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Preocupación sobre los préstamos del Banco para el clima

27 febrero 2009

Las recientes negociaciones sobre el cambio climático de la ONU en Polonia, mostraron la tensión prevalente sobre la forma como los fondos van a ser canalizados, bien a través de la ONU o del Banco Mundial, lo cual mostró de nuevo el papel del Banco como un inversionista muy importante de los proyectos de carbono intenso.

La Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático se realizó en Poznan a comienzos de diciembre de 2008, con la participación de 11.000 delegados, incluyendo a 1.500 lobbistas corporativos para discutir el camino hacia adelante sobre las negociaciones relativas al cambio climático. El acuerdo final debe realizarse en Copenhagen en diciembre de 2009.

Al tiempo que muchos delegados no hablaron directamente del Banco Mundial en las negociaciones, su presencia fue sentida en las discusiones sobre el apoyo para los ‘mecanismos de financiación existentes’ (sinónimo de los fondos de inversión climática   del Banco), en contraste con la formación de nuevas estructuras. Esto mostró la división existente entre el G77 con el Bloque Chino (que representa a 133 países en desarrollo), el cual apoya la idea de un nuevo mecanismo gobernado democráticamente para la financiación del cambio climático a través de la ONU, y los países del G8, quienes han apoyado la canalización de las inversiones a través del Banco Mundial.

Como consecuencia de la reflexión sobre estas y otras preocupaciones expresadas por el G77, una coalición de 160 organizaciones de la sociedad civil emitió una declaración conjunta pidiendo el desarrollo de un Fondo Climático Global bajo el Marco de la Convención del Cambio Climático de la ONU (UNFCCC – United Nations Framework Convention on Climate Change). Entre los principios más importantes mencionados están: el gobierno representativo, la planeación participativa, el fortalecimiento de las capacidades, el acceso para los más vulnerables y el fortalecimiento de los derechos establecidos en las declaraciones de la ONU, además de dirigir las causar reales del cambio climático. 

Políticas climáticas vs. Las emisiones del carbono

En Poznan las organizaciones de la sociedad civil, señalaron la contradicción entre el deseo del Banco de posicionarse como un jugador principal para combatir el cambio climático, y su apoyo activo a los proyectos del carbono intensivo alrededor del mundo.  De acuerdo con un informe del World Wildlife Fund, desde 1997 hasta 2007, el Banco Mundial financió más de 26 gigatoneladas de emisiones de CO2, aproximadamente 45 veces las emisiones anuales del Reino Unido (ver Boletín 62).

‘Es una verdadera hipocresía que el Banco Mundial esté reclamando algún tipo de rol, supuestamente ayudando al Sur a enfrentar la crisis climática, cuando continúa financiando políticas y proyectos que son dañinos para el medio ambiente,’ dijo Lidy Nacpil, coordinadora del Movimiento de Jubilee South para Sur Asia y el Pacífico sobre la Deuda y el Desarrollo (Jubilee South Asia-Pacific Movement on Debt and Development).

Los participantes de la sociedad civil en la Conferencia de Poznan también llamaron la atención sobre la oferta del Banco Mundial de $5.000 millones a Eskom Holdings Ltd. Para proyectos no especificados para expandir la electricidad en el Sur de África. Al tiempo que no está claro si la financiación será canalizada solamente a través de la CIF (Corporación Internacional Financiera) el brazo del sector privado del Banco – la financiación ya fue convenida en principio. Los planes actuales de Estocolmo para la generación de electricidad incluyen la energía eólica, sin embargo, por lo menos el 90% de su generación de electricidad viene del carbón. Citando informes de que el préstamo podría apoyar el desarrollo de seis plantas de electricidad con base en el carbón, los activistas temen que éste podría ser el proyecto más intenso nunca realizado.

Criticas al clima de IEG

Las políticas de electricidad del Banco están pasando por otra investigación con la publicación del primer informe en series sobre el cambio climático por parte del Grupo de Evaluación Independiente del Banco Mundial (IEG – Independent Evaluation Group). El informe también encontró que ‘hay una tendencia generalizada de preferir las inversiones generadoras de electricidad que sean visibles y fáciles de entender en contra de las inversiones eficientes pero menos visibles, que tienen que ver con la inversión en el comportamiento humano en vez de la ingeniería eléctrica, y cuya eficiencia es más difícil de medir.’

El informe también habla de la necesidad de revisar los modelos del desarrollo y las más grandes fuentes de las emisiones al indicar que proveer electricidad para los hogares que carecen de ella en el mundo, solo añadiría una tercera parte del 1 por ciento a las emisiones de gases de invernadero, si no se utilizaran fuentes de energía renovables y aun menos si se estas fuentes renovables fueran utilizadas.

Criterio fallido de la CIF

En enero de 2009, el Banco publicó los criterios para su Fondo de la Tecnología Limpia (CTF – Clean Technology Fund), uno de los dos fondos establecidos para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático y cambiarse a las tecnologías de energía limpia para reducir las emisiones (ver Boletín 60). A pesar de que la propia revisión de la Industrias Extractivas del Banco recomendó que se terminara la financiación del carbón, el criterio del Fondo de Tecnología Limpia pone una gran dependencia en la financiación de nuevas plantas de electricidad con combustible de carbón que sirven para capturar y almacenar el carbono (CCS) y que son ‘muy eficientes’.  El objetivo de la tecnología CCS es capturar las emisiones del dióxido de carbono de las torres de las estaciones de electricidad para depositarlas subterráneamente.

Esperanzas Falsas (False Hope), un informe publicado en mayo de 2008 por Greenpeace Internacional afirma que ‘la CCS no ha sido probada, es riesgosa, cara y además invertir en ella es una amenaza que socava las soluciones de energía limpia disponibles en el momento.’ Además es preocupante ver que la tecnología no estará disponible a tiempo para tomar las acciones más necesarias, pues el Panel intergubernamental sobre el Cambio Climático estima que esta tecnología no estará disponible sino hasta el año 2050.

Con la creciente presión internacional para que se concluya el acuerdo en Copenhagen a finales de este año y el aumento del desarrollo de los fondos climáticos en el Banco Mundial, estos y otros debates muy probablemente van a intensificarse en los próximos meses.  Esto no solo llama la atención sobre la necesidad por un mutuo acuerdo entre los países desarrollados y aquellos en vía de desarrollo, sino que también enfatiza la necesidad de la participación de la sociedad civil y de aquellos más afectados por los cambios climáticos para establecer soluciones sostenibles y a largo plazo.