Se calienta el debate sobre la condicionalidad del FMI con el ingreso de datos de los programas del FMI y la continuación de las luchas internas económicas en países como Letonia y Ucrania, que enfrentan estrictas exigencias del FMI.
Al tiempo que el FMI afirma que ha venido cambiando su reputación de austeridad durante el ultimo año, un estudio de octubre de 2009 de un grupo de pensadores estadounidenses el Centro para la investigación de la Política Económica (CEPR – Center for Economic and Policy Research) encontró que 31 de los 41 acuerdos recientes del FMI exigían políticas macroeconómicas ‘procíclicas’ restrictivas, y exigían reducir las políticas fiscales y monetarias durante la crisis, lo cual empuja a los países aun más hacia la recesión.
El FMI defendió sus programas asegurando que había seguido políticas ‘contracíclicas’. James Roaf, funcionario del FMI dijo que se había permitido que los déficit fiscales se expandieran en 14 de los 15 países revisados en un estudio de septiembre del FMI, y que la razón por la cual se habían restringido las políticas macroeconómicas, era que los pronósticos de crecimiento del FMI para muchos países que realizaban préstamos habían sido demasiado optimistas.
la exigencia del FMI para cancelar la ley del salario mínimo es inaceptable
CEPR respondió rápidamente diciendo que la definición del FMI de política fiscal contracíclica, la cual está limitada a expandir los déficits fiscales, es demasiado estrecha ya que ignora los efectos de los estabilizadores automáticos – es decir los gastos gubernamentales tales como el apoyo a los ingresos y los subsidios del desempleo, los cuales automáticamente aumentan durante una recesión.
Adicionalmente el estudio del FMI solo considera las políticas fiscales, y no las monetarias, las cuales según CEPR han sido procíclicas en muchos países de bajos ingresos, y pueden ser tan dañinas como las restricciones fiscales. El portavoz del CEPR, Mark Weisbrot, advierte que debe haber una "fuerte tendencia hacia una espera hasta que la recesión global haya pasado” antes de tratar de reducir los déficits y de cortar los gastos sociales.
Es preocupante ver que en un estudio separado sobre la condicionalidad del FMI en los países de bajos ingresos, en su programa de proyección para 2010 hay cortes en los gastos fiscales a niveles cercanos o por debajo de los tiempos de la precrisis. Esto contrasta fuertemente con las ‘estrategias de salida’ que seguirán los países ricos, donde no se proyecta limitar los déficits en por lo menos un año, para no poner en peligro la recuperación de la crisis.
Atolladeros en Europa Oriental
En Ucrania, el FMI se metió en una disputa política doméstica entre el primer ministro Yulia Tymoshenko y el presidente Victor Yushchenko, sobre el aumento del salario mínimo (ver Boletín 67). Yushchenko firmó una ley aprobada por el Parlamento a la cual se opone Tymoshenko, aunque el FMI hubiera exigido que se vetara la ley. El FMI inmediatamente suspendió el cuarto desembolso de su programa ‘stand-by’ de US$16.4000 millones, y el primer ministro está pidiendo al Tribunal Constitucional que revoque la ley en cuestión.
Roman Kravchyk, de la Federación de Sindicatos de Ucrania dice, "antes de octubre con un salario mínimo mensual de Û52, antes de deducir los impuestos, la exigencia del FMI para cancelar la ley del salario mínimo es inaceptable. La alta inflación y depreciación de la moneda local ya han puesto a un gran número de trabajadores y pensionados por debajo de la línea de la pobreza.” Kravchyk añade, “hay suficientes recursos en Ucrania para aumentar los salarios y para tomar otras medidas contracíclicas, pero el principal problema es la distribución injusta de la riqueza general, la corrupción y el débil sistema de impuestos, los cuales permiten la evasión de impuestos y la transferencia de fondos a los paraísos fiscales."
En Letonia, donde el país sufrió una reducción del 18.4 por ciento anual, el parlamento respondió a las exigencias del FMI y de la UE, dando aprobación preliminar a un presupuesto para el 2010 que incluye un corte de US$1.000 millones en gastos y un aumento en el recaudo (ver Boletín 67). Se espera que el corte en los gastos lleve al cierre de escuela y hospitales; además el gobierno prometió reducir los beneficios de la maternidad, los salarios y las pensiones y también elevar los impuestos.
Rumania también está bajo la presión del FMI para que pase una serie de leyes, incluyendo recortes en los gastos y las reformas poco favorables para los trabajadores, los cuales posiblemente produzcan la pérdida de más de 100.000 empleos gubernamentales, en un corto espacio de tiempo entre la elección presidencial, programