AMANITARE, la Asociación Africana para la Salud Sexual y Reproductiva y los Derechos de las Mujeres y las Niñas (The African Partnership for the Sexual & Reproductive Health & Rights for Women & Girls) notó con gran preocupación la controversia alrededor de la reciente estrategia sobre Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial, que originalmente había dado poca atención a la salud y a los derechos sexuales y reproductivos (SRHR sigla en inglés). Esto indica menos financiación y una prioridad más baja de la SRHR en las estrategias del desarrollo alrededor del mundo y particularmente en África. Muchos gobiernos utilizan la estrategia del Banco para guiar sus Documentos de Estrategia para la Reducción de la Pobreza (PRSPs sigla en inglés), los cuales tienen un impacto directo sobre la financiación en ultramar y la asignación de recursos del Banco Mundial. Además, esto socavaría todos los logros obtenidos para la realización de las Metas para el Desarrollo del Milenio (MDGs, sigla en inglés), especialmente el acceso universal al tratamiento del VIH para el 2010, y el acceso universal a los derechos sexuales y reproductivos para el 2015. Hubiéramos cuestionado nuestra propia existencia como AMANITARE si no se hubiera corregido el borrador.
La mayoría de las mujeres en África carecen de los servicios de salud sexuales y reproductivos, de los servicios para un parto seguro, del cuidado obstétrico de emergencia, de medicamentos esenciales y del suministro de contraceptivos. También corren peligro debido a las complicaciones del parto, de los abortos inseguros, y de la transmisión del VIH y de otras enfermedades trasferidas sexualmente. Actualmente las mujeres constituyen las dos terceras partes de las personas infectadas con el VIH en el Subsahara Africano. Estas realidades dramáticas deberían, ahora más que nunca, mover a las organizaciones multilaterales tales como el Banco, no solo a aumentar la asignación de los recursos para la realización de la SRHR, sino también para promover la salud pública y los derechos de las mujeres y las niñas en África como una prioridad.
A pesar de la dramática mejora del borrador final del informe en apoyo de la SRHR, y a su afirmación del plan de trabajo de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo firmada por muchos países en 1994, sentimos la necesidad de que la estrategia ahora enfatice las causas y consecuencias del mal acceso a la SRHR para las mujeres y las niñas africanas, y que establezca planes viables para reversar la tendencia. Esto permitirá que pidamos rendición de cuentas a nuestros gobiernos en relación con la asignación de recursos para la SRHR en los presupuestos nacionales y en los PRSPs.
El segundo objetivo de la nueva política del Banco trata de su abordaje para prevenir la pobreza debido a las enfermedades. Nuestra experiencia en África nos ha demostrado que la mala salud es tanto una causa como el resultado de la pobreza. Las mujeres africanas son muy pobres debido a la sociedad patriarcal que favorece a los hombres en términos de la propiedad de los bienes, del acceso y del control. Esto significa que para acceder a los servicios SRHR, las mujeres primero tienen que buscar aprobación, pedir el dinero y sacar el tiempo necesario de sus deberes en la granja y en el cuidado del ganado, lo cual puede ser considerado como más importante. Por lo tanto, ellas se mantienen más tiempo enfermas, por lo que trabajan menos, dan menos alimentos a sus hijas/hijos y producen menos, perpetuando así el círculo vicioso de la pobreza. Es por lo tanto imperativo que el Banco solucione el asunto del mal acceso y de la falta de servicios SRHR, como una forma de alivio a la pobreza y no al contrario. En África tiene más sentido prevenir las enfermedades debido a la pobreza y no la pobreza debido a las enfermedades, especialmente para las mujeres y las niñas.
El cuarto objetivo de la nueva estrategia del Banco reconoce que el buen gobierno, la transparencia y la rendición de fondos son cruciales para la provisión y manejo de un plan de salud exitoso para cualquier gobierno. Esto es de vital importancia especialmente en África donde el robo descarado, la corrupción, el mal manejo de los fondos, los malos procedimientos de compra, el maltrato de las personas pobres por los proveedores de la salud y los pagos por servicios continúan siendo la orden del día. Esto nos lleva a preguntarnos sobre la eficacia de los instrumentos normativos de los gobiernos para asegurarse de que los recursos asignados para la salud, especialmente los servicios SRHR, no sean dirigidos hacia otros lados o simplemente mal manejados. Sentimos que el Banco Mundial debería reconocer claramente que las organizaciones de la sociedad civil, pueden servir como fuertes mecanismos para el seguimiento de los gobiernos y para fijar la agenda sobre los asuntos de la provisión de la salud, especialmente para los grupos más pobres y vulnerables en nuestras comunidades. Debería existir un sistema de vigilancia del seguimiento que incorpore a la sociedad civil en todos los países africanos.
Ahora nuestro deber será el de hacer seguimiento a las aplicaciones de la estrategia del Banco a nivel nacional y regional. Debemos asegurarnos de que la SRHR siga estando en el corazón de la estrategia de cada país, y en forma más importante, que los recursos asignados en esta forma no sean redirigidos para otros usos por los gobiernos, y que su distribución alcance a todas y todos, con acceso libre para las personas más pobres y vulnerables.
AMANITARE es una iniciativa de 10 años (1999-2009) de mujeres individuales, grupos y redes de trabajo de todos los países africanos para facilitar la implementación de estos principios encarnados en los resultados de las Conferencias de la ONU sobre los derechos humanos, la población y las mujeres.