A pesar de las muchas promesas retóricas del FMI sobre la flexibilidad en las políticas fiscales y monetarias debido a la crisis, los nuevos préstamos para Rumania, Letonia, y Armenia muestran que la práctica no sigue a la retórica. El Fondo continúa empujando políticas fiscales estrictas y la inflación de un solo dígito.
A finales de marzo de 2009, la junta ejecutiva del FMI acordó dejar de utilizar gradualmente uno de los tipos de la condicionalidad estructural del FMI (ver Artículo 8). Fuentes internas del FMI recientemente declararon que las instrucciones de la gerencia senior son claras: El consejo a los estados miembros debe indicar claramente el aumento rápido del estímulo fiscal, un mayor gasto público, y una política monetaria flexible.
En una reunión de la Organización Internacional del Trabajo en Ginebra, a finales de marzo de 2009, la cabeza del FMI Dominique Strauss-Kahn dijo, “Me preocupa especialmente que nuestro pronóstico, ya de por sí muy oscuro… sea aun más sombrío si no se implementa suficientemente el estímulo fiscal.”
Olivier Blanchard, economista jefe del FMI, fue aun más osado: “Quiero ponerlo en blanco y negro. Lo que se necesita es no solo un estímulo fiscal ahora, sino también un compromiso de los gobiernos de que seguirán todas las políticas necesarias para evitar la repetición de un escenario de la Gran Depresión.” Y añadió: “las políticas monetarias y fiscales necesitan dar aun más apoyo a la demanda agregada."
Retórica versus realidad
Una investigación preliminar de la Red del Tercer Mundo (TWN – Third World Network) sobre el consejo que el Fondo da a los países que le piden su asistencia para enfrentar los efectos de la crisis no es nada alentador. Según TWN “la documentación sobre las condicionalidades de los préstamos actuales del FMI y sobre el consejo de política demuestra que la naturaleza contractiva tradicional del marco de trabajo fiscal y de la política monetaria del FMI, no ha cambiado.” Las viejas recetas de las políticas fiscales estrictas, del corte en los gastos gubernamentales, y la inflación de un solo dígito parecen estar en el tope de las condiciones del Fondo y del consejo dado a los países que ha rescatado de la crisis.
En marzo de 2009, el FMI anunció que México será el primer país buscando el apoyo del Fondo utilizando la nueva facilidad Línea de crédito Flexible (FCL – Flexible Credit Line), la cual da apoyo preventivo a lo que el FMI considera son los países de fuerte desempeño (ver Artículo 8). Esto sigue una serie de arreglos con países de bajos ingresos y con Rumania, el tercer país de la Unión Europea en buscar el apoyo del FMI durante los últimos meses. A pesar de que la mayoría de los documentos de préstamos todavía no han sido publicados, la información revelada hasta el momento por el FMI indica que todos estos programas estarán empujando políticas procíclicas.
De acuerdo con las declaraciones hechas por el jefe de la misión del FMI en Rumania al Financial Times, el país recibiría unos $17.5 mil millones del FMI a cambio de traer su “déficit presupuestal por debajo del 3 por ciento del producto doméstico bruto para el 2011”. Y añadió: “habrá reformas específicas en el área fiscal para asegurarse de que el déficit continúe bajo en el tiempo – reestructurando las políticas salariales, recalibrando el sistema de pensiones para hacerlo más sostenible, mejorando el control y monitoreando las empresas publicas.” El Fondo también buscará asegurarse de que reducir la inflación es una meta clave de la política monetaria de Rumania.
Guatemala también tendrá que seguir políticas monetarias estrictas a cambio de un préstamo de $950 millones del FMI, el cual requiere que “la política monetaria sea enfocada a estacionar la inflación a bajos niveles combinándola con un sistema flexible de intercambio de tasas.” En Mongolia, el programa considera cómo hacer más estricta la política fiscal al “restaurar el déficit a un nivel sostenible.”
Aunque Armenia también necesitará cortar gastos para cumplir con la meta del 1 por ciento de déficit en el 2009, la nueva Facilidad para el Desarrollo y la Reducción de la Pobreza (PRGF – Poverty Reduction Growth Facility) ofrece pequeñas concesiones ya que “el límite cero para contratar/garantizar la nueva deuda no concesionada externa fue reemplazado por una pequeña cantidad positiva [$50 millones] lo que abrió un pequeño espacio para que las autoridades emitieran planes y proyectos de la deuda, financiados por el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo Asiático.” Aun así, la política monetaria es tan estricta como en los otros préstamos incluyendo una transición a la meta inflacionaria, y un endurecimiento de la meta a un nivel por debajo del 5 por ciento.
