La crisis financiera redujo la disponibilidad del crédito para el sector privado, incluyendo a los países en desarrollo. La Corporación Internacional Financiera (CIF) planea llenar el vacío, pero hay preguntas sobre el posible impacto para el desarrollo y la implementación de las salvaguardas sociales y ambientales.
La CIF, el brazo del Banco Mundial para los préstamos directos al sector privado, planea proveer más de $15.000 millones anuales durante los próximos dos años, en comparación a los compromisos de unos $5.000 millones hace apenas unos 5 años. A mediados de diciembre de 2008, la Junta de la CIF aprobó cuatro medidas en respuesta a la crisis financiera: la duplicación del programa financiero y comercial global a $3.000 millones; un aumento de los servicios de asesoría de la CIF (ver Boletín 62); una nueva facilidad para la infraestructura de la crisis; y un nuevo fondo para la recapitalización del Banco.
Respuestas de la CIF a la crisis
La CIF está comprometiendo $300 millones de su propio capital para la facilidad de la infraestructura de crisis, la cual confía poder desembolsar de $1.500 millones a $10.000 millones en total. Desde la aprobación de la Junta, el personal de la CIF ha estado recaudando fondos intensivamente de gobiernos y agencias donantes. Parte del dinero recolectado puede venir de los presupuestos para la ayuda cada vez más exprimidos de esas agencias, o sea sacando de la ayuda para otras prioridades tales como la protección social, la salud y la educación.
Esto es simplemente el bienestar global corporativo
La Facilidad financiará tanto los proyectos privados como las asociaciones público privadas. No hay indicación de si invertirá en sectores controversiales tales como la privatización del agua y la electricidad. Al tiempo que la CIF ‘buscará asegurar que los proyectos que financia sean operados en forma consistente de acuerdo con los estándares de desempeño de la CIF respecto a lo social y la sostenibilidad ambiental’, también se espera que los proyectos financiados por esta Facilidad sean originados por las IFIs. La Facilidad dependerá de los estándares de la institución original, aun si estos estándares son menos completos que los propios. Lo más importante, es que no supervisará los estándares de los proyectos que no sean originados por la misma CIF.
El Fondo de Recapitalización del Banco de $3.000 millones, obtendrá $1.000 de los propios recursos de la CIF y $2.000 millones adicionales del Banco Japonés para la cooperación Internacional (JBIC). ‘Creará inversiones en acciones e inversiones relacionadas para recapitalizar bancos con un impacto sistemático en los países clientes de la CIF con mercados emergentes.’ Esto permitirá que los mercados emergentes sin suficiente capital puedan rescatar sus bancos como lo han hecho los países ricos. Sin embargo, estos rescates de la CIF no serán supervisados públicamente y por lo tanto no hay posibilidad de pedir medidas diseñadas para controlar los excesos bancarios, tales como las grandes bonificaciones ejecutivas.
En el proceso, la CIF puede también asegurar que sus propios grandes inversionistas en el sector bancario de los mercados emergentes, a quienes algunos han culpado por causar la crisis (ver Boletín 63), no caigan en la bancarrota. Todavía no está claro cómo el Fondo se enfrentará con casos donde todo el sector bancario haya sido comprado por bancos extranjeros, tales como en Europa oriental.
Subsidio de las minas y el petróleo
El ejecutivo jefe de la CIF, Lars Thunell, indicó a principios de diciembre de 2008, que el organismo aumentará sus acciones de inversión en las compañías mineras que han sido golpeadas por la rápida caída de los precios de los artículos y por la crisis del crédito. Antonio Tricarico de la ONG Italiana CRBM dijo que esto era un escándalo: ‘Esto es simplemente el bienestar global corporativo en el nombre del desarrollo. Nuevamente el dinero público estará apoyando malas compañías sin ninguna consideración por el costo para las comunidades locales y el medio ambiente.’
La CIF estaba considerando un gran préstamo para un proyecto combinado de energía, minería y transporte para exportar aluminio de Guinea. Se iba a decidir sobre la inversión a finales de enero de 2009, pero todos los proyectos de Guinea están suspendidos después de que los militares tomaron el poder en noviembre de 2008.
Otro proyecto de infraestructura masiva, la Represa Kafue (ver Boletín 61), se está viendo financieramente amenazado, además de todas las quejas sobre los impactos sociales y ambientales. Muchos de los patrocinadores del sector privado se están saliendo del proyecto, o sea de una represa que proveería de energía a la industria minera del cobre en Zambia, debido a la caída en el precio de las ‘commodities.’ La CIF hasta el momento solo ha pagado por un estudio de viabilidad, pero podría buscar una inversión más grande dada la ausencia del capital privado.
El próximo megaproyecto para la CIF es el desarrollo de los campos petrolíferos ‘off shore’ de Ghana. La CIF considerará inversiones de $225 millones en febrero, pero una coalición de ONGs ghanaians y americanas pidió a la Junta que demorara el voto debido a las preocupaciones sobre la protección ambiental, la pobre rendición de cuentas y la poca transparencia de los contratos.
¿A dónde va la CIF?
Se supone que la CIF catalice la inversión del sector privado compartiendo el riesgo y realizando proyectos de demostración. La crisis financiera puede estarlo empujando para que sea uno de los grandes financieros apoyados públicamente que se reúnen para dar financiación barata a los proyectos del sector privado.
Margarita Flores de la ONG Colombiana, ILSA, fue crítica: ‘En esta década hemos visto un aumento de los créditos directos para el sector privado de parte de los bancos apoyados públicamente como la CIF, como el proyecto Camisea en el Perú, y las represas del rio Madeiara en Bolivia y Brasil. Estos bancos no están haciendo desarrollo sino simplemente financiando las ganancias de las Corporaciones multinacionales.’