El 8 de mayo del 2003, el Banco Mundial aprobó un préstamo de $40 millones para el Proyecto de Limpieza del Río Nura, para mitigar las consecuencias de la contaminación del mercurio. El río fue fuertemente contaminado por la fábrica de acetaldehído de Temirtau en Kazajistán Central, la cual descargó una gran cantidad de mercurio en el río durante 25 años. Las descargas cesaron cuando la fábrica se cerró en 1997, pero las investigaciones en el sitio del río, de los canales y de las tierras bajas demostraron que había una gran cantidad de mercurio en el medio ambiente. El volumen total de la tierra contaminada es de aproximadamente 1,5 millones de metros cúbicos que contienen 9,4 toneladas de mercurio. En el lugar de la fábrica la concentración del mercurio en el suelo es tan alta que llega a los 1.500 mg/kg. El máximo permitido en Kazajistán es de 2,1 mg/kg.
La responsabilidad del Comité para los Recursos del Agua del Ministerio de Agricultura, el ejecutor del proyecto nombrado por el Gobierno de Kazakh, es asegurarse de que la tierra contaminada sea excavada y enterrada en un depósito que todavía deber ser construido a 4 kms de Temirtau. Se removerá el sedimento del cauce del río utilizando succión de dragado hidráulico, desde el lugar de la antigua fábrica hasta la represa Intumak a 25 kms río abajo.
El principal propósito del Proyecto es proveer de agua potable a Astana, que fue declarada como capital de Kazajistán por el Presidente Nazarbaev en 1997. Astana está planeando sacar su agua potable del Río Nura. Considerando que hay otros lugares altamente tóxicos y radioactivos en Kazajistán, solo podemos especular si este Proyecto en particular se habría materializado si no hubiera sido por la creciente importancia de Astana.
Este Proyecto ha sido apoyado en general por las comunidades que están río abajo, las cuales confían que la decontaminación del río y de sus áreas circundantes tenga un efecto positivo sobre su salud, sobre la calidad del agua y de la tierra. Sin embargo, hasta el momento la compañía no ha realizado una investigación médica sobre el impacto del mercurio sobre la salud de la población local. Lamentablemente ésta es solo una de las fallas de este proyecto que parece tan de color de rosa.
Clasificado como un proyecto ambiental Categoría A por el Banco Mundial, se espera que sea puesto en ejecución en el 2009, pero aún no han empezado los trabajos de construcción. Después de cuatro años preparando el diseño del Proyecto, todavía no se han elaborado los programas de desarrollo social, ambiental o de mitigación. La agencia implementadora, la cual ya empezó a organizar la presentación de ofertas para distintas partes del Proyecto, declara que es la responsabilidad de la compañía subcontratista el producir los programas de mitigación.
El Banco Mundial dividió este gran proyecto de alto riesgo en tres partes, y cada parte tiene un proceso separado de evaluación ambiental y de consulta pública. Este abordaje de fragmentación impide una evaluación del proyecto en su totalidad y además reparte demasiado la responsabilidad de la implementación del Proyecto.
El Banco también ha fallado al no asegurarse de que las comunidades locales tengan suficiente acceso a la información del Proyecto o de que sean invitadas para participar en la consulta sobre el diseño y desarrollo del Proyecto. Después de llevar a cabo consultas públicas sobre una de las Evaluaciones del Impacto Ambiental (EIA) en el 2005, la principal compañía cambió las tecnologías descritas en la EIA sin informar a las comunidades afectadas. La compañía originalmente había planeado desaguar parte del río para permitir el trabajo de excavación. Pero más tarde decidió emplear el método de la succión hidráulica de drenaje, sin revelar públicamente este cambio. Por lo tanto, el subproyecto fue aprobado por los expertos ambientales gubernamentales sin un protocolo anexo de las reuniones públicas donde se hubieran discutido los cambios.
Las ONGs locales se quejaron ante el Banco Mundial y ante las autoridades locales pidiendo que se condujera una nueva EIA y reuniones públicas, con la completa participación de todas las comunidades afectadas. Después de esto la principal compañía pagó por una campaña de información y colocó la EIA en la Internet. Sin embargo, la EIA no fue reelaborada y tampoco se dieron las reuniones públicas.
La limpieza del Río Nura tiene el potencial de contribuir en forma significativa a la creación de un sistema sostenible de agua potable en Kazajistán, pero también se deben tener en cuenta los riesgos sociales y ambientales. Si el Banco Mundial no respeta la política de la participación pública básica y del cumplimiento de los estándares EIA, el proyecto afronta el riesgo de causar efectos inesperados y sin la ayuda de un programa adecuado de mitigación. Como mínimo, un proyecto que contempla la excavación y la disposición de más de dos millones de toneladas de material tóxico, a una distancia de tan solo dos kilómetros de una ciudad con una población superior a los 150.000 habitantes, tiene que tener un programa adecuado de mitigación.
Comentario de Dana Sadykova, Museo Ecológico de Karaganda, Kazajistán