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Expertos piden el fin del PRGF

18 abril 2007

El Comité Malan, un comité externo encontró que la colaboración entre el Banco Mundial y el FMI era altamente defectuosa y recomendó que el FMI se retirara de la financiación del desarrollo. Sumado a un informe externo anterior sobre las finanzas del FMI, este informe no aprueba la estrategia a mediano plazo del Fondo.

El Comité Malan, (nombrado por su Presidente Pedro Malan, banquero brasilero y antiguo Ministro de Finanzas), fue reunido en marzo del 2006 por el Presidente del Banco, Paul Wolfowitz y por el Director de Gerencia, Rodrigo de Rato (ver Boletín 51). A pesar de la preocupación con que fue recibido, ya que sus miembros tenían vínculos históricos con las Instituciones de Bretton Woods, el informe del Comité Malan de fines de febrero del 2007, criticó severamente la forma como el Banco Mundial y el FMI trabajan juntos y además formuló preguntas críticas sobre el rol que tiene el Fondo en los países de bajos ingresos.

La declaración más controversial del informe desafía el PRGF del FMI (Documento para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza – Poverty Reduction and Growth Facility), un instrumento para procesar la concesión de préstamos para los países de bajos ingresos. El Comité dice que el FMI “ha excedido sus responsabilidades centrales”. Aunque sin apoyar el concepto de una división estricta de responsabilidades, y tampoco una división basada en los niveles de ingreso de los países, el Comité  piensa que “el criterio de la financiación del FMI en países de bajos ingresos basado en el concepto de la necesidad  de un prolongado equilibro de pagos es tan impreciso, que es muy difícil distinguirlo de la financiación del desarrollo en la práctica.” 

Dado que los desembolsos para los PRGF ya han comenzado a disminuir, “el Comité recomienda que el FMI empiece a retirarse de la financiación a largo plazo de las operaciones en los países de bajos ingresos.” De Rato, campeón de la estrategia a mediano plazo del Fondo, ha pedido que éste se involucre más en los países de bajos ingresos.

El Informe del Comité Malan también señala que “actualmente no existe un fuerte diálogo entre el Banco y el Fondo en su consideración de estrategias futuras.” Tal parece que las dos instituciones son incapaces de trabajar juntas, según el Comité, “el Fondo reconoce que poner su estrategia de mediano plazo en operación tendrá implicaciones para la división de responsabilidades entre el Banco y el Fondo, pero tal parece que no ha discutido esto con el Banco.”

El Comité rechazó el debate sobre el espacio fiscal y declaró que el asunto entre la estabilidad y el crecimiento era "un falso dilema." El trabajo del Comité también señala los comentarios del Banco cuyos empleados estaban preocupados de que “el consejo del Fondo a los gobiernos sobre posiciones fiscales no da suficiente atención a los resultados del crecimiento de la composición de los gastos y la eficiencia, lo cual contribuye a una tendencia contradictoria en el diseño de la política fiscal.” Esto corresponde a los resultados del informe de la Oficina de Evaluación Independiente sobre el FMI en el Subsahara Africano, los cuales confirman que el personal del Banco encontró poco productiva la colaboración con el FMI."

La principal recomendación del Comité fue la de fomentar “una cultura más fuerte de colaboración… junto con incentivos más fuertes con tal fin.” Para implementar esto, el Comité pidió una mejor colaboración a nivel de las juntas de directores y de las juntas ejecutivas, lo mismo que intercambios de personal y el desarrollo de un nueva “comprensión sobre la colaboración” para complementar el Concordato de 1989 en relación con la colaboración entre el Banco y el Fondo. Es interesante anotar que fuentes internas provenientes del Fondo informan que estas recomendaciones fueron recibidas con poco entusiasmo por las juntas de ambas instituciones.

Poca fluidez de dinero en el Fondo

Como afirma el Informe Malan, las dificultades económicas del FMI hacen que la institución tenga dificultad cumpliendo con su mandato central. El informe reciente de otro comité externo señaló las dificultades financieras del Fondo y sugirió una completa reestructuración del modelo financiero de la institución.

El Comité Crockett, (Presidente Andrew Crockett, banquero de inversiones de EU y antiguo presidente de Acuerdos Internacionales del BM), fue establecido por de Rato en mayo del 2006, para que propusiera mecanismos financieros viables a largo plazo para el FMI (ver Boletín 51). Se proyecta que el FMI tendrá una caída en fondos de más de $100 millones en el presente año fiscal, elevándose hasta más de $365 millones para el 2010.

El informe del Comité Crockett, de finales de enero del 2007, dice que el presente modelo financiero del FMI “carece de lógica económica", "sin discusión no es equitativo",  y está basado en incentivos perversos para prevenir las crisis financieras. El Comité enfatizó que el FMI debería evitar los subsidios cruzados entre sus principales áreas de actividad. Al separar la financiación de beneficios públicos (como la supervisión económica global), de los servicios (como la asistencia técnica y los préstamos concesionarios) y de las actividades de crédito, la implementación de la propuesta terminaría la práctica del pago de intereses de deudores que pagan a todo el presupuesto administrativo del FMI. 

Los Términos de Referencia del Comité Crockett excluían la consideración de medidas para disminuir los gastos administrativos del FMI, y con ello se impidió que el Comité examinara los papeles que el Fondo debería desempeñar. Las fuentes internas en el FMI indican que el G7 está completamente de acuerdo en que el Fondo necesita revaluar estos papeles antes de poder implementar una reforma a su modelo financiero.  De Rato también parece reconocer que él no puede modernizar rápidamente la posición económica del Fondo al decir que “las recomendaciones de este Comité necesitan un periodo de discusión interna.”

Todavía no existe ninguna claridad sobre cómo se va a manejar esta consideración del papel de la institución La estrategia a mediano plazo (ver Boletines 48 y  51), ya está bien en camino en la fase de implementación, y forzar una reevaluación sería un gran golpe para de Rato, de quien se dice es la persona directamente responsable de haber fijado los principales objetivos de la estrategia. Los principales actores, quienes también son los grandes donantes, parecen estar interesados en que el Fondo continúe  trabajando activamente con los países de bajos ingresos, a pesar de las abundantes críticas del trabajo del Fondo en esos países.