En el medida en que la CIF (Corporación Internacional Financiera), el brazo privado del Banco Mundial, expande su papel en el sector del petróleo y el gas en África, los grupos de la sociedad civil insisten en que adopte la política de la transparencia en los contratos, en todos los proyectos de las industrias extractivas que financia.
En agosto de 2009, la CIF anunció sus planes de aumentar su financiación en el Subsahara Africano, región que rápidamente se está convirtiendo en una importante fuente de petróleo global. En África se encuentra el 20 por ciento del portafolio global de petróleo y gas de la CIF de $2.000 millones, y se espera un aumento de las inversiones de exploración de la CIF en Uganda, Tanzania y en otros lugares.
A comienzos del 2009, la CIF aprobó $215millones en préstamos a Kosmos Energy y a Tullow Oil para explorar las reservas recientemente encontradas de petróleo y gas en el Jubilee Field de Ghana, a pesar de las objeciones de la sociedad civil (ver Boletines 64 y 65). En una carta a los Directores Ejecutivos de la CIF antes de la aprobación del proyecto, los grupos de la sociedad civil hicieron hincapié en la transparencia como un factor central para evitar los efectos corruptores de la bonanza del petróleo que se han visto en otras partes del continente, como el desastroso proyecto del oleoducto financiado por la CIF en Chad-Camerún (ver Boletín 60). Sin embargo, la CIF se rehusó a publicar el contrato cuando aprobó el Proyecto Jubilee, diciendo que no cumplía con el criterio de ser un proyecto ‘de importancia’.
La política de la CIF requiere que sean publicados los «términos relevantes de acuerdos importantes que sean de inquietud pública», en proyectos extractivos importantes. Hasta el momento, ningún proyecto extractivo de la CIF ha merecido la calificación de ‘important’. La CIF considera que un proyecto extractivo es importante solo cuando «se espera que represente el 10 por ciento o más de las rentas gubernamentales.» Aunque muchos estimativos consideran que las rentas del Jubilee Field están por encima del 10 por ciento durante la producción pico, la CIF mantiene que está entre el 7 y el 9 por ciento, lo cual solo resalta la naturaleza arbitraria del umbral.
Los grupos de la sociedad civil llevan mucho tiempo presionando a la CIF para que adopte un reglamento de transparencia contractual para todos sus proyectos extractivos, y con ello asegurar un buen gobierno de estos. De acuerdo con Lindlyn Tamufor de Red del Tercer Mundo África (Third World Network-África), «no solo los contratos determinan las rentas gubernamentales, sino que también tienen implicaciones importantes para las comunidades, el medio ambiente y los derechos humanos.» Las cláusulas de estabilización en los contratos que hacen excepciones para el cumplimiento de los inversionistas cambiando la ley doméstica, son práctica común en los contratos extractivos. La ONU y los grupos de la sociedad civil han criticado estas cláusulas pues socavan la habilidad de los países para aplicar las normas internacionales de los derechos humanos (ver Boletín 60).
Al mismo tiempo, la CIF anunció sus planes de mantener una cooperación más estrecha con China para financiar los proyectos de petróleo y gas en África, levantando preocupaciones sobre sus actividades futuras en un continente ampliamente considerado como el exponente principal de la ‘Maldición de los Recursos’.
De nuevo hay un cuestionamiento sobre los escasos recursos públicos que se están utilizando para los proyectos de combustibles fósiles respaldados por ricas multinacionales, según un estudio del periódico inglés The Guardian, donde se encontró que tres de los quince ejecutivos mejor pagados en el Reino Unido trabajan con Tullow Oil.