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Los mecanismos de inspección IFI critican las fallas del Banco en Uganda y Nigeria

7 octubre 2008

Por Soren Ambrose, del Centro de Información del Banco

El proyecto de la represa de Bujagali en Uganda y el proyecto del gasoducto en África Occidental (WAGP) en Nigeria, fueron criticados ampliamente por el Panel de Inspección del Banco Mundial.

En el momento en que la construcción de Bujagali empieza después de más de siete años de disputas y escándalos (ver Boletín 60), el proyecto se ha convertido no sólo en una prioridad para el presidente Yoweri Museveni, sino también el primer proyecto en ser investigado simultáneamente por dos mecanismos de inspección de las IFIs.

La primera investigación del nuevo Mecanismo de Revisión Independiente (IRM) del Banco de Desarrollo Africano (AfDB) fue publicada en julio de 2008. Critica la falla del AfDB al no haber cumplido con su política de reasentamientos, y recomienda el desarrollo de nuevas políticas en otras áreas. Pronto se esperan los planes de acción para dirigir los problemas identificado por el IRM.

Es sorprendente ver cómo ellos y el Banco Mundial le negaron a estas personas empobrecidas lo que les correspondí

El personal del Panel de Inspección del Banco Mundial acompañó al personal del IRM en una visita al lugar del Bujagali en noviembre de 2007. Su informe fue presentado a la Junta del Banco Mundial en la primera semana de septiembre de 2008. Diferente al AfDB, el Banco Mundial no facilita el informe a los grupos que presentaron la queja originalmente. Pero fuentes confiables indican que este informe también es muy crítico en una gama más amplia de asuntos.

Sabemos que el Panel encontró que el Banco y los patrocinadores del proyecto fallaron al tratar de reducir la cantidad de tierra requerida para las líneas de transmisión, y que el Banco Mundial no está cumpliendo con su política de reasentamiento. No hay planes para responder a las necesidades de las personas que ya fueron asentadas, no hay una cuenta correcta de cuántas necesitarán reasentamiento, y tampoco existe un presupuesto apropiado para lo que se necesita.

Además, el informe también expresa su desaliento respecto a la falta de análisis sobre el efecto potencial en el Lago Victoria, y sobre la lógica dudosa de que el "área de influencia" no incluye el lago. El informe también critica el examen superficial de las alternativas a una gran represa por parte del Banco, y cuestiona su afirmación de que el cambio climático no será un factor que afecte la descarga del agua de la represa.

En el lado financiero, el Panel calculó que el Banco Mundial tenía una visión demasiado optimista sobre los ingresos que la represa pueda generar, y encontró que el acuerdo de compra de la energía, una fuente principal de preocupación en la primera encarnación del Bujagali, pueda relegar aún más riesgos para el Gobierno de Uganda.

La Junta del Banco Mundial tiene programada una reunión para discutir el informe a mediados de octubre de 2008, aunque ésta podría ser demorada debido a las reuniones anuales que se aproximan. Al mismo tiempo la construcción de la represa continúa, pero los grupos como la ONG ugandesa La Asociación Nacional de Profesionales Ambientalistas están exigiendo que todos los problemas identificados en los dos informes sean resueltos satisfactoriamente antes de que se permita continuar el proyecto.

WAGP: El Banco Mundial admite sus errores

A principio de agosto de 2008, la Junta del Banco discutió un reclamo del Panel de Inspección sobre WAGP, el cual se extiende hacia el occidente desde el Delta del Níger en Nigeria a través de Benin y Togo hacia Ghana (ver Boletín 57, 56). El informe es una fuerte acusación de la forma como la compañía del Gasoducto de África Occidental (WAGPCo) llevó a cabo su reasentamiento y sus obligaciones de compensación en el suroccidente de Nigeria.

La respuesta de la directiva del Banco Mundial fue inusualmente conciliatoria, aceptando que el proceso había sido muy mal realizado, y proponiendo un elaborado plan de acción para rectificar los errores. La directiva del Banco admite que a las/los residentes se les pagó sólo el 10 por ciento del valor establecido de su tierra.

Mike Karikpo de Acción por los Derechos Ambientales y Amigos de la Tierra de Nigeria comentó: "El Banco Mundial debe explicar por qué fracasó en presentar en forma efectiva el caso de "la compensación tierra por tierra" que la política del Banco estipula, y debe probar su afirmación de que ahora (después de que se reconocieron los errores), no hay más tierra disponible para las personas desplazadas. Incluso después de leer la versión de los eventos por parte del Banco, es difícil de creer que el Banco Mundial no estuvo de acuerdo con WAGPCo al cortar la valoración (ya demasiado baja) de la propiedad de los lugareños".

Karikpo añade: "Recordemos que WAGPCo no es una compañía local tratando de sobrevivir, sino un consorcio de algunas de las compañías más ricas del mundo, incluyendo a Chevron y Shell. Es sorprendente ver cómo ellos y el Banco Mundial le negaron a estas personas empobrecidas lo que les correspondía".

Nasiru Jimoh, miembro de la comunidad Igbesa que comprende la mayoría de las personas desplazadas por WAGPCo, comentó: "El Banco Mundial nos dio los precios que nos iba a pagar y luego cambió de parecer sin consultar con nosotros. Ellos sembraron confusión y desesperación en mi comunidad. Ahora que ya admitieron sus errores, deben revelar públicamente cómo llegaron a la valoración de nuestros árboles, nuestros cultivos y nuestra tierra".

El Panel también criticó la negativa del Banco Mundial para considerar la procedencia del gas que será transportado por el gasoducto – negativa que la directiva del Banco continúa defendiendo diciendo que el gasoducto multipaís es un proyecto diferente del de los pozos y del viejo gasoducto hacia Lagos que conecta con el WAGP.

El Panel descubrió que el proyecto inicialmente fue promovido como un instrumento para reducir las llamaradas de gas que afectaban a las comunidades del Delta de Níger debido al ruido constante, el calor, la luz y la polución. Sin embargo, la reducción real de las llamaradas de gas, como lo reconoce la directiva del Banco, será mucho menor de lo que se infirió antes de que se iniciara el proyecto. Ni la Junta ni la directiva del Banco se han comprometido a tomar acción para remediar este problema.