El rol clave para el cual se está preparando el Banco Mundial para la Conferencia Internacional de diciembre sobre el Clima en Bali, no concuerda con su continuada dedicación a la financiación de los combustibles fósiles, o con su política, donde todavía no se ha realizado un cambio significativo de su portafolio energético hacia opciones que sean limpias y renovables.
En las reuniones anuales, el Presidente Zoellick anunció su intención de que el Banco actúe como un vendedor del carbono, y como una fuente de especialización tecnológica, incluyendo la confiscación del carbono y el ‘carbono limpio.’ Una declaración publicada el mismo día del anuncio y firmada por más de 200 organizaciones de 56 países pidió al Banco y a otras IFIs que suspendieran los subsidios para la industria del petróleo. Los grupos afirman que la ‘ayuda del petróleo’ es una de las barreras más evidentes a la lucha para responder al cambio climático y para el acceso a la energía en los países en desarrollo.
En vez de una rápida escalada de su compromiso hacia una ‘nueva energía renovable’ según se recomendó en la revisión de las Industrias Extractivas del 2004, el Banco se ha inclinado hacia la ‘deforestación evitada’ (ver Boletín 56), y hacia el comercio y la financiación del carbono. Esta última ‘es la financiación que se le da a un proyecto’ por la compra de la reducción de las emisiones de gases de invernadero. El Banco dice que durante los últimos siete años sus actividades de financiación del carbono han aumentado de un Fondo de Prototipo de Carbono de $180 millones, a nueve fondos con un total de $1.900 millones.
El 80% de los ‘préstamos de bajo carbono’ del Banco se hicieron a grandes proyectos de poder hidráulico y a la financiación del carbono
En octubre del 2007, el Banco Mundial publicó el último de una serie de planes de acción de su Marco de Inversiones para la Energía Limpia y su Desarrollo (ver Boletines 51 y 55); éste es un trabajo en progreso desde la reunión anterior del G8 en Gleneagles, que debe estar listo para la reunión de julio del 2008 en Japón. El marco dependerá fuertemente de la participación del sector privado y de las finanzas a través del apoyo a la inversión, de la eliminación de las barreras y de los mercados competitivos, a pesar de que los detalles específicos aún están por confirmarse. El marco también lista como fuentes clave de financiación concesionaria a: la Facilidad Global del Medio Ambiente, al Fondo de Adaptación de la ONU del Marco de Convención sobre el Cambio Climático, y al próximo reabastecimiento de la IDA (ver Boletín 58).
La sociedad civil rápidamente refutó las afirmaciones del Marco de que “se había logrado un progreso sustancial desde las reuniones de la primavera.” El Banco afirmó que “excederá el pronóstico para los préstamos generales energéticos de $10.000 millones durante el período 2006 – 2008, comparado con los $7.000 millones en el período 2003 – 2005.” Sin embargo, en el 2006 los préstamos para el petróleo, el gas y la electricidad llegaron al 77% de todo el programa total energético del Banco, mientras que "la energía renovable” solo fue del 5%.
La financiación del Banco para el sector de la energía en el Subsahara Africano “aumentó significativamente en el 2007 en línea con el Plan de Acción Africano.” Esto se debió más que todo a la aprobación de la financiación de dos controversiales mega represas: $360 millones para la represa Bujagali en Uganda y $297 millones para la represa Inga en la República Democrática del Congo (ver Boletín 56).
“‘El bajo carbono’ representó el 40% de los préstamos energéticos del Banco en el 2007, donde el apoyo al poder hidráulico fue el más alto desde 1996 con la aprobación de nueve proyectos por $748 millones, y de $66 millones en la financiación del carbono." El 80% de los ‘préstamos de bajo carbono’ del Banco se hicieron a grandes proyectos de poder hidráulico y a la financiación del carbono.
“El Plan de Acción incluye dos nuevas facilidades de carbono para escalar el uso de la financiación del carbono para la mitigación del cambio climático: La Facilidad de Asociación del Carbono (Carbon Partnership Facility) y la Facilidad de Asociación del Carbono de los Bosques (FCPF – Forest Carbon Partnership Facility") – esta última será lanzada en Bali, (ver Boletín 57). Muchos expertos forestales temen que el FCPF pueda beneficiar a la industria maderera en gran escala y son precavidos en vista de los previos desastres forestales inducidos por las IFIs. En noviembre del 2007 las ONGs enviaron una declaración al Banco Mundial articulando estas preocupaciones.
También es importante anotar que desde la primavera del 2007 se iniciaron cuatro casos de estudio para el crecimiento del bajo carbono en India, China, México y Brasil, y existen planes para un quinto caso en Sur África en el 2008. Aparentemente el objetivo de estos casos de estudio es ayudar a los países a identificar: “el potencial de reducción de las emisiones de carbono, los costos incrementales y los beneficios del crecimiento de estrategias de ‘bajo carbono’, y los requisitos políticos para su apoyo."
