En medio de gran redoble de tambores el G20 anunció su paquete global de $1.1 billón el cual puede entregar menos de la mitad en nuevos recursos. El asunto de la reforma fundamental económica no se incluyó en la agenda, a pesar de las claras propuestas de las ONGs y de la ONU.
La Cumbre G20 de Londres el 2 de abril capturó la atención positiva de los medios, a pesar de que no fijó un cambio fundamental económico, y de que bombeó todavía más dinero en dirección del Banco Mundial y del FMI, sin un plan claro para su reforma.
El FMI recibió la mayoría de los fondos (ver Artículo 8), con los posibles $500 mil millones en nuevos recursos, y $250 mil millones en la expedición de Derechos Especiales de Giro (SDRs – special drawing rights). De los $500 mil millones, solo la mitad han sido firmados y sellados, y la gran mayoría de los cuales ya habían sido anunciados previamente. Una asignación de SDRs (los activos de reserva creados internamente por el FMI), en realidad tienen que ver con la impresión de dinero nuevo. Del total, solo $85 mil millones irán a los países de medianos y bajos ingresos. Diferentes a otras formas de financiación, los SDRs no tienen condicionalidades adherentes, pero los países todavía tienen que pagar los intereses al usarlos.
El G20 es un poco nebuloso sobre el nuevo dinero para el Banco Mundial, diciendo solo que había convenido en ‘apoyar’ los préstamos anuales adicionales de los bancos multilaterales para el desarrollo (MDBs – multilateral development banks) de $100 mil millones por año. Parte de estos fondos, como el empuje a la financiación del comercio de la CIF, son dineros ya prometidos. Una parte de este dinero se supone debe venir de los recursos MDB existentes. La otra parte vendrá del empuje de un 200 por ciento al capital del Banco de Desarrollo Asiático, y de la consideración de iniciativas similares para el Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Africano de Desarrollo.
Los esfuerzos del Banco Mundial para conseguir contribuciones adicionales para sus fondos de ‘vulnerabilidad’ fueron rechazados (ver Artículo 7) – el G20 fue claro en su afirmación de que estos solo serían entregados en forma bilateral por parte de los donantes que quisieran hacerlo. Hasta el momento, el Reino Unido es el único país que se ha comprometido claramente – dedicando £200 millones de su presupuesto de ayuda existente para ese propósito.
¿Dinero para los más pobres?
De los supuestos $1.1 billón, $50 mil millones, o sea menos del 5 por ciento, son para los 49 países más pobres del mundo. El Comunicado del G20 no da más detalles sobre cómo se llegó a esta cifra, pero sí es claro que incluye SDRs. La mayor parte del total son los préstamos del FMI, solo está disponible si la economía de los países pobres se está desmoronando.
Los detalles del ‘esfuerzo global para asegurar la disponibilidad de por lo menos $250.mil millones de financiación para el comercio durante los próximos dos años’ no aparece en el Comunicado. Sin embargo, y es algo controversial, es posible que todo este dinero sea manejado por las tan criticadas agencias exportadoras de crédito. El compromiso del Comunicado de responder a los compromisos existentes de la ayuda, obviamente significó más para algunos países G20 que para otros. Italia, el anfitrión actual del G8, planea cortar su ayuda en un 55 por ciento este año.
El Comunicado del G20 no dice nada nuevo sobre la reforma del gobierno de las IFIs (ver Artículo sobre las IFIs). El gran aumento en los recursos del FMI, no fue igualado con compromisos claros para terminar las políticas austeras controversiales que hasta el momento han sido parte de los paquetes de rescate del FMI (ver Artículo 5). Duncan Green de Oxfam dice: ‘Nos preocupa mucho ver la posición tan central que ha logrado el FMI en esta crisis. Se le dio un cheque en blanco al Fondo pero su reforma continúa siendo no más que una promesa.’
La reforma financiera: ¿Qué tan real es?
El G20 decidió aceptar el acercamiento del OECD de intercambiar información sobre las compañías e individuos sospechosos de haber evadido impuestos, según sea pedido, en vez de utilizar el intercambio más estricto de información que han pedido el Tax Justice Network y otros. La fanfarria alrededor de la supuesta ‘lista negra’ del OECD de los países no cooperadores se silenció cuando se descubrió que solo había cuatro países en la lista: Uruguay, Filipinas, Labuan en Malasia, y Costa Rica – todos ellos muy conocidos por ser paraísos fiscales. Por lo tanto se removió a los cuatro países.
El Foro de Estabilidad Financiera se ampliará para incluir a todos los países G20, y recibirá el nuevo nombre de Junta de Estabilidad Financiera. Solo tendrá un rol de asesoría para ‘promover la coordinación’, ‘evaluar las vulnerabilidades que afectan el sistema financiero’, y ‘fijar lineamientos’. Como no tiene poderes específicos, no puede aplicar sanciones, y tampoco tiene una estructura de gobierno, ya se verá si esta nueva Junta traerá resultados positivos o no.
