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El papel de vigilancia del FMI: ¿Fundamentalmente torcido?

26 octubre 2007

Poco después de que los miembros del FMI convinieron un marco de trabajo bilateral de vigilancia para las tasas de cambio en junio de 2007, Úste fue socavado por Estados Unidos y criticado por la sociedad civil. Ahora Estados Unidos quiere que el Fondo empiece a regular los fondos soberanos de la riqueza.

Después de la reforma del marco de vigilancia (ver Boletín 56) el banco central chino hizo furiosas declaraciones rechazando la interferencia del Fondo en la política económica china. Pero los primeros golpes cayeron en Estados Unidos cuando el informe anual económico de la economía estadounidense publicado en agosto de 2007 declaró que el dólar estaba sobrevaluado. El informe copió el lenguaje de la decisión de vigilancia el cual dice que «la desalineación de la tasa fundamental de cambio» produciría una revisión detallada del FMI.

Al día siguiente de la declaración, un funcionario de la Tesorería de Estados Unidos al dar testimonio ante el Congreso estadounidense rechazó la idea de determinar la exacta tasa de cambio para una divisa. El funcionario, Mark Sobel, arguyó en contra de la propuesta legislación de Estados Unidos que castigaría a China por su divisa ‘subestimada’: «Al tiempo que los modelos de la tasa de cambio dan valiosas comprensiones, no existe un método fiable y preciso para estimar el valor de la tasa real de cambio de una divisa y economía extranjeras, o de medir en forma correcta la subestimación de esa divisa.»

La Tesorería de Estados Unidos le cortó las piernas al FMI incluso antes de que empezara la carrera.

Michael Mussa, Economista jefe del Fondo de 1991 a 2001, y ahora miembro de un grupo de pensadores con sede en Washington, The Peterson Institute, consideró que era poco sabio de Estados Unidos el arrojar dudas sobre las valuaciones de divisas: «La Tesorería de Estados Unidos le cortó las piernas al FMI incluso antes de que empezara la carrera. Eso fue algo necio e innecesario, pues pudieron haberse quedado callados.»

Aldo Caliari de la ONG de Washington, Center of Concern, piensa que el nuevo marco de trabajo interferirá en el espacio de la política de los países en desarrollo porque «reduce el espacio político necesario para que los países en desarrollo puedan crecer exitosamente utilizando un modelo orientado por el comercio y la exportación.»

Al mismo tiempo, Jan Kregel, Profesor de Finanzas en Levy Economics Institute of Bard College, también criticó el nuevo marco por estar en línea con los intereses de los financieros del sector privado: «Las nuevas formas de vigilancia son solo otro paso en el camino, donde el FMI ya no será una institución de prÚstamos sino una que vigila la aplicación de políticas que satisfagan los requerimientos de los prestamistas privados internacionales, en vez de los intereses nacionales.»

Aun así, los Estados Unidos proponen otra nueva expansión de la misión del FMI: La regulación de los fondos soberanos de la riqueza. Estos fondos son vehículos de inversión establecidos por los países con grandes reservas de divisas extranjeras tales como los exportadores de petróleo y más recientemente China. Los Estados Unidos y los países europeos se preocupan de que con tales fondos se puedan adquirir activos estratÚgicamente importantes en los países industrializados, tales como los puertos o las compañías de servicios, y que se pueda actuar por motivos geopolíticos más bien que económicos.

El funcionario de la Tesorería de Estados Unidos, Clay Lowry, propuso en una conferencia en junio de 2007: «Creo que el FMI y el Banco Mundial podrían dar un paso muy útil desarrollando la buena práctica para los fondos soberanos de la riqueza, tal vez a través de una fuerza de trabajo conjunta.» Lowry enfatizó los riesgos que representan estos fondos para la estabilidad del mercado financiero, diciendo que la solución es una mayor transparencia y más claras directrices de manejo.

En contraste, el Economista jefe del FMI, Simon Johnson rechazó la necesidad de una acción rápida. «¿Qué deberá hacer el FMI ante esta situación? Ciertamente no hay necesidad de acciones dramáticas. Por un lado, la situación trata asuntos sensibles de la soberanía nacional. Por el otro, al nivel actual los fondos soberanos de la riqueza no son un asunto apremiante.»