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Incendiario y bombero al mismo tiempo: el Banco Mundial y las matrículas escolares

Comment by Katarina Tomasevski

16 February 2006

—————————- Comentario —————————————————————- De Katarina Tomasevski Profesora Visitante, Facultad de Derecho, Universidad de Pekín ——————————————————————————————————–

Estuve dándome empujones con familias de Kenia en el centro de ítiles escolares de Sarit en agosto de 2005. Los libros escolares bellos y caros me hicieron encoger interiormente al calcular lo poco que podían pagar las familias. Mi propósito era ver qué tanto el subsidio gubernamental de 480 shillings (unos $4) alcanzaba para dar a los escolares libros gratis. La mayoría de las familias terminó con una cuenta de cobro diez veces más alta. Eso me recordó los brillantes lineamientos del Banco Mundial que prometían “tratar de asegurarse de que ningún alumno fuera excluido de la escuela por no poder comprar libros.- Ciertamente éste no se aseguró de que los libros pudieran comprarse, y si trató o no, es una pregunta que debe hacerse.

¿Por qué? Porque se supone que los niños y niñas de Kenya estaban gozando de escuela gratis después de que las odiadas matrículas fueron abolidas en 2003. El Banco Mundial prometió el apoyo. El modelo ha sido, como en otros países pobres muy endeudados, el evitar averiguar cuánto cuesta en verdad ir a la escuela para multiplicar costos por el número de niños y niñas por familia. En vez de esto, se ha establecido una subvención a un nivel más bajo que el costo de la educación. Esto hace aparecer barata la escolaridad. Sin embargo, la escuela no es gratis en Kenya, o en Tanzania, o en Uganda, donde los gastos de ir a la escuela son frecuentemente presentados como si la escuela fuera gratis.

Se suponía que estos ejemplos actuaran como avisos para que el Banco Mundial se transformara de incendiario en bombero en relación con las matrículas escolares. En Malawi fue donde más se conoció esta transformación. En 1984, las matrículas escolares se impusieron basándose en la suposición del Banco Mundial de que al hacer que la gente pagara por la educación, esto aumentaría su calidad y por lo tanto el número de alumnos. Esa suposición fue falsa y el número de alumnos cayó aparatosamente. El Banco Mundial estuvo ahí de nuevo en 1994 cuando el nuevo gobierno abolió las matrículas escolares. Sin embargo, al Banco Mundial no se le pidieron cuentas ni fue forzado a compensar a Malawi por la ruina de su sistema educativo por haberle dado asesoría equivocada. Sin embargo el gobierno no estaba contento: “la declaración en 1994 de que la educación primaria era gratis socavó el compromiso popular ya que los padres creyeron y esperaban que ahora el gobierno se haría cargo del costo de la educación primaria.” La mayoría de las personas estaría de acuerdo en que eso es precisamente lo que significa una educación primaria gratis, y en lo que debería suceder para permitir que los niños y niñas pobres pudieran ir a la escuela. El Banco Mundial opina diferente.

Dos meses después, yo examiné la contribución del Banco Mundial al Informe del Monitoreo Global de la Educación Para Todos de 2005, para ver cuáles eran sus puntos de vista. En la tabla 3.4 decía que las matrículas todavía existen en muchos países. Kenya está listada como que cobrando matrículas tanto legales como ilegales. Si está desconcertado, y lee la letra pequeña debajo de la tabla verá que dice que el criterio es de “política y práctica”, lo que sea que eso significa. No es difioacute;cil averiguar si la educación primaria debería ser gratis en un país o no. La constitución del país y la ley deben guiar la “política y la práctica.” La letra pequeña debajo de la tabla dice que “los datos fueron recogidos informalmente por equipos de trabajo del Banco Mundial.” Ellos obviamente no se pusieron de acuerdo internamente porque Tanzania está listado como un país que no cobra ninguna matrícula y al mismo tiempo como uno que cobra matrículas legales. Ese es el mismo caso de Costa Rica. El documento encargado, el cual debía haber dado pistas sobre lo que significa educación ‘con matrícula’ [for-fee] (opuesto a educación gratis [free]) no clarifica este punto. Solo lista cinco tipos de matrículas de más de una docena que fueron impuestas. Es posible que los equipos de trabajo del Banco Mundial no sepan que los padres de los niños y niñas de escuela puedan verse forzados a pagar por el transporte escolar, o las comidas escolares, o por los servicios médicos suministrados en la escuela, sin mencionar el costo de los libros. O, tal vez no quieran saberlo porque eso permite al Banco Mundial hacer un círculo del cuadrado. Así puede decir públicamente que no promueve las matrículas de escuela y define las matrículas solo como aquellos costos que no promueve, al menos no por el momento. ¿Y al final qué? Se debería llevar a cabo una verdadera investigación en vez de preguntarle a los grupos de trabajo del Banco Mundial. A quienes ya se les conoce como: “bomberos e incendiarios- al mismo tiempo.

Katarina Tomasevski es una Profesora Visitante en la Facultad de Derecho de la Universidad de Pekín. Ella fue la reportera especial de la ONU sobre el derecho a la educación, 1998-2004, y es fundadora de http://www.right-to-education.org El Derecho a la Educación.