La CIF contrarresta sus propios préstamos
El Banco preparó un documento sobre el cambio climático para el reabastecimiento de la IDA en octubre del 2007. Los estimativos basados en los escenarios de la Revisión Stern (un documento de noviembre del 2006 sobre las economías del cambio climático), predicen que el aumento de la financiación de la IDA requerido para mantener el nivel neto de beneficios para los países receptores, a su nivel de "sin cambio climático", van del 6 al 21% del total de los créditos anuales de la IDA. El documento afirma que “los impactos potenciales negativos del cambio climático en los países de la IDA requieren de medidas adaptativas apropiadas”, sin embargo los donantes hasta el momento no han utilizado el espacio que ofrecen las negociaciones para influenciar al Banco a cambiar sus inversiones energéticas hacia soluciones más renovables.
Los críticos señalan la ironía del aumento de las donaciones CIF a la IDA, viendo los impactos sobre el cambio climático y la pobreza, que tendrán los $645 millones, que la CIF ha prestado en proyectos de petróleo y gas hasta el momento en el 2007 (un aumento de por lo menos el 40% desde el 2006). En efecto, la CIF puede estar reduciendo los impactos positivos de sus propios préstamos.
La Energía y la Pobreza
Un reciente Informe ‘La Energía y la Pobreza’ de la ONG británica Christian Aid, presenta un examen crítico de los préstamos al sector energético de parte del Banco Mundial, enfocándose en Nicaragua y Nigeria. El Informe dice que el Banco todavía está priorizando un modelo centralizado y de privatización para reformar los sectores energéticos de los países. Esto amenaza con perpetuar la pobreza de la energía y con enfrascar a los países en una infraestructura de energía basada en la alta producción de carbono. Además, la liberalización del sector energético continúa adelantándose a las evaluaciones del impacto completo y al trabajo esencial preparatorio de las regulaciones. Dice que es poco probable que los modelos de la rehabilitación del costo completo puedan entregar servicios de calidad al alcance de un gran número de usuarios pobres, especialmente aquellos que antes estaban excluidos.
Christian Aid encuentra que en Nicaragua el proceso de la privatización del sector de la energía redujo el acceso de las personas pobres a la energía debido al aumento de las tarifas, y encerró al país dentro de altas importaciones de petróleo y en altas producciones de carbono en su producción de electricidad. En Nigeria, Christian Aid concluyó diciendo que es poco probable que el proceso de privatización actual de la energía beneficie a las personas pobres, y que produzca un sistema progresivo adecuado para una economía global de bajo carbono. Christian Aid recomienda al Reino Unido y a los gobiernos europeos que:
- Vinculen su financiación a la IDA a un proceso de retiro paulatino de las condiciones económicas y de la financiación de los proyectos de combustibles fósiles.
- Evalúen críticamente los modelos de desarrollo del Banco para asegurar su compatibilidad con el desarrollo a favor de las personas pobres, en un mundo donde las emisiones del gas invernadero deben estar severamente restringidas.
- Presionen al Banco a adoptar un criterio hacia los proyectos de reforma del sector de la energía asegurándose de que operan dentro de un presupuesto finito del carbono.
- Y que trabajen con el Banco para asegurarse de que su asesoría política y asistencia técnica incluyen un debate apropiado sobre los acuerdos bajo un modelo de privatización.
El FMI pide subsidios renovables
El FMI por primera vez trata el asunto del cambio climático en un apéndice de su publicación estrella, el Pronóstico de Crecimiento Mundial (World Economic Outlook). Esta sección trata de los retos macroeconómicos producidos por el cambio climático, a pesar de que se confina en su mayor parte a una explicación sobre los antecedentes de los asuntos, a una lista de efectos económicos potenciales y a una discusión teórica comparando lo apropiado de los impuestos al carbono con el sistema de comercio de las emisiones (cap-and-trade system) para su control.
Es de notar el reconocimiento del FMI de que puede haber un espacio para los subsidios públicos para las soluciones de energía renovable: “los subsidios públicos a desarrollar nuevas e inmaduras formas para la energía, estratégicamente importantes y eficientes, almacenamiento de energía, energías renovables, energía nuclear, y tecnologías de confiscación de carbono que puedan ser suplementos útiles para los impuestos a las emisiones y planes de comercio de emisiones, si hay externalidades positivas significativas relacionadas con su desarrollo y producción. Quienes desarrollan en forma privada las nuevas tecnologías pueden no recibir los retornos sociales completos de desarrollarlas (tal vez debido a que pueden ser copiadas fácilmente), lo cual lleva a una baja inversión en la ausencia de subsidios.”
El Fondo pronostica que la adaptación “posiblemente ocurra a través de las decisiones del mercado privado sin necesidad de las intervenciones de la política pública. … Sin embargo, posiblemente se necesite apoyo político, en respuesta a los extensivos fracasos del mercado que obstaculizan la adaptación eficiente.”
Rodrigo de Rato, el antiguo Director General del FMI, durante las reuniones anuales indicó que el Fondo iba a producir análisis más profundos sobre este tópico en el futuro.