Condicionalidad

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Paradoja de la asesoría del FMI

Más gastos en el sector social, pero con déficits

1 octubre 2009

Por Nuria Molina, Eurodad

El FMI ha pedido un aumento en el estímulo fiscal y reconoció que los países en desarrollo dependientes de una sola exportación, de economías menos diversificadas y que aquellos muy dependientes del capital extranjero, han sido particularmente vulnerables en la presente crisis.

La investigación que pronto será publicada por las ONGs Eurodad, Solidar y el Global Network, evalúa los tres programas de El Salvador, Etiopía y Letonia, donde se encontró que el Fondo está permitiendo que los países incurran en déficits un poco más altos comparándolos con la posición histórica del mismo Fondo. Como siempre la cosa está en los detalles, así que los recursos tan limitados de estos países han constreñido las oportunidades de estos gobiernos para adoptar políticas monetarias y fiscales contracíclicas más decisivas.

Para los países altamente endeudados como El Salvador, las políticas fiscales contracíclicas deben estar acompañadas de una movilización mayor de recursos domésticos. Sin embargo, el FMI continúa enfocado en su consejo fiscal tradicional incluyendo la mejora de la administración, la auditoría, y la colección de procedimientos, los cuales aunque importantes, fallan al no dirigir propuestas de reforma fiscales sugeridas por los grupos de la sociedad civil. Nelson Fuentes de la ONG salvadoreña FUNDE dijo que «la reducción de la evasión de impuestos del 50 por ciento podría generar $200 millones al año. Una reforma del impuesto sobre la renta, en vez de las subidas del IVA generaría nuevos recursos disponibles. El gobierno, el sector privado y las instituciones internacionales deben convenir una estructura más estructurada de impuestos.»

El Informe también encontró que mientras el FMI consistentemente apoyó el aumento en los gastos sociales, los cortes presupuestarios que exige producen reducciones en el gasto público al igual que programas anticrisis difíciles de lograr. En la mejor de las situaciones el gasto social solo se mantiene (Etiopía), y en algunos casos (Letonia) de hecho se ha disminuido. Un funcionario gubernamental de El Salvador dijo que «el Fondo en principio no se opone en sí al hecho de que estemos priorizando este tipo de gasto social.» Sin embargo el Fondo ve las cosas desde el punto de vista de los déficits y es desde ahí que realiza las negociaciones con uno. Esto es problemático ya que no te da la oportunidad de explicar que los proyectos específicos no solo ayudan a revitalizar la economía, sino que también incluyen una dimensión social y productiva.»

Ignorando el crecimiento equitativo

En los tres casos, los programas del FMI priorizan la estabilidad financiera sobre el crecimiento en los sectores productivos de la economía y la creación de empleos. Las prioridades políticas y las metas relacionadas con la economía real, o el sector productivo – tales como las metas para conseguir un crecimiento del PIB, el aumento de la inversión productiva, el aumento del empleo y la diversificación de la economía – no existían. Aunque El Salvador y Letonia trataron de lograr pequeños estímulos, estos se vieron limitados por las metas prioritarias de estabilizar el sector financiero y de conseguir los pagos para los acreedores externos.

Más preocupante aún es la limitación del programa del FMI para sostener las políticas expansivas en el tiempo. Aunque los programas permiten a los gobiernos de Etiopía y de Letonia tener déficits más altos, estas medidas son estrechas y temporales, ya que el FMI espera que los países reduzcan sus déficits a los niveles anteriores a la crisis aun para el 2011. El FMI parece enfocarse estrictamente en equilibrar los ingresos y los gastos gubernamentales y en reconstruir los amortiguadores de las reservas extranjeras.

Un enfoque estricto para equilibrar los presupuestos puede ayudar a los países a estabilizar sus economías, pero socava sus prospectos para un crecimiento equitativo. Las medidas políticas tales como la inversión en los programas sociales y educativos, el crédito enfocado en las empresas medianas y pequeñas, y los controles del capital para reducir la volatilidad del sector financiero podrían ayudar a asegurar la estabilidad y el crecimiento al mismo tiempo. Sin embargo este tipo de políticas no parecen estar en la mesa de discusiones.

Un problema crucial en todos los países evaluados es la falta de participación de los ministros pertinentes, de los parlamentarios, de los sindicatos y de los grupos de la sociedad civil durante las negociaciones de los préstamos del FMI, y de las leyes presupuestarias respectivas, o las reformas estructurales asociadas con la financiación del Fondo. La falta de alternativas políticas genuinas y de medidas contracíclicas más decisivas parece ser el resultado de una combinación entre la estrechez mental en los objetivos macroeconómicos generales, una cierta medida de ceguera hacia una estrategia de desarrollo gubernamental más general, y los propios deseos de los ministros de finanzas de mantener los presupuestos equilibrados.

En un informe reciente, los representantes del FMI se mostraron esperanzados en que en el 2011 el mundo pudiera experimentar una renovación del crecimiento saludable de la última década. Sin embargo, la crisis también ha mostrado que el crecimiento económico previo también tenía raíces podridas. Las preguntas son: ¿Están aprendiendo las instituciones internacionales como el FMI y los gobiernos nacionales sobre las lecciones de esta crisis? Y si es así ¿Han comenzado a construir la recuperación con bases más sólidas?