La Comisión para el Desarrollo y el Crecimiento (Commission on Growth and Development) redescubre el Estado – un grupo de formadores de política, líderes de negocios y acadÚmicos, se siente más inclinado hacia las intervenciones estatales y menos a las reformas para mercados libres.
Liderado por el laureado Premio Nobel y Profesor de Negocios de la Universidad de Stanford, Michael Spence, la Comisión publicó una síntesis final en mayo de 2008, de sus muchos documentos, casos de estudio y talleres. Ha estado trabajando desde abril de 2006 con el apoyo del Banco Mundial, la Fundación Hewlett, y los gobiernos de Australia, los Países Bajos, Suecia y el Reino Unido.
La fijación en el crecimiento de la Comisión, fue evidente al comienzo del resumen al igualar el crecimiento de la calidad con aumentos en el PIB (ver Boletín 54). Se decidió estudiar las trece economías que se han expandido en una tasa promedio de por lo menos 7 por ciento al año por 25 años o más, desde la Segunda Guerra Mundial: Botswana, Brasil, China, Hong Kong, Indonesia, Japón, Korea, Malasia, Malta, Omán, Singapur, Taiwán y Tailandia. De acuerdo con la Comisión, estos países comparten cinco características: Explotación de la economía global; estabilidad macroeconómica; altas tasas de ahorros e inversión; recursos asignados a los mercados; y gobiernos capaces .
en demasiados casos la división del trabajo pone las ganancias en manos privadas y los riesgos en el regazo público."
La admisión de que la elaboración de la política es compleja y heterogÚnea es refrescante. La tarea clave de elaboración de política es «mejorar la efectividad de las instituciones gubernamentales en vez de quitarles sus tareas.» Los autores animan a los gobiernos a probar las políticas paso a paso y a aprender de los errores.
La crítica del informe del Consenso de Washington es sorprendente, considerando que involucra a personajes clave identificados con el fallido paradigma, tales como el antiguo Secretario de la Tesorería de Estados Unidos, Robert Rubin. Los Comisionados admiten que los países en desarrollo con frecuencia carecen de instituciones claves regulatorias y de mercado, «y los elaboradores de las políticas no siempre saben cómo funcionará el mercado sin ellas.» Ellos están de acuerdo en que no conocen las condiciones suficientes para el crecimiento, y tampoco pueden saber con seguridad si las medidas que recomiendan son necesarias.
Entre las recomendaciones de la Comisión hay algunos resultados predecibles y tambiÚn hay varios que pueden producir un rompimiento con la ortodoxia económica prevalente. Las inversiones tanto en la infraestructura física como en la social son enfatizadas con la advertencia de que «en demasiados casos la división del trabajo [en las asociaciones públicas y privadas] pone las ganancias en manos privadas y los riesgos en el regazo público.» Los Comisionados respaldan la transición de ciudadanos fuera de la agricultura hacia las fábricas de exportación, y apoyan el uso de las Zonas Económicas Especiales (aunque los derechos «no deben ser sacrificados»).
Lo más sorprendente es la admisión a regañadientes de que las políticas industriales pueden ser efectivas si se usan estratÚgica y temporalmente. TambiÚn hay un apoyo cauteloso para el manejo de la tasa de intercambio. El consenso resultante fue en contra de la rápida liberación financiera, afirmando que los países en desarrollo «han recibido mucha presión de las IFIs». El informe continúa diciendo que «si este es un buen consejo, parece depender fuertemente de si la economía es diversificada, de que sus mercados del capital sean maduros, y de que sus instituciones financieras sean fuertes.»
En reconocimiento de que estas condiciones con frecuencia no están presentes, los Comisionados desafían la doctrina de dos dÚcadas del FMI, declarando abruptamente que «el hecho de que los controles del capital sean dÚbiles e imperfectos no parece ser un argumento decisivo en contra de ellos.» Este no es el único moretón del Fondo. El informe cuestiona los beneficios de la reducción de la inflación a niveles muy bajos, aboga por ser precavidos en relación con la independencia del banco central, y permite la flexibilidad de la política fiscal porque «el crecimiento puede depender Úl mismo de la inversión gubernamental.»
El informe de la Comisión de Crecimiento discute un número de asuntos transversales incluyendo: El calentamiento global (apoyando la contracción y la convergencia); eleva la desigualdad de los ingresos y el proteccionismo; el auge de China y de la India y la caída de los precios manufactureros; la elevación de los precios de los alimentos y del combustible; demografía, edad y migración; los desequilibrios globales y el gobierno global.
Mientras que los Comisionados estarán impulsando los resultados de sus países de origen, el impacto del informe sobre el Banco y el Fondo es poco claro. Algunos miembros de la Comisión han tenido dificultades para decir que quieren influenciar a quienes elaboran las decisiones de los países en desarrollo, y no la política del Banco. El Departamento para el Desarrollo Internacional Británico está fijando un Centro de Desarrollo Internacional, para financiar economistas destacados para aconsejar a los gobiernos de los países sobre sus propias estrategias nacionales, abriendo a finales del 2008.