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El Banco y el Fondo reducen los gastos en la salud y la educación

16 julio 2007

Un grupo de trabajo de alto perfil que examinó al FMI y los gastos del salud encontró que el Fondo había restringido sin necesidad las opciones de política de los países, mientras que otros informes recientes acusan al Banco Mundial y al FMI de socavar la calidad de la educación. Al mismo tiempo, el brazo del sector privado del Banco aumentó su apoyo a la educación privada en África.

El grupo de trabajo de los pensadores estadounidenses del Centro para el Desarrollo Global para la Salud (Center for Global Development’s health working group) – cuyo presidente es David Goldsbrough (antiguo empleado del FMI), con miembros del grupo que incluyen funcionarios, académicos y representantes de la sociedad civil – publicaron su informe sobre los efectos del FMI en la salud después de meses de deliberaciones, incluyendo detallados casos de estudio de Mozambique, Rwanda y Zambia. Su informe dice que: “Los programas fiscales apoyados por el FMI frecuentemente han sido demasiado conservadores o no se han atrevido a correr riegos. En muchos casos han reducido el espacio político innecesariamente.”

Junto con recomendaciones para otros actores principales, el Grupo de Trabajo tiene seis recomendaciones para el FMI:

  • Ayudar a los países a explorar una gama de acciones más amplia para solucionar el déficit fiscal y el gasto público;
  • Clarificar las expectativas de análisis alternativos de la ayuda para el personal;
  • Ser más oportuno en la publicación de la información sobre las expectativas de la ayuda;
  • Bajar los techos de los gastos para casi todos los programas;
  • Dar mayor énfasis a suavizar los gastos a corto plazo; y
  • Ser más transparente sobre las razones y las suposiciones.

Escándalo en la educación

A finales de junio de 2007, el Banco Mundial fue el coanfitrión de una conferencia en Malí sobre el tema de abolir las matrículas escolares. A pesar del trabajo de la Iniciativa de Abolición de Matrículas Escolares, un proyecto conjunto con el Banco Mundial y UNICEF, la reportera especial de la ONU, Katerina Tomaùsevski, refutó al Banco en su informe, ‘El Estado del Derecho a la Educación en todo el Mundo.’ “El gobierno de Estados Unidos y el Banco Mundial son los líderes de quienes niegan que la educación es un derecho humano universal. … Como resultado los gobiernos se sienten presionados para no proveer la educación gratuita, sino más bien transferir su costo a las familias y las comunidades.”

Un informe de ActionAid International, ‘Confrontando las Contradicciones’, llama la atención al FMI por fijar condiciones macroeconómicas demasiado estrictas, y en especial sobre los techos de los salarios en los países de bajos ingresos los cuales impiden la contratación de suficientes maestros (ver Boletín 51). Basándose en una investigación a fondo de Malawi, Sierra Leona y Mozambique, el Informe concluye diciendo: “El FMI puede tener variados grados de influencia para fijar los techos de los salarios. Sin embargo, al insistir en políticas macroeconómicas demasiado restrictivas que limitan el gasto gubernamental en los salarios, es parcialmente responsable por la continua escasez de las/los maestros.”

Como respuesta, Calvin McDonald, un Director del Departamento Africano del FMI, citó la complejidad de la consecución de más maestros para los salones de clase y afirmó que el FMI era parte de la solución y no del problema. En la Conferencia de Tarifas de Usuarios, un representante del FMI afirmó que el techo de los salarios no era un obstáculo mayor para el reclutamiento. Sin embargo, Akanksha Marphatia de ActionAid lo refutó diciendo que los techos aún estaban en su lugar en Malawi, y que los países deberían tener más libertad para fijar sus propios presupuestos y políticas macroeconómicas: “el FMI debe regresar el control de los procesos de creación de la política al gobierno soberano, el único organismo al que los ciudadanos pueden pedir cuentas por el uso de los recursos públicos y por el cumplimiento de los derechos básicos.”

En una movida controversial, en junio de 2007, la Corporación Internacional Financiera (CIF), el brazo del sector privado del Banco, prometió fondos para la educación privada en África. El Nuevo Programa Escolar Africano tiene $50 millones para garantías de crédito y $5 millones para servicios de asesoría en diez países del Subsahara Africano.

Los activistas de la educación están preocupados de que los subsidios internacionales para la educación privada socaven la calidad y la disponibilidad de las escuelas públicas y absuelvan a los gobiernos de sus obligaciones de proveer educación para todas las niñas y los niños. Gorgui Sow, el Coordinador de la Campaña de la Red Africana de Educación para Todos, dijo: “Las políticas del Banco Mundial y del FMI de hecho promueven la reducción de los gastos en calidad y en alfabetización de la educación pública. Ellos piden a nuestros gobiernos que recluten para-maestros en la educación de las niñas/niños pobres africanos, al tiempo que apoyan los colegios privados para la minoría de los niños provenientes de familias ricas. En la ausencia de educación pública de calidad para todas las niñas/niños no habrá forma de que África pueda alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio en este siglo."