A pesar de que ésta fue la crítica reflexiva más amplia del FMI y del análisis de su papel en años (ver Boletines 48 y 50), el reporte del Director General sobre la revisión estratégica del FMI publicado en las reuniones de la primavera se quedó corto en propuestas específicas para la implementación de la reforma y le faltó compromiso con la mejora del funcionamiento democrático, y con el fortalecimiento de la vigilancia de los grandes países industrializados.
Académicos a través del espectro político han reconocido que el FMI se arriesga a perder lo poco que le queda de credibilidad, si no revoluciona sus formas de trabajo. Ngaire Woods de la Universidad de Oxford, afirma persuasivamente en un nuevo libro, Los Globalizadores (The Globalizers), que el FMI debe escuchar y satisfacer las necesidades de sus prestatarios, crear un verdadero sentido de pertenencia enriqueciendo los debates políticos en los países, e involucrarlos en la toma de decisiones.
La única nueva propuesta del reporte del FMI, fue la introducción de consultas multilaterales para complementar el enfoque simple de país en su actual monitoreo económico. El FMI, según sea necesario, organiza reuniones de los países miembros importantes para conjuntamente ayudarlos a resolver los desequilibrios globales macroeconómicos. El Director General Diputado, Agustín Carstens, dijo: El Fondo está mucho mejor situado que cualquier otro foro para ser un catalizador del debate multilateral y de la acción.»
El Comité Monetario y de Finanzas Internacional (IMFC, sigla en inglés), el más importante grupo de dirección del FMI, dio la bienvenida a esta iniciativa, mientras que el comunicado de los G24 en la primavera, solo «urge al FMI a que haga más para identificar y promover respuestas efectivas a los riesgos de la estabilidad económica global, incluyendo desequilibrios globales, desalineamiento de las monedas y disturbios de los mercados financieros.» Yilmaz Akyüz, antiguo jefe senior de personal de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de la ONU, comentó que las consultas eran solo un nuevo método que el FMI utilizaba para conseguir su mandato original, el de proveer vigilancia para la economía global, pero que tenía dudas sobre su eficacia dado el fracaso de los pasados esfuerzos multilaterales.
Algunos se preocupan de que las consultas multilaterales sean utilizadas por los países poderosos para extraer políticas económicas favorables de los países más pequeños. Jubilee Research (ONG británica) publicó una declaración diciendo: «La jugada ha sido explícitamente diseñada para ampliar el alcance e influencia del FMI, y para rectificar el desequilibrio comercial cada vez más amplio entre los Estados Unidos y las economías asiáticas.» Rede Brasil, una red de organizaciones brasileñas sin ánimo de lucro enfocada hacia las instituciones financieras internacionales, ha pedido a su gobierno «que realice esfuerzos diplomáticos para públicamente rehusar la propuesta actual sobre el fortalecimiento del FMI, mediante la cual se intenta transformar la institución en una policía financiera global al servicio de los estados más poderosos.»
La primera prueba de este nuevo procedimiento ya comenzó a mediados de mayo de 2006, como una forma de deprimir el valor del dólar para que el Fondo tomara acción. El 4 de junio, el FMI anunció oficialmente su primera consulta multilateral que incluirá a los Estados Unidos, China, Japón, la zona del euro y Arabia Saudita. Algunos interpretan esto como una rendición del FMI ante las demandas de Estados Unidos para que el Fondo controle a China, después de que ésta no aceptó que el yuan se valorizara en contra del dólar. Akyüz duda de la eficacia del proceso: «Efectivamente esto es los G7 más China. ¿Funcionará esta vez? ¿Se dejará persuadir China de alterar su régimen monetario mientras que la administración Bush no organiza su casa fiscal? No lo creo.»
Jugando a gobernar
Ariel Buira y Martin Abeles, en un documento de los G24, argumentan que el FMI es la institución adecuada para enfrentar los desequilibrios globales, pero para tener éxito «se requiere que el Fondo no sea visto como manejado de acuerdo con los intereses de sus accionistas mayores. En verdad la situación necesita de una estructura de gobierno que sea representativa de su membresía.» Sin embargo se habla de la reforma de gobierno como de un proceso en dos fases, en el cual los aumentos ad hoc de la cuota de unos pocos miembros serán considerados primero, con propuestas de una segunda fase con fecha incierta, para solucionar la falta de voz democrática de los países en desarrollo más pequeños.
La única reforma probable este año será el aumento de las cuotas de cuatro a siete de las economías emergentes. Los beneficiarios con las cuotas más desalineadas son China, Corea, Turquía y México. Pero una reforma ampliada también podría dar aumentos para Singapur, Malasia y Tailandia. William Easterly, Co-Director del Instituto de Investigación para el Desarrollo (Development Research Institute) de la Universidad de Nueva York, dijo que las reformas incrementales de gobierno que están siendo consideradas, no producirían un cambio práctico del Fondo. «No puedo imaginarme que en el futuro cercano el liderazgo del FMI cambie realmente de su centro en los Estados Unidos y Europa. Todavía siguen siendo los estadounidenses y los europeos quienes tienen más dinero en el bolsillo.»
La preferencia del FMI por los aumentos ad hoc de las cuotas ignoró las propuestas de los G24 para una reforma fundamental de la fórmula de la cuota, donde se tendría en cuenta la vulnerabilidad a los choques económicos y que la medida del tamaño económico se hiciera utilizando la paridad de poder adquisitivo. Tampoco ha habido cambios en la demanda para aumentar el número de votos básicos que cada país miembro recibe, para realzar así la voz de los países con bajos ingresos.
Edwin Truman, del Instituto para Economía Internacional, criticó todo el acercamiento diciendo: «Respecto al gobierno, el Director General ha sido demasiado tímido en su propuesta de un proceso de dos fases para la redistribución de la cuota de las acciones, y hasta el momento no ha dicho una palabra sobre el asunto de la representación en la Junta Ejecutiva. Un compromiso abierto para hacer algo indefinido en una etapa posterior no restaurará la legitimidad del FMI.»