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¿Flexibilidad o siembra de una nueva crisis?

Marco revisado de las IFIs sobre la deuda

1 octubre 2009

Por Gail Hurley, Eurodad

Un revuelo de papeles de las IFIs, UNCTAD y ONGs renueva las preocupaciones sobre las renovadas dificultades con la deuda de los países pobres, justo cuando las IFIs completan su revisión del marco de la sostenibilidad de la deuda para permitir más préstamos.

La ‘deuda’ es de nuevo un tópico caliente en los círculos políticos internacionales después de desaparecer de la agenda política luego del acuerdo de alivio a la misma, del G8 en 2005. En marzo de 2009, el FMI reportó que la deuda según la proporción del PIB de 28 países de bajos ingresos excedía el 60 por ciento, o sea el doble del umbral que el FMI considera sostenible para los países con las denominadas políticas débiles. La Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) fue más allá citando preocupaciones relacionadas con los 49 países menos desarrollados en un informe de febrero de 2009 por Yuefen Li, jefe de un brazo financiero de Deuda y Desarrollo.

Para los países más pobres las principales fuentes de presión sobre las rentas gubernamentales han incluido: precios volátiles de materias primas globales, disminución de la ayuda y de envíos de los migrantes; aumento del costo de los préstamos en los mercados internacionales; y un severo declive en los impuestos en la medida en que cae el volumen de las exportaciones debido a las recesiones en los países ricos. La caída de las rentas ya está siendo compensada por un dramático aumento del despegue de la nueva deuda oficial de las IFIs. Al tiempo que los prestamistas oficiales habían provisto financiación para los países en desarrollo equivalente a solo el 4 por ciento de lo que estaba disponible en fuentes privadas en 2007, esta proporción se elevaría a casi diez veces siendo del 37 por ciento en 2009.

El FMI ha ampliado su financiación a 50 países desde el comienzo de la crisis financiera global, después de cinco años en los cuales los pagos excedieron los nuevos desembolsos. En julio de 2009, el FMI anunció un aumento sin precedentes del apoyo financiero a los países de bajos recursos (ver Artículo 12). El Banco Mundial ya casi ha duplicado sus préstamos en 2009 (ver Boletín 66) y el ADB planea aumentar sus préstamos a más de $10.000 millones en 2009-2010. El G20 también anunció la disponibilidad de $250.000 millones en apoyo de la financiación comercial durante los próximos dos años (ver Boletín 65), la mayoría de los cuales fluirán a través de las agencias de garantía de crédito de exportación (ECAs – export credit guarantee agencies), las cuales han jugado un papel importante en la creación de deudas soberanas en el pasado.

Completada la revisión del DSF

El Banco Mundial y el FMI, bajo órdenes de la cumbre G20 de abril de 2009, realizaron una revisión del Marco de Sostenibilidad de la Deuda (DSF – Debt Sustainability Framework) para los países de bajos ingresos. El G20 quería un instrumento más flexible para facilitar el aumento de los préstamos del sector oficial, desechando el acercamiento ‘cauteloso’ que habían venido utilizando. El Banco Mundial y el FMI completaron su revisión a finales de julio de 2009, conviniendo en hacer el marco más flexible, elevando los límites de los montos de deuda para que los países más pobres pudieran asumirlos antes de que se les declare como en «angustia de deuda» (debt distress).

Estas instituciones estuvieron de acuerdo en incluir los envíos de migrantes, diciendo que estos envíos representan altos niveles en el aumento del flujo de divisas extranjera en los países, lo cual a su vez puede usarse para atender la deuda externa. El DSF revisado también excluirá la deuda a las empresas del estado de los cálculos de los niveles generales de deuda, si se ve que las empresas son financieramente viables según valoración del Banco y del Fondo. Por último, los gobiernos podrán apelar la ‘indulgencia’ de las IFIs en relación con los proyectos de inversión pública, los cuales serán considerados uno por uno, para ver si amenazan la llamada sostenibilidad de la deuda.

Un motivo de preocupación es que este opaco ejercicio técnico da a los donantes internacionales una cláusula vital de salida. Ahora que los países pueden asumir niveles mayores de deuda no concesionaria, los donantes pueden no poner financiación concesionaria en la mesa. Aun antes del comienzo de la crisis financiera global, los países desarrollados como un todo ya estaban incumpliendo sus promesas de dar el 0.7 por ciento de los ingresos nacionales para la ayuda. Estos desarrollos potencialmente pueden constituir dificultades futuras de pago para algunos de los países más pobres.

Dado que los países en desarrollo no fueron responsables de la recesión global actual – el origen está más bien en los países desarrollados y en la avaricia de los bancos y corporaciones de los países ricos – es supremamente injusto que los países pobres en esencia estén pagando por los errores de los ricos a través de nuevas rondas de deuda.

Un informe de septiembre de Eurodad, pide que en vez de los niveles agresivos de nueva deuda oficial, se dé una moratoria temporal para los pagos de la deuda externa y así ayudar a la liberación de fondos extra tan necesitados para la inversión en la reducción de la pobreza y el desarrollo de la infraestructura de los países pobres. UNCTAD también apoyó este llamado calculando que una moratoria temporal de la deuda liberaría unos $26.000 millones para 49 países de bajos ingresos para 2009 y 2010. El costo sería bajo para los acreedores individuales en comparación con los planes de estímulo fiscal ya anunciados. También debería ser adicional y no un sustituto de las promesas para aumentar la ayuda oficial al desarrollo.

Enfrentando la ilegitimidad

En marzo de 2009 la UNCTAD anunció un proyecto de tres años sobre pedir y dar préstamos responsables, y la deuda odiosa. Esta iniciativa financiada por el Gobierno noruego reunirá a representantes del sector privado, la sociedad civil, organismos oficiales y gobiernos en un esfuerzo por lograr un acuerdo sobre lo que constituye una deuda odiosa y la práctica responsable de pedir y dar préstamos. La primera reunión se dará en Ginebra a mediados de noviembre de 2009.