En la medida en que las economías mundiales se van cayendo, el Banco Mundial y el FMI están viendo cómo pueden aportar dinero en efectivo, pero mientras los recursos del Banco Mundial se expanden, parece que los del FMI no son suficientes.
Después de que Islandia solicitó un préstamo del FMI (ver Artículo 10), la organización anunció que tenía $200.000 millones disponibles para los países en dificultades, y que rápidamente podría conseguir otros $50.000 millones más para sus miembros si fuere necesario. Sin embargo, si los países con grandes mercados emergentes como Corea del Sur o Indonesia (los cuales han visto especulación en sus divisas) llegaran al FMI para solicitar préstamos, éste rápidamente se quedaría sin dinero. El mismo gerente general diputado, John Lipsky, admitió en octubre de 2008, que el FMI tal vez tendría que conseguir más fondos.
El primer ministro británico, Gordon Brown, lanzó una campaña para conseguir fondos para el FMI, visitando a los países ricos en reservas del Mediano Oriente, y también solicitó ayuda a China. Los funcionarios del Tesoro estadounidense rechazaron la idea diciendo que el FMI no debería buscar fondos sino hasta que los necesitara. Al final Arabia Saudita objetó, pero Japón convino en prestar al FMI unos extra $100.000 millones.
Irónicamente los países en desarrollo ya venían afirmando por años que los recursos del Fondo se habían reducido en relación con el tamaño del comercio global y los flujos de inversiones. Los recursos del FMI están vinculados con el derecho al voto, así que un aumento de estos podría significar la necesidad de distribuir la mayor parte del aumento del derecho al voto con los países en desarrollo y esto es algo a lo que los países europeos se opusieron vigorosamente durante las recientes negociantes sobre el gobierno del FMI.
Nueva facilidad del FMI: ¿Una sigla más o algo de verdadera ayuda?
La crisis financiera finalmente impulsó al FMI a convenir en octubre de 2008, un mecanismo de financiación para contingencias: la Facilidad para la Liquidez a Corto Plazo (STLF – Short-Term Liquidity Facility), diseñada para prestar grandes cantidades rápidamente a los mercados emergentes con una baja condicionalidad. Esta Facilidad reemplaza la fallida Facilidad de Línea de Crédito para Contingencias, la cual fue cancelada sin nunca haber sido utilizada (Ver Boletín 54).
La STLF prestará a los países hasta cinco veces la cuota de un país al FMI, por períodos de hasta tres meses. Por ejemplo, Indonesia podría acceder a unos $15.000 millones; mucho menos que los $40.000 millones que prestó en 1998 durante la crisis financiera asiática. La innovación clave aquí, es que el FMI determinará la elegibilidad por medio de conversaciones confidenciales con los países interesados, en vez de publicar una lista de países que reúnen los requisitos necesarios.
Para mediados de noviembre de 2008, ningún país había prestado del FMI (ver Artículo 10) utilizando el STLF, supuestamente porque no calificaban. Pero como el FMI ha dicho que el uso del STLF será hecho público posteriormente, es posible que los países con mercados emergentes se preocupen debido al estigma relacionado con el uso de los fondos del FMI.
Bonanza de los bonos del Banco
Entretanto, el Banco Mundial parece tener tanto dinero que no sabe que hacer con él. El nerviosismo de los mercados internaciones financieros hace que los inversionistas estén buscando lugares más seguros para depositar su dinero. Esta ‘fuga por la calidad’ beneficia al Banco Mundial con su alta calificación de crédito y garantías implícitas por los gobiernos mundiales. El Banco estaba pagando una tasa más baja de interés que nunca cuando consiguió dinero con la emisión de bonos en octubre de 2008.
Las condiciones del mercado también lastimaron significativamente las habilidades de los países en desarrollo para elevar sus propias finanzas. Los préstamos baratos del Banco podrían ayudar a llenar los vacíos, pero eso también significa que los países serían objeto de la condicionalidad del Banco. El sector privado enfrenta un destino semejante, ya que en la medida en que las compañías de los mercados emergentes pierden el acceso al crédito, éstas podrían ser empujadas a los brazos de la CIF.
En un documento para la Cumbre G20 el Banco Mundial se comprometió a aumentar los préstamos drásticamente diciendo que «tiene la habilidad de contraer nuevos compromisos de hasta $100.000 millones durante los próximos tres años, incluyendo la triplicación de compromisos este año. Combinado con los dineros movilizados de otros, estas nuevas facilidades podrían proveer más de $30.000 millones durante los próximos tres años.»