Gobernanza de las IFI

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Las IFIs: poderosas entidades, poca rendición de cuentas

23 abril 2009

Los esfuerzos por reformar las estructuras de gobernabilidad del FMI y el Banco Mundial podrían finalmente llegar a un punto decisivo, pero podrían no ser suficientes.

El comité de personalidades eminentes sobre la reforma de la gobernabilidad del FMI (ver Boletín 62) presentó su informe a fines del mes de marzo. El comité, presidido por el ministro sudafricano Trevor Manuel, fue conformado para examinar las recomendaciones realizadas por la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) del FMI en su informe sobre la gobernabilidad corporativa del Fondo en diciembre de 2007 (ver Boletín 59).

Al tiempo que concuerda con la mayoría de las recomendaciones de la OEI, el comité Manuel omitió en particular manifestarse acerca de la transparencia y rendición de cuentas en lo referente a la gobernabilidad del Fondo. En su lugar, se concentró en la legitimidad y eficiencia de la estructura de dicha institución. Respaldó la activación del Consejo del FMI y la elevación de categoría del Directorio de la institución, que pasaría de cumplir una función cotidiana de toma de decisiones a un rol más estratégico. El comité sostuvo que todas sus recomendaciones «deberían acordarse como un único paquete» de reformas.

El comité recomendó que el Consejo del FMI, un organismo de ministros que contará con autoridad legal para tomar decisiones en el Fondo, cuente con solo 20 asientos comparado con los 24 asientos que tiene el directorio hoy en día, y que los mismos se distribuyan de forma más justa entre los países desarrollados y en desarrollo. En el comunicado del G20 se hizo referencia oblicua a esta recomendación para activar el Consejo (ver Boletín 65). Sin embargo, sin un paquete único de reformas para modificar también la distribución de los asientos en el directorio, 12 de los 20 asientos en el Consejo corresponderían probablemente a los países desarrollados, con lo cual se empeoraría la representación de los países en desarrollo en la institución.

El comité también respaldó una revisión acelerada de las cuotas en el FMI, solicitando que la misma se completara para las reuniones de primavera del Fondo en abril de 2010. Este plazo de un año también fue exigido por las ONG y sindicatos del Reino Unido en su declaración al gobierno británico previo a la reunión del G20. La ambición, no obstante, parece no estar. Los ministros de finanzas del G20 instaron a finalizar la próxima revisión para enero de 2011. Una fuente interna del FMI indicó que alcanzar un acuerdo incluso para esa fecha podría ser difícil ya que los países europeos, los probables perdedores en una revisión de cuotas, se mostraban reacios a acelerar el cronograma existente para completar la revisión para el año 2013.

El comité avaló los a menudo repetidos, pero aún no comprobados compromisos con un proceso basado en los méritos para la selección del liderazgo. También argumentó a favor de la toma de decisiones por mayoría doble (ver Boletín 55) y una reducción de los umbrales de votación del 85 al 70-75 por ciento, lo cual eliminaría el veto de los Estados Unidos; una seria prueba al compromiso manifestado por el nuevo gobierno de EE.UU. con un multilateralismo renovado.

Otra vez el mandato referido a la cuenta de capital

Al tiempo que el comité pasó por alto el tema de la transparencia, se metió en un área que estaba explícitamente fuera de su mandato: los roles del FMI.

La recomendación más sorprendente fue enterrada en una caja y solo se mencionó brevemente en el resumen ejecutivo: «la cuenta de capital estaría incluida dentro del mandato». Esto reaviva el fuerte debate que surgió a fines de los ’90 acerca de si uno de los objetivos del FMI debería ser la liberalización universal de la cuenta de capital. El comité fue cuidadoso al decir que «el objetivo nunca fue el de defender la liberalización de los movimientos de capital per se, sino más bien que los países evaluaran adecuadamente los riesgos macroeconómicos y financieros a nivel nacional previo a la liberalización».

Este es un territorio peligroso ya que los críticos están preocupados acerca de la inclinación del FMI hacia la liberalización. Yilmaz Akyüz, ex economista jefe de la UNCTAD comentó para la Red del Tercer Mundo que «los países en desarrollo deberían ser extremadamente cuidadosos al aceptar obligaciones multilaterales con respecto a la cuenta de capital, ya sea implícita o explícitamente, o un mandato más amplio para el FMI, a menos que este reconozca sin ambigüedad alguna sus derechos a imponer restricciones unilaterales sobre los flujos de entrada y salida de capital, y a protegerse contra los litigios presentados por inversores y acreedores internacionales».

Reforma de la gobernabilidad del Banco

El llamado del G20 a completar la reforma de gobernabilidad del Banco Mundial para las reuniones de primavera de 2010 inyecta cierta urgencia a un proceso de reforma al que se había fijado una fecha de finalización para el año 2011 (ver Boletín 63). El comunicado del G20 exhorta a una expansión del alcance de la reforma para que la misma incluya tanto mandatos como gobernabilidad.

Las reformas nada polémicas que se acordaron en otoño, incluyendo un asiento adicional en el directorio para África, fueron aprobadas por el directorio del Banco en febrero y deberían ser ratificadas por los países miembros durante las próximas reuniones de primavera a celebrarse a fin de mes.

Los temas polémicos continúan sin resolverse, en particular la exigencia del Grupo de los 24 países en desarrollo para que exista una paridad de voto entre los países prestamistas y los prestatarios, una demanda respaldada por más de 80 ONG y numerosas figuras influyentes (ver Boletín 62). Europa, que controla más del 30 por ciento de los votos, es probable que continúe siendo el principal bloqueador del cambio, oponiéndose como hasta ahora a dicha paridad.

Estas cuestiones constituirán el foco de atención de una comisión de alto nivel en materia de gobernabilidad del Banco, presidida por el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo, la cual anunció a sus miembros en marzo. Entre los 12 miembros se encuentran Pascal Lamy, de la Organización Mundial de Comercio, y ministros del Reino Unido y Alemania. El ex presidente de Ghana, John Kufuor, es el único representante africano. La comisión habrá de presentar un informe en octubre.

Kofi Annan, ex Secretario General de la ONU, destacó el problema central en una conferencia en Tanzania en el mes de marzo: «Es la legitimidad política de las instituciones financieras internacionales lo que se encuentra en juego». Todavía no queda claro si las reformas de ambas instituciones serán suficientes o no para restaurar su empañada legitimidad.