Por Alex Wilks, Eurodad
El entusiasmo causado por el anuncio de la CIF (Corporación Internacional Financiera) de abril de 2009, de que iba a cambiar la forma como clasificaba a los países en su controversial publicación ‘Haciendo Negocios’ (ver Boletín 66) se convirtió en consternación cuando se vio en la edición de 2010, publicada en septiembre de 2009, que poco había cambiado en realidad.
Singapur de nuevo está en el tope de las marcaciones, y otros países como Georgia son elogiados y se les da una mejor marcación por eliminar sus impuestos con fines sociales. Belarus también consiguió una buena marcación al facilitar el despido de trabajadores. Por otro lado, como lo señaló la Confederación Internacional de Sindicatos, se dice que Cambodia está haciendo más difícil la política de Hacer Negocios al introducir una contribución para la seguridad social.
El Director Ejecutivo del Banco Mundial y ex Ministro de Finanzas nigeriano, Ngozi Ikonjo-Iweala, habló en contra de las jurisdicciones con regulaciones fiscales y la pobre transparencia financiera, diciendo en una conferencia en Washington «debemos golpear fuertemente a los centros financieros… necesitamos golpear a Dubai, a Jersey y a Suiza muy duro – este es el futuro del desarrollo.» Sin embargo estas jurisdicciones son los números 33, 5 (Reino Unido) y 21 respectivamente en la marcación de Haciendo Negocios.
La investigación de la ONG ActionAid muestra que el indicador ‘de pago de impuestos’ todavía premia a los países por cortar los impuestos de negocios sin importar cuál pueda ser el mejor nivel.
El Banco Mundial se ha enorgullecido durante la última década en ser visto como el ‘banco del conocimiento’. Muchos periódicos y funcionarios citan el trabajo del Banco sin investigar mucho. Pero este no es el punto de vista de muchos investigadores como Christian von Drachenfels del Instituto de Desarrollo Alemán. Él y otros colegas publicaron el año pasado Siete Tesis sobre Haciendo Negocios y ninguna de ellas estuvo a su favor. Las tesis afirman: «los informes básicamente abogan por regulaciones mínimas. Esta perspectiva en gran medida abandona los beneficios económicos y sociales de las regulaciones.»
Y en el momento en el que todos los líderes mundiales están predicando las virtudes de las regulaciones, la CIF está en riesgo de que se la vea como fuera de onda.