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El dólar y la caída de los mercados

Dónde está el FMI?

18 febrero 2008

En medio del colapso de los mercados financieros globales que el FMI en octubre del 2007 declaró como poco probable, se está debatiendo el rol del Fondo para abordar el declive del dólar y el caos del mercado financiero.

El rápido deterioro del dólar a finales del 2007 provocó mucha y nueva preocupación sobre los desequilibrios globales. Se considera que el actual déficit de cuentas de Estados Unidos está siendo afectado por las reservas en dólares que guardan los países en desarrollo. La principal especialización del FMI se supone que sea el manejo del desequilibrio de las cuentas globales y de la desalineación de las tasas de cambio que pueda contribuir al desequilibrio. Sin embargo hasta el momento el FMI no ha tomado ninguna media eficaz para mejorar la situación actual.

El FMI ha organizado e invertido mucho tiempo en consultas multilaterales para tratar de resolver esos desequilibrios (ver Boletín 54). A pesar del consejo claro del FMI ha sido difícil lograr cambios cohesivos políticos debido a variadas condiciones: los déficit reducidos en Estados Unidos, la mayor demanda doméstica en China, la flexibilidad de las economías del euro, la liberalización de la inversión interna extranjera en Japón, y una mayor inversión doméstica en Arabia Saudita.

El FMI no ha dado la marca

Los países en desarrollo, especialmente los importadores de petróleo, mantienen sus reservas en dólares, y por tanto ahora deben pagar precios más altos por su energía. La preocupación es que el dólar pueda colapsar en la medida en que los países diversifican sus reservas – una tendencia identificada por el FMI en diciembre del 2007. Jomo K.S., el Asistente del Secretario General de la ONU para los Asuntos Económicos y Sociales culpó al FMI por la mala coordinación macroeconómica internacional: «El FMI, que debe jugar un papel líder en este respecto no ha dado la marca». La ONU ahora quiere metas multiaño y cronogramas de las economías más importantes, y luego reformas fundamentales del sistema internacional de reservas, incluyendo «un sistema de reservas multidivisas oficialmente respaldado».

Fred Bergsten, Director del Instituto Peterson para la Economía Internacional con sede en Washington, resucitó la idea del FMI de una ‘cuenta de sustitución’ primero mencionada en 1969. Esta medida fortalecería el papel de los Activos de Reservas Internacionales (SDRs – Special Drawing Rights), la unidad de divisa emitida por el FMI, para ayudar a los países a cambiar sus dólares no deseados por SDRs. Harold James, un Profesor de Historia de la Universidad de Princeton, piensa que el FMI debería manejar los activos de reservas de los países en desarrollo que guardan dólares no deseados, resolviendo tanto el problema del dólar como las preocupaciones sobre los fondos de riqueza soberanos (ver Boletín 59). Su única advertencia es: El FMI necesita una reforma gubernamental masiva para recobrar la confianza de sus miembros.

Las preocupaciones cambiaron en la medida en que la paranoia del dólar en el 2007 se transformó en temores del mercado a principios del 2008. Gordon Brown, el Primer Ministro británico dijo al FMI que «debería actuar con la misma clase de independencia de un banco central en un país» y reiteró su deseo de que el FMI fuera «un sistema temprano de aviso con reguladores y supervisores en todos los países para [detectar y controlar] las turbulencias financieras que afectan la economía global». Angela Merkel, la Canciller alemana, llamó a una reunión de los jefes de las cinco instituciones multilaterales a mediados de diciembre del 2007. Ella enfatizó la necesidad de tener instrumentos y mercados financieros más transparentes, incluyendo los fondos privados del capital, los fondos de inversión libre (hedge funds), y los fondos de riqueza soberanos.

Parte del problema es que los grandes países industrializados no desean darle a una agencia internacional la jurisdicción para regular los mercados financieros en sus propios países. Raghuram Rajan, el antiguo Economista Jefe del FMI anotó: «Algunos de los mayores países industrializados se ven a sí mismos como más soberanos que otros y sus políticos no quieren interferencias en su propias políticas domésticas, al tiempo que están muy dispuestos a utilizar a las agencias multilaterales para intervenir en las políticas domésticas de otros países.» Los países en desarrollo se han estado quejando de esto por años al FMI, pero aún no hay una solución a la vista.