona y Níger El resto del programa está financiado con fondos de un fideicomiso multidonante. La gran mayoría de estas operaciones viene en forma de subsidios. Y todavía hay más buenas noticias: en general, las operaciones aprobadas tienden a tener un marco de condicionalidad mucho más liviano.

Una nueva operación de política para el desarrollo, el formulario estándar para préstamos del Banco para Djibouti, fue aprobado en mayo de 2008 y contiene sólo dos condiciones políticas que piden la eliminación de los impuestos sobre los artículos alimentarios básicos, y un plan de acción para dirigir el apoyo directo a los hogares pobres, ninguna de las cuales es particularmente controversial. Las matrices políticas para las nuevas operaciones en Sierra Leona o Burundi son muy parecidas. En los casos donde el Banco está desembolsando para préstamos existentes, tales como en Honduras, Liberia o Madagascar, tampoco se añadieron condiciones. Sin embargo, las condiciones de los préstamos existentes deben cumplirse y no hay exenciones aunque hayan cambiado las circunstancias. Las nuevas operaciones se darán en paralelo con los préstamos recientes, los cuales pueden tener condiciones que pueden ser sensibles. En Burundi, por ejemplo, un préstamo de abril de 2008, requirió la privatización y liberalización del sector del café, una condición que todavía tendrá que cumplirse sin importar la crisis.

La mayoría de las operaciones aprobadas son préstamos de inversiones, convenidos en términos de subvenciones. Estos préstamos están destinados a propósitos específicos, tales como la compra de insumos agrícolas indispensables (semillas, fertilizantes); redes de seguridad para la financiación (alimentación escolar, o programas de transferencia de dinero en efectivo); o para compensar los ingresos perdidos al reducir los impuestos o las tarifas de importación. Estas operaciones no tienen condicionalidad anexa, pero incluyen directrices exhaustivas relacionadas con las compras (de artículos y mercancías), y con frecuencia sugieren cambios en la política gubernamental.

Los marcos de condicionalidad más ligeros se deben a la situación de emergencia y no a un cambio en el control institucional sobre los países pobres. Los préstamos de inversión no aumentan necesariamente el espacio político disponible para los países beneficiarios. La pregunta continúa de si los países van a tener la libertad para determinar sus propios modelos agrícolas (ver Boletín 58), para poder asegurar su soberanía alimentaria.

Recetas tradicionales del FMI

Desde abril de 2008, el FMI ha estado advirtiendo que las ganancias logradas por los países en desarrollo durante la última década podrían ser "totalmente destruidas" por la crisis alimentaria. Sin embargo en la Cumbre G8 en Japón, la cabeza del FMI, Dominique Strauss-Kahn, convenció a los líderes de que la "inflación debería ser la principal preocupación de los que formulan las políticas, quienes enfrentan el alza en los alimentos y el combustible", en vez de la seguridad alimentaria o de resolver las necesidades inmediatas con el gasto público.

La asesoría del FMI en su documento de finales de junio de 2008 sobre la crisis alimentaria y del combustible, es claramente una receta con sabor de mercado libre para las políticas fiscales, monetarias y comerciales. De acuerdo con el FMI, el paso del aumento del precio de los alimentos y el combustible a precios más altos en los mercados domésticos "en últimas era inevitable". Los economistas del Fondo repetidamente hacen hincapié en la importancia de espaciar los subsidios, reducir los impuestos y alinear el aumento de los salarios del sector público con los del sector privado. Reconociendo que semejantes medidas intensificarían las cargas económicas de las personas más pobres, el FMI propugna por las redes sociales de seguridad para proteger a los más vulnerables.

La asesoría de la política monetaria del FMI para los países de más bajos ingresos afirma que "la credibilidad política" todavía debe ser establecida y que la meta inflacionaria todavía está por formarse, y que además vale la pena asumir el riesgo de perder crecimiento y estabilidad al elevar la tasa de interés. Afirma que el costo de "reducir la credibilidad si se pierden los objetivos inflacionarios" puede ser aún más elevado que el de la pérdida económica.

Mientras algunos anticiparon "una avalancha de nuevos negocios", hasta el momento el FMI sólo ha aumentado los préstamos a los clientes existentes. Los préstamos para los países de bajos ingresos a través de la Facilidad de Crecimiento y Reducción de la Pobreza (PRGF – Poverty Reduction and Growth Facility), aumentaron para 12 países. Se suavizó la condicionalidad del déficit fiscal para permitir el gasto público en alimentos (condicionalidad que ha sido largamente criticada por restringir el gasto público necesario para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio al limitar las inversiones a largo plazo en la salud y la educación). Sin embargo, es poco probable que esta flexibilidad temporal sea un cambio a largo plazo de la condicionalidad macroeconómica del FMI.

La revisión prometida de la Facilidad para los Choques Exógenos (ESF – Exogenous Shocks Facility), programada para junio de 2008 (ver Boletín 61), ha tomado meses materializándose. La ESF, que supuestamente debe dar apoyo rápido y accesibilidad durante los choques externos no ha sido utilizada desde su inicio en el 2005, a pesar de todas las crisis de este año. La discusión sobre la ESF por parte de la Junta ejecutiva fue demorada hasta finales de agosto de 2008, y luego para mediados de septiembre en medio de la hostilidad de la Junta.

Bajo la revisión convenida, la primera cuarta parte de los fondos de la ESF tendrían poca o ninguna condicionalidad, pero lo que estuviera encima de esa línea llevaría una condicionalidad y un programa de negociaciones parecidos al del PRGF. Se supone que la condicionalidad esté limitada a sólo dirigir los precios o el choque económico que está enfrentando el país, y no debe extenderse a las otras áreas de la economía. De acuerdo con el Director General de un país en desarrollo, las modalidades de la ESF "no respetan la urgencia de la crisis de mercancías. cuando siguen al PRFG".

Las ONGs de los países desarrollados y en desarrollo escribieron una carta a la Junta exigiendo que la condicionalidad política fuera eliminada de la ESF; que las cantidades de acceso fueran decididas por las autoridades del país; y que la concesionalidad fuera aumentada. La carta también mencionó la falta de transparencia y de oportunidades para contribuir a la revisión por parte de los actores externos.

¿Aprendiendo de los errores pasados?

Si las IFIs quieren publicitar su financiación de emergencia como una cura rápida para esta crisis, ellas necesitan primero dar una clara indicación de que reconocen su rol pasado apoyando la importación de la liberalización de alimentos y combustible, además de reducir su inversión en los sectores agrícolas de no exportación en los países en desarrollo. Estas son las principales críticas del análisis de las ONGs sobre la crisis alimentaria. Entre otros, las siguientes organizaciones han hecho publicaciones al respecto: Third World Network (Red del Tercer Mundo), Focus on the Global South (Enfoque en el Sur Global), ActionAid, FoodFirst Information y Action Network (Información sobre Alimentos Primero y Red de Acción).

Tanto el Fondo como el Banco Mundial necesitan asegurar a sus críticos que su nueva financiación para el desarrollo no contribuirá (como lo hizo en el pasado) a socavar la seguridad alimentaria y las sostenibilidad agrícola en los países de bajos ingresos. Todavía es muy temprano para evaluar la efectividad y el impacto de las operaciones del Banco Mundial y del FMI, y también ver si las IFIs aprendieron las lecciones de sus pasados errores.