Finanzas

Noticias

Los desafíos de la CFI cobran relevancia en Oriente Medio

indicadores del informe Doing Business en el punto de mira

11 abril 2008

Por Amy Ekdawi, Bank Information Center

La Corporación Financiera Internacional (CFI) – la rama del Banco Mundial encargada del sector privado – está incrementando rápidamente sus inversiones en la región de Oriente Medio y África del Norte (MENA, por sus siglas en inglés), planteando cuestionamientos acerca del valor de sus actividades en materia de desarrollo.

MENA es la región que registra el mayor crecimiento dentro de la cartera de la CFI, con inversiones que se han duplicado de US$670 millones en 2006 a US$ 1.200 millones en 2007. La cartera de la CFI en el año 2007 comprendía 41 proyectos invertidos principalmente en instituciones financieras. Las inversiones habrán de superar los US$1.500 millones en el año 2008.

Durante una visita a Arabia Saudita realizada en el mes de enero, el director de la CFI Lars Thunell, manifestó el compromiso de la Corporación en ayudar a expandir el financiamiento de viviendas – un área prioritaria para la CFI. Se firmó un contrato de asociación público-privada con la Autoridad General de Aviación Civil para trabajar junto con el gobierno saudí en el desarrollo de tres «ciudades aeropuerto». Esto tiene lugar en uno de los países más ricos del mundo, el cual se encuentra viviendo actualmente una bonanza petrolera sin precedentes.

Los indicadores no son capaces de distinguir claramente entre la calidad del entorno referente a los negocios de una economía ubicada en elpuesto 75 y otra ubicada en el puesto 40

Yemen es el país más pobre de la región y uno de los «países fronterizos» donde la CFI ha prometido concentrarse (ver Update 58). Al tiempo que los ingresos del petróleo representan las tres cuartas partes de los ingresos de Yemen, los expertos esperan que el país pueda llegar a convertirse en un importador neto de crudo para el 2011. El FMI y el Banco Mundial han destacado la importancia de la diversificación, aún cuando una parte considerable de la cartera de la CFI se mantiene dentro del sector del gas y del petróleo.

A pesar de pregonar acerca de la importancia de las pequeñas y medianas empresas en lo referente a forjar la espina dorsal de los sistemas económicos en los países fronterizos, la CFI todavía está por invertir en estas empresas en Yemen. Ha decidido cooperar primordialmente con grupos privados más fuertes luego de «haber sufrido en el pasado por tratar con patrocinadores débiles». De los seis proyectos que la CFI ha aprobado para Yemen en los dos últimos años, dos son de propiedad del mismo reconocido inversor yemenita, el grupo HSA.

En marzo, la CFI organizó un taller para funcionarios del gobierno yemenita y el sector privado con la finalidad de discutir el proceso de reforma tributaria del país. La iniciativa se enmarca dentro de una serie de condiciones incluidas por el Banco en la última donación de US$50 millones que la Asociación Internacional de Fomento (AIF) otorgó en apoyo al programa de reforma económica del gobierno yemenita. Al tiempo que la CFI es la primera en aconsejar al gobierno que disminuya los impuestos corporativos para estar «en consonancia con las normas internacionales» de acuerdo con el mandato del FMI, a Yemen se le solicitará compensar los ingresos no percibidos con la duplicación del impuesto general sobre las ventas, pasando a ser del 10 por ciento en el 2009. Otras reformas propuestas incluyen la eliminación de los subsidios internos a los combustibles para el 2010 y una reducción de salarios equivalente al 1,6 por ciento del PBI. Teniendo en cuenta que un 42 por ciento de la población yemenita vive en la pobreza, el Banco estima que la eliminación de los subsidios al petróleo habrá de incrementar la tasa de pobreza en un 9,2 por ciento. El despunte de los precios de los alimentos a nivel mundial podría conducir a un aumento adicional del 6 por ciento. La introducción de un impuesto regresivo sobre las ventas también habrá de golpear con mayor dureza a los pobres.

No hacer negocios

Los indicadores del Informe anual Doing Business de la CFI, que clasifica a los países según lo favorable que resultan para hacer negocios, han sido muy influyentes en la región (ver Update 57). Egipto encabezó la lista de los reformistas en el informe más reciente publicado el pasado mes de octubre. La misma semana en que se publicó el informe, 27.000 empleados de las textiles más grandes del país – la mayoría de los cuales perciben salarios por debajo del nivel de pobreza – iniciaron una huelga, exigiendo beneficios y salarios más altos. Arabia Saudita, que también se encuentra entre los principales reformistas, recibió la mejor calificación posible en el índice referente a la «contratación de trabajadores», a pesar de las prohibiciones en materia de libertad de asociación, derecho a organizarse y negociación colectiva.

Se espera que la propia unidad de evaluación del Banco publique una evaluación con respecto a los indicadores del informe Doing Business. A dicha evaluación se le adelantó un estudio encargado por el ministerio noruego de relaciones exteriores. El estudio llevado adelante por el centro de investigación ESOP de la Universidad de Oslo cuestiona el valor de los indicadores como una herramienta para formular políticas. Los indicadores, asumiendo que en efecto capten el entorno subyacente en materia de negocios, no son capaces de «distinguir claramente entre la calidad del entorno referente a los negocios de una economía ubicada en el puesto 75 y otra ubicada en el puesto 40». Al tiempo que cuestiona la conjetura asumida por los indicadores de que los costos adicionales de mano de obra siempre son malos para los negocios, el estudio encuentra que el «índice sobre contratación de trabajadores» tiene un efecto marginal sobre la totalidad del ranking. Los autores exhortan a la CFI a ser más transparente con respecto a su metodología y advierten contra los gobiernos que diseñan políticas para mejorar su posición en estos tipos de ranking.