Fue sorprendente ver que hubo poco acuerdo concreto sobre las regulaciones bancarias. Después de la Cumbre, el Primer Ministro Británico, Gordon Brown, repitió su afirmación de que ‘el sistema bancario en la sombra’ será traído a la ‘red regulatoria global’, pero el lenguaje del Comunicado fue mucho más cauteloso. “Las instituciones financieras sistemáticamente importantes, los mercados e instrumentos” deben ser sujetos a un “grado apropiado de regulación y vigilancia." Se prometió el ‘registro’ de los fondos de inversión libre y de las agencias de calificación de crédito, y que los mercados de derivados del crédito serán ‘estandarizados’, pero se dejó que la misma industria decidiera cómo hacerlo.
Cuando falta la perspectiva verde
Los grupos verdes criticaron al G20 por no haber entregado un compromiso claro para construir una económica baja en carbono. El Comunicado solo promete ‘hacer el mejor uso’ de los paquetes de estímulo ‘hacia la meta de construir una recuperación fuerte, sostenible y verde’ y también ‘identificar y trabajar juntos en otras medidas para construir economías sostenibles.’ Los Amigos de la Tierra dijeron que el G20 había ‘engañado a la gente y al planeta.’ Greenpeace dijo que el cambio climático había sido pegado al Comunicado como un pensamiento de ‘último momento.’
Sobre el comercio, el compromiso de ‘llegar a una conclusión ambiciosa y equilibrada’ en relación con la Ronda de Doha es lo mismo de la última reunión del G20, donde poco sucedió. Al mismo tiempo, las organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo cuestionan si vale la pena revivir una ronda comercial que los países en desarrollo ya han rechazado tantas veces.
Aumentan las protestas
Hubo protestas populares en todo el mundo antes de la Cumbre del G20, incluyendo a India, Filipinas, Indonesia, España, Alemania, Francia, Austria e Italia. En Londres miles de personas marcharon bajo el lema de ‘Empleos, Justicia, Clima’, como parte de la alianza ‘160-plus Pongan a la Gente Primero’ de grupos del desarrollo, ambientales, religiosos y sindicatos.
El Foro Social Mundial de enero de 2009, produjo una declaración firmada por más de 600 organizaciones. Ésta incluye exigencias sobre la mejor manera de manejar las finanzas globales, incluyendo el control de los flujos del capital, y el llamado para ‘el control ciudadano de los bancos y las instituciones financieras.’ En la víspera del G20, en la Cumbre de ONGs ‘El Mundo en Crisis’ en Praga, se publicó una declaración pidiendo que hubiera una ‘transformación hacia la justicia social y la sostenibilidad ecológica, lo mismo que un espacio para sistemas alternativos.’
La Cumbre de Londres recibió fuertes críticas por haber excluido sistemáticamente las voces de la sociedad civil. En contraste con la mayoría de las reuniones internacionales, no hubo un proceso de acreditación y participación de las organizaciones de la sociedad civil. Y algunas de estas organizaciones que estaban participando como parte de los medios vieron sus permisos revocados a última hora. Una de las personas a las que se les negó la entrada, Benedict Southwark de la ONG británica Movimiento para el Desarrollo Mundial (World Development Movement) dijo: ‘esto empieza a oler mal pues es una deliberada exclusión de las voces críticas.’
La atención se revierte a la ONU
Una semana antes del G20, la Comisión del Presidente de la Asamblea General de la ONU sobre las reformas financieras (ver Boletines 63 y 64), publicó el borrador de su informe. La Comisión dirigida por Joseph Stiglitz pidió un estímulo fiscal global, una nueva facilidad de crédito mejor manejada que la del FMI, el fin de la condicionalidad procíclica, y una devolución del espacio político de los países en desarrollo erosionado por los acuerdos comerciales.
Las recomendaciones del sector financiero incluyeron el uso de reglas e incentivos para limitar la manipulación excesiva, prevenir la evasión de los impuestos, y dirigir la carrera regulatoria hasta el final. Sobre los cambios a largo plazo para la regulación financiera, la Comisión listó siete áreas de reforma y advirtió sobre el uso de los ‘cambios meramente cosméticos’.
Las exigencias sistémicas fueron particularmente interesantes. El llamado para un ‘nuevo sistema global de reservas’ es un eco del pedido de China de terminar con la hegemonía del dólar de Estados Unidos como la divisa para las reservas internacionales. La Comisión también apoyó un Consejo Global económico con base en la ONU – donde esencialmente se estaría trayendo una estructura de tipo G20 al sistema de la ONU.
La Comisión de la ONU fue mucho más abierta a las contribuciones de la sociedad civil que el G20. Más de 100 organizaciones presentaron sus contribuciones, y el informe final sobre las opiniones de la sociedad civil fue detallado, integral y bien recibido por la Comisión.
El enfoque global ahora presta atención a la Conferencia de la ONU que tendrá lugar en Nueva York del 1 al 3 de junio, considerada como el seguimiento a la Conferencia de la ONU en Doha sobre Financiación y Desarrollo. No está claro qué tanta participación habrá para los jefes de estado, especialmente después del anuncio del G20 de que realizará otra cumbre de líderes antes de finalizar el año, probablemente en Estados Unidos.