Los países miembro están rechazando en forma creciente los programas del Banco Mundial y del FMI, sus consejos y aún su membresía, con las naciones de América Latina retirándose de los mecanismos de arbitraje de inversión del Banco.
Los críticos más agudos de las instituciones internacionales están en América Latina, especialmente el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. En un sorpresivo pronunciamiento a finales de abril de 2007, Chávez dijo que sacaría formalmente a Venezuela del Banco Mundial y del FMI, a los cuales tildó de ser "los instrumentos del imperio," que "sirven los intereses del Norte." Chávez fue forzado a retroceder de una salida inmediata por cuanto los contratos de los bonos venezolanos requieren la membresía del FMI, aún así confirmó sus intenciones de dejar eventualmente la Institución.
La cólera venezolana proviene en parte de su opinión de que el IMF persistentemente pronostica mal los proyectos de desarrollo en el país. Rodrigo Cabezas, Ministro de Finanzas de Venezuela, rechazó la proyección económica regional del IMF para América Latina diciendo: "Parece que sus pronósticos tienen un compromiso político para desacreditar el éxito de la economía venezolana en los últimos años." El reporte del Fondo y sus recomendaciones también fueron rechazados por Argentina y Ecuador.
Este enfoque fue apoyado por un informe de abril de 2007 del grupo de pensadores estadounidense del Centro para la Investigación Económica y Política (Center for Economic and Policy Research), el cual encontró que las proyecciones del IMF habían sido erróneas en forma consistente tanto en Argentina como en Venezuela. El Centro encontró sobreestimaciones de crecimiento cuando Argentina seguía las prescripciones del Fondo y lo contrario cuando el país estaba en disputa con el Fondo sobre la renegociación de la deuda. El informe concluyó: "Los grandes y repetidos errores del FMI para proyectar el crecimiento de Argentina desde 1999 fuertemente sugieren que estos errores fueron políticamente conducidos."
Ecuador rechaza al Banco
Rafael Correa, Presidente del Ecuador, declaró en abril de 2007 que Eduardo Somensatto, representante del Banco en el país, era "persona no grata," literalmente expulsándolo del Ecuador. La expulsión se relaciona con una acusación de "extorsión" por Correa contra Somensatto sobre la retención del Banco de $100 millones de fondos comprometidos en el 2005. El Banco retuvo el dinero después de que Ecuador decidió revisar la ley que regula el uso de los ingresos petroleros.
Correa también declaró en mayo de 2007 que la Constitución revisada del Ecuador podría reconocer el concepto de la deuda ilegítima. Él varias veces mencionó que declararía una moratoria en el reembolso de la deuda a los extranjeros (ver Boletín 54), aumentando la presión sobre el Banco para renegociar los términos de la deuda de $748 millones del Ecuador, que Correa considera ilegítima. En abril de 2007 Correa efectuó el reembolso temprano prometido de la deuda del país al FMI, diciendo: "No queremos oír nada más de esa burocracia internacional."
El Presidente Daniel Ortega de Nicaragua, tomando un tono más conciliatorio solicitó un arreglo con el Fondo para un nuevo Documento para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza (PRGF – Poverty Reduction and Growth Facility). Aún así Ortega reconoce que el involucrarse con las instituciones internacionales es impopular y declaró que planeaba liquidar los préstamos del Fondo en el plazo de cinco años.
Los grandes jugadores también se quejan
América Latina no es la única región que se está quejando sobre el Fondo, también Rusia y China han formalizado recientemente su rechazo a las prescripciones políticas del Fondo. Vladimir Putin, Presidente de Rusia, llamó a una reestructuración de la arquitectura económica internacional, diciendo que las instituciones globales como el FMI y la OMC deberían tener un rol mucho menor. Sergei Storchak, el Ministro Diputado Financiero ruso, se opuso en abril de 2007 al consejo del FMI sobre el gasto de los ingresos petroleros, diciendo que los exportadores de petróleo deben tener la libertad de gastar sus ingresos de la forma como a ellos les parezca mejor.
China también continúa rechazando los consejos del FMI sobre la política de la tasa de cambio. A pesar de su participación en las primeras consultas multilaterales del Fondo sobre desequilibrios globales (ver Boletines 51 y 54), China continúa resistiéndose a la idea de que su tasa de cambio fija esté inadecuadamente fijada. Hu Xiaolin, Gobernadora Diputada del Banco Central de China, dijo en su declaración para el IMFC, "dadas las limitaciones de las variadas herramientas analíticas de tasas de cambio, es bien conocido que el concepto del desalineamiento del cambio está sujeto a debilidades teóricas, sus estimados son poco fiables, y por consiguiente no pueden servir como criterios o premisas para la vigilancia."
El FMI también está enfrentando acelerados declives con los reembolsos anticipados de la deuda de Macedonia y Bulgaria, además de los reembolsos tempranos totales de Ecuador y las Filipinas.
Construyendo alternativas
Muchos países están buscando construir alternativas regionales al Banco y al Fondo. Chávez ha liderado la idea del Banco del Sur (ver Boletín 55), el cual estuvo un paso más cerca de su creación en la Cumbre de las cabezas de estado de Mercosur en mayo de 2007, cuando se decidió el capital de la institución y la estructura de participación de los accionistas. A pesar de las discusiones de última hora sobre los estatutos en junio de 2007, se espera que el Banco del Sur mantenga iguales derechos de votación para cada uno de sus estados miembros.
Una carta abierta de las organizaciones de la sociedad civil para los presidentes de los países de América Latina durante la última cumbre de Mercosur los invitó a "asegurar la información, la participación y la consulta necesarias con las organizaciones de las sociedades que serían afectadas por la creación del Banco del Sur."
Los movimientos en Asia para crear alternativas al FMI avanzan lentamente. En un encuentro de los ministros de hacienda de ASEAN+3 en Kyoto en mayo de 2007, los países de la región estuvieron de acuerdo en seguir adelante con un acuerdo regional de intercambio corriente de $80 mil millones. Aún cuando los líderes solo reafirmaron su compromiso de trabajar en los detalles del arreglo, los medios regionales lo interpretaron como si fuera ya el cumplimiento de los deseos tan sentidos para un Fondo Monetario Asiático.