El préstamo para Malawi con la Facilidad Externa para Choques (ESF – The Exogenous Shocks Facility) muestra un poco más de flexibilidad, y no incluye condiciones estructurales. Sin embargo, la meta del programa todavía es una tasa de inflación baja, “cambiando gradualmente hacia la meta de medio plazo del 5 por ciento.”
La ESF para Etiopía, aunque un poco más flexible en su marco de condicionalidad, todavía exige la "eliminación de los subsidios domésticos al combustible" y una "restricción significativa de la política fiscal.” Además incluye la anulación de algunos impuestos, incluyendo los de los alimentos básicos, tanto como un aumento en la transferencia del dinero en efectivo a los programas de la red de protección.
En marzo de 2009, el FMI aprobó otro acuerdo ESF con la República Democrática del Congo, donde el Fondo requerirá que “se mantenga la política monetaria estricta.” Esto debe ser reconciliado de alguna manera con los objetivos clave del programa: “Redireccionar los gastos a actividades que apoyen la demanda doméstica.”
Un gran cambio en relación con los acuerdos anteriores de préstamos, es que el FMI consistentemente sugiere el gasto sostenido en el sector social, incluyendo las redes de seguridad para proteger a las personas más vulnerables. Desafortunadamente los posibles cambios hacia una mayor flexibilidad en algunos de los programas son tan pequeños, que es difícil saber si éste es un cambio real en la política del FMI.
Al mismo tiempo, el FMI informó que la primera revisión del préstamo de Letonia, primero aprobado en diciembre de 2008, no ha sido completada aun. De acuerdo con el Financial Times, el Fondo "suspendió el préstamo a Letonia hasta que haya más progreso en el corte del gasto público" y "Letonia está en una carrera para realizar más cortes y así mantener el plan de estabilización de $9.9 mil millones en curso… ya que el déficit presupuestario amenaza ir por encima de la meta del 5 por ciento del producto doméstico bruto convenido con el FMI.”
Las negociaciones en curso del préstamo del FMI en Sri Lanka están al rojo vivo. A principios de marzo de 2009, el presidente Mahinda Rajapaksa dijo “Nosotros no empeñaremos o venderemos a nuestra madre patria para conseguir ninguna ayuda monetaria.” Sin embargo, de acuerdo con el periódico de Sri Lanka, el Sunday Times, los políticos de oposición y algunos economistas temen que el préstamo del FMI que el Gobierno ahora desea obtener incluya condicionalidades muy estrictas.
¡Que practique lo que predica!
Según las palabras del Primer Ministro tailandés: “Cuando el G20 habla sobre la reforma de las instituciones financieras internacionales, no habla solo de aumento del capital, sino también de cómo va a ser usado ese capital… eso quiere decir que se está asegurando de que hay nuevas facilidades para el estímulo fiscal, el desarrollo sostenido, y las redes de seguridad social para las economías en desarrollo… una de las lecciones de la crisis financiera asiática fue que las condiciones impuestas por el FMI causaron un dolor innecesario.”
Los líderes del G20 decidieron aumentar los recursos del FMI hasta los $750 mil millones (ver Artículo 8). La parte más negativa del acuerdo es que no se menciona mucho la necesidad de la reforma del FMI en lo relacionado con los préstamos y la asesoría. Los grupos de la sociedad civil, tales como TWN, temen que “los recursos adicionales del FMI le permitirán disciplinar a los países afectados por la crisis de forma equivocada, empeorando la crisis para ellos."
En las Reuniones de Primavera, la Junta Ejecutiva del Fondo estará discutiendo y conviniendo un acceso mayor a los países de bajos ingresos. Durante el verano la Junta discutirá los términos de los préstamos de las facilidades del FMI, incluyendo el asunto de la condicionalidad. Es muy posible que los gobiernos del Sur, la sociedad civil y otros actores presionen a la Junta para asegurarse de que los países beneficiarios puedan tener el espacio fiscal y político necesario para decidir las mejores medidas individuales para superar la crisis, y que no sean constreñidos por la rigurosa asesoría política y por las condiciones del FMI.
Ahora que el FMI ha reconocido los meritos de las Políticas Keynesianas para los momentos de crisis, la necesidad de las medidas contracíclicas,” y de tener una mayor flexibilidad monetaria y fiscal, el asunto ahora es que el FMI aplique lo que predica.