Por Taurai Chiraerae, Afrodad
A principios de septiembre de 2009, el FMI asignó $510 millones en SDRs a Zimbabwe, su parte bajo el reciente aumento de $250.000 millones en SDRs (ver Boletín 65). Aunque está en deuda de pagos con el FMI, el país todavía es elegible para los SDRs. Bajo los Artículos del Acuerdo con el FMI, el Fondo no puede retirar estos nuevos SDRs, como puede hacerlo con otros tipos de préstamos. Sin embargo, podría permitirse conservar los SDRs adicionales debidos a Zimbabwe como resultado de la reciente ratificación de la 4a enmienda (ver Boletín 65). Pero la controversia se prendió cuando algunos informes indicaron que el Ministro de Finanzas, miembro del partido de la oposición Movimiento por el Cambio Democrático, estaba tratando de impedir la transferencia de estos fondos de la carga de intereses, prefiriendo mantenerlos como parte de las reservas de Zimbabwe. Los periódicos de Zimbabwe reportaron que esa circunstancia le creó conflictos con el gobernador del Banco Central, quien había sido nombrado por el partido Zanu-PF del presidente Robert Mugabe.
De la deuda externa total no sostenible, el país debe $140 millones al FMI; $673 millones al Banco Mundial y $430 millones al Banco de Desarrollo Africano (AfDB). Donde los retrasos e intereses constituyen el 50 por ciento de la deuda externa total.
Las causas de la crisis de la deuda son tanto el mal manejo interno como externo de las políticas prescritas por las IFIs. El abatido país ha evolucionado a través del tiempo en una relación amor-odio con las IFIs, las cuales le han impuesto condicionalidades políticas y económicas nocivas.
Zimbabwe heredó una deuda externa del gobierno colonial de $700 millones. A esto se le añadieron $3.500 millones en nuevos préstamos en los 1990s bajo el programa de Ajuste Estructural Económico (ESAP). Cuando el FMI suspendió un préstamo de $120 millones en 1995 porque el Gobierno tenía un alto déficit, la Unión Europea y los otros donantes hicieron lo mismo. Durante el período ESAP, la deuda externa aumentó considerablemente, del 175 por ciento a casi el 250 por ciento del stock de la deuda existente de las exportaciones.
Las IFIs dijeron que su relación con Zimbabwe continuaría si el país honraba sus obligaciones pagando su deuda y atrasos correspondientes. Actualmente el país no está en La Iniciativa para los Países Altamente Endeudados (HIPC – Highly Indebted Poor Countries) y por lo tanto no es elegible para el alivio a la deuda según la Iniciativa Multilateral para el Alivio a la Deuda (MDRI – multilateral debt relief initiative). Sin embargo, el Gobierno pidió la asistencia del Banco Mundial para poder liquidar los retrasos multilaterales y se prevé que Zimbabwe se beneficiará del alivio a la deuda del HIPC y del MDRI.
En la medida en que el gobierno de coalición lucha por reconstruir este país devastado por más de una década de conflictos económicos y políticos, ha indicado que necesita unos $8.500 millones de ayuda de emergencia durante los próximos dos a tres años para revivir la economía. Con la asistencia de AfDB el Gobierno contrató un experto en deuda para ayudar a formular una estrategia de separación de la deuda externa y la liquidación de los atrasos, la cual se espera sea la base para la condonación de la deuda. El Gobierno inició la solicitud de asistencia de las IFIs para la condonación de la deuda y las amortizaciones como parte de su proceso de reeenganche y está actualmente en el proceso de realizar un ejercicio de reconciliación de su deuda con los acreedores externos. El Gobierno también está en el proceso de desarrollar un Documento de Estrategia para la Reducción de la Pobreza (PRSP – Poverty Reduction Strategy Paper), como condición indispensable para la condonación de la deuda de las IFIs. La experiencia de muchos países HIPC es que el proceso es largo y doloroso, y que puede no reducir el sufrimiento de los 13.5 millones de zimbabwenses de la carga de la deuda.