Por Srabani Roy, Bank Information Center
Los análisis de las últimas cifras de inversión del Banco ponen en duda una vez más si el Grupo del Banco Mundial está realmente dispuesto a dejar su adicción por los proyectos relacionados con los combustibles fósiles que propician el cambio climático.
En su nuevo marco estratégico sobre el cambio climático (ver Boletín 62), el Banco Mundial reconoce claramente que el calentamiento global es «causado por actividades tales como el uso de combustibles fósiles y modificaciones en el uso de las tierras». Sin embargo, la realidad en torno a la actividad crediticia del Banco no se condice con su retórica. Las nuevas estadísticas del Bank Information Center -ONG con sede en Estados Unidos- muestran que el financiamiento suministrado por la rama del sector privado del Banco, la Corporación Financiera Internacional (CFI), para proyectos de combustibles fósiles se incrementó un 165 por ciento durante el año fiscal 2008, comparado con un aumento del nueve por ciento para proyectos de energía renovable. Si lo consideramos como un todo, el Grupo del Banco Mundial incrementó sus préstamos relacionados con combustibles fósiles un 60 por ciento durante el mismo período. Si tenemos en cuenta que el nuevo marco hace especial hincapié en la necesidad de contar con una mayor participación e inversión del sector privado en lo que refiere a la mitigación y adaptación del cambio climático, estamos ante un mal presagio.
«La CFI no solo aumentó los préstamos otorgados para gas y petróleo, sino que en el 2007 y 2008 se realizaron grandes inversiones en carbón», dice Heike Mainhardt-Gibbs, quien realizó la investigación. «La institución simplemente no está reduciendo el considerable financiamiento que otorga para proyectos de combustibles fósiles que habrán de emitir gases de efecto invernadero durante un período de 20 a 40 años».
Sin embargo, la realidad en torno a la actividad crediticia del Banco no se condice con su retórica
En abril, la CFI aprobó un préstamo por $450 millones para la nueva central eléctrica Tata Ultra Mega en la India occidental (ver Boletín 59), la cual se espera que esté en pleno funcionamiento para el 2012. Una vez en acción, la central se convertirá en uno de los 50 mayores emisores de gases de efecto invernadero de todo el mundo. Esto tiene lugar un año después que el presidente del Banco, Robert Zoellick, se comprometiera a «incrementar significativamente nuestra asistencia» para luchar contra el cambio climático.
En 2008, el financiamiento total del Grupo del Banco para proyectos de combustibles fósiles se estima que ha rondado los $2.300 millones. De esta cifra, los proyectos de la CFI representaron aproximadamente $2.200 millones. La CFI también aprobó $300 millones para la central térmica a carbón de Calaca en Filipinas. Además, la CFI financió un proyecto para gas y petróleo en Argentina de $550 millones, el proyecto altamente polémico de gas natural licuado en Perú por la suma de $300 millones (ver Boletín 60) y el proyecto petrolero Cairn India II.
Uno de los «principios rectores» del nuevo marco estratégico del Banco es un mayor acceso a la energía. Al tiempo que el Banco manifiesta que pretende «incrementar aun más los préstamos otorgados para nuevas energías renovables y eficiencia energética», también explicita claramente que «reconoce que los combustibles fósiles, incluyendo el carbón, continuarán siendo una parte importante del mix energético para ampliar el acceso a la energía y la seguridad energética, tanto en países desarrollados como en desarrollo en las próximas décadas».
A pesar de su manifiesta preocupación por abordar el calentamiento global, el Banco también debe admitir que además de contribuir a cumplir con su mandato para reducir la pobreza, estas plantas son extremadamente rentables y permiten a la institución incrementar sus activos y otorgar más préstamos.
«El Banco Mundial se ha vuelto muy dependiente de los préstamos relacionados con combustibles fósiles para mantener su propia fortaleza financiera», comentó recientemente Vijaya Ramachandran, colaborador principal del Centro para el Desarrollo Global, a Bloomberg News en Washington.
Resulta altamente cuestionable que el Banco incremente su financiamiento para proyectos intensivos en combustibles fósiles en el correr del mismo año en que intenta posicionarse como líder del financiamiento relacionado con el cambio climático.