Por Manana Kochladze, CEE Bankwatch Network
Los gobiernos occidentales y las instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial y el Banco Europeo para el Desarrollo y la Reconstrucción (EBRD), han tratado de convencer a las personas pobres de la región que los oleoductos en el Cáucaso les traerían prosperidad económica y ayudarían a fortalecer la democracia en la región. Sin embargo, este juego del petróleo fue parcialmente responsable del aumento de la pobreza, el conflicto y la miseria que ahora acosa a miles de ciudadanos que fueron desplazados durante el conflicto en Georgia, en agosto de 2008.
La construcción del oleoducto Baku-Tblisi-Ceyhan (BTC) – (ver Boletín 46 y 52) en una región inestable como el Cáucaso, con su legado de tensiones étnicas, religiosas, políticas y militares, es un negocio muy arriesgado. A pesar de numerosos pedidos, los riesgos a la seguridad y los impactos en las poblaciones locales nunca fueron debidamente valorados por el patrocinador del proyecto, o por la multinacional BP.
Para aumentar la seguridad (debido a las amenazas terroristas), se establecieron controles militares a lo largo del recorrido del oleoducto, lo cual exacerbó los conflictos con los habitantes locales. Justo antes del conflicto en agosto, cuando EBRD reconoció que se estaban necesitando más esfuerzos para apoyar el regreso, el reasentamiento y la compensación para los habitantes por la pérdida de sus tierras en Azerbaiyán y Georgia, el EBRD pidió todavía más tierra para las zonas de seguridad en Azerbaiyán.
Además, unos días después de un ataque y explosión en el oleoducto de BTC, en la sección de Turquía, los jets rusos bombardearon el oleoducto cerca de la población de Ristavi, creando más de 50 cráteres y los misiles cayeron a tan sólo cien metros del mismo oleoducto. Al día siguiente, el oleoducto Baku-Supsa (predecesor de BTC), también fue bombardeado. Hubo fuegos rugientes en muchas áreas del Parque Nacional Borjomi-Kharagauli, inmediatamente después de los vuelos de los helicópteros militares rusos sobre el área de bosques, en la vecindad del oleoducto BTC.
Parece que los problemas con el oleoducto BTC continúan, ya que la Agencia de Noticias Rusa reporta que un alimentador del oleoducto BTC se reventó cerca del terminal de Baku, el 12 de septiembre.
BP y el Primer Ministro Ruso, Vladimir Putin, fogosamente niegan que alguna de las acciones de Rusia hubiera causado algún daño al oleoducto. El Sr. Putin aún declara que "Estamos tratando nuestras instalaciones de energía con mucho cuidado y no queremos dañar nada. No tenemos y nunca tendremos semejante objetivo". Mientras que es muy difícil saber que está sucediendo detrás de puertas cerradas, está claro que la mala construcción de los oleoductos en una región inestable del mundo, son un nuevo frente para los ataques, y además representan una grave amenaza para los habitantes locales y para el medio ambiente.