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¿La Naturaleza en el mercado?

El Banco Mundial en Río+20

18 abril 2012

El Banco que presentará nuevas iniciativas sobre los océanos y la valoración de los servicios del ecosistema en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, ó Río+20, Brasil, a finales de junio de 2012, es objeto de críticas de grupos de la sociedad civil por su enfoque de "crecimiento verde".

La "economía verde" es uno de los principales temas de la conferencia. El término a menudo es utilizado como sinónimo de "crecimiento verde’, una de las prioridades este año del G20 en México. El Banco ha incrementado sus investigaciones sobre crecimiento verde, y está por publicar su informe bandera sobre el tema antes de la conferencia. La presentación del Banco para Río+20 define el crecimiento verde como "resistente al clima, inteligente con el agua, ahorrativo con la tierra, energéticamente eficiente, y dependiente de diversas fuentes de energía". Incluye además "factores de consideración ambiental en las políticas gubernamentales y en las decisiones empresariales, poniendo la gestión de los recursos naturales sostenibles en el centro del desarrollo y del crecimiento futuros, en forma tal que los beneficios fluyen hacia la gente". El Banco también enfatiza que los países necesitan crear una estructura de regulaciones climáticas e incentivos para estimular la innovación del sector privado en las inversiones ecológicas y aprovechar las inversiones procedentes de los mercados financieros. El Banco también ha continuado abogando por un aumento de las asociaciones público-privadas.

Este enfoque de crecimiento verde ha suscitado críticas por parte de muchas organizaciones de justicia ambiental. Según Teresa Pérez, de la ONG uruguaya el Movimiento Mundial de los Bosques: "El Banco Mundial a través de sus políticas ha promovido un considerable deterioro medioambiental a nombre de los negocios, sin embargo, ahora se está posicionando como líder del crecimiento verde. No es de extrañar, por lo tanto, que la economía verde –en este momento- no es otra cosa que la posibilidad de nuevos mercados y oportunidades de negocio para seguir ampliando sus actividades destructivas, como la minería y las plantaciones industriales de árboles, mientras predica la "compensación" de estas actividades a través de la "conservación", al tiempo que convierte los ecosistemas ricos en materias primas. Está claro que tanto las actividades destructivas como las nuevas actividades de preservación sólo llevan al despojo de los territorios de las comunidades locales".

WAVES

El Banco está organizando un evento en Río de Janeiro para demostrar su programa Contabilidad de la Riqueza y Valoración de Servicios para el Ecosistema (WAVES – Wealth Accounting and Valuation of Ecosystem Services), cuando estará proponiendo un programa de acción internacional para la contabilidad del ecosistema (ver Boletín 73). WAVES es una alianza encabezada por el Banco Mundial que incluye al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), a los gobiernos de los países desarrollados y a grandes ONGs conservacionistas. Su objetivo es desarrollar un método de contabilización que incluya el valor económico de los recursos naturales y los servicios de los ecosistemas en las cuentas nacionales de los países. La premisa es que las actuales mediciones de rendimiento económico, tales como el PIB, sólo representan el aumento de los ingresos procedentes de las actividades perjudiciales para el medio ambiente, y no tienen en cuenta los efectos económicos de la pérdida de los recursos naturales, o de los servicios de los ecosistemas, tales como el abastecimiento de agua dulce o el ecoturismo.

El Banco convocó a un comité de expertos técnicos para elaborar la metodología con objetivos a largo plazo, con el objeto de proporcionar herramientas a los ministerios de hacienda para el uso de la contabilización de los ecosistemas, en el análisis de las políticas y la planificación del desarrollo. El mandato del comité también incluye una evaluación para ver si las metodologías formuladas pueden ser utilizadas para los mecanismos del mercado, tales como los planes de compensación de la biodiversidad.

Los críticos temen que las metodologías que ponen precio a los servicios de los ecosistemas puedan también ser utilizadas para crear mercados de "capital natural", y al hacerlo, crear nuevos riesgos sociales, ambientales y económicos. Antonio Tricario de la ONG italiana Campagna per la Riforma Della Banca Mondiale observa: "El Banco Mundial siempre es muy bueno anticipándose a los gobiernos en la promoción de nuevos mecanismos piloto basados en el mercado para abordar los problemas ambientales. Eso fue lo que ocurrió antes de que el Protocolo de Kyoto fuera firmado y desde entonces estamos viendo los ineficaces y nocivos mercados de carbono. Ahora el Banco está sentando las bases para la mercantilización y la financialización de los servicios de los ecosistemas. Esto no ayudará al medio ambiente o a las personas pobres y los gobiernos no deberían permitir que continúe."

¿Salvando a nuestros mares?

En febrero de 2012, el Banco lanzó una iniciativa encaminada a proteger los océanos del planeta. La Asociación Mundial de los Océanos está encabezada por el Banco Mundial e incluye al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), así como a los gobiernos de los pequeños estados insulares, las principales ONGs dedicadas a la conservación y empresas interesadas. Se espera que los participantes coordinen y promuevan nuevos enfoques ante la pesca excesiva, la destrucción del hábitat de los océanos, los medios de subsistencia y los servicios de ecosistemas. El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, dijo que espera agrupar las inversiones para alcanzar la cifra de US$1,2 mil millones durante los próximos cinco años. El Banco realizará un evento en Rio+20 donde dará publicidad a la Asociación Mundial de los Océanos y publicará un informe sobre los océanos.

La creación de coaliciones de alto perfil para abordar las cuestiones de los bienes públicos mundiales ha sido un tema central durante el período de gobierno de Zoellick como presidente, pero Sylvia Earle, oceanógrafa de la institución científica sin fines de lucro, la Sociedad Geográfica Nacional (National Geographic Society), advierte sobre los peligros de este tipo de enfoque. "Que el Banco Mundial admita que los océanos se encuentran en peligro es alentador. Sin embargo, tenemos que recordar que el Banco es responsable de noticias tanto buenas como malas, ya que es responsable por algunos de los más notorios desaciertos de todos los tiempos, con sus inversiones en represas y en catastróficos proyectos en la agricultura y la acuicultura".