El nuevo Presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció en enero del 2007 que hará abonos tempranos de la deuda de su país de $33 millones al FMI. Esta decisión llegó después de meses de especulación sobre si Correa iba a declarar una moratoria de la deuda, incluyendo la deuda al FMI. Correa recurrió a la Argentina en vez de hacerlo al FMI, buscando asesoría sobre la renegociación de los términos de su deuda externa con prestamistas privados, para lo cual invitó a un equipo argentino a Quito buscando asistencia técnica.
A pesar de la declaración del FMI en noviembre del 2007, de que las Filipinas no estarían pagando su deuda temprano, a finales del año el Gobernador del Banco Central anunció el pago adelantado de $220 millones que debían ser pagados en abril del 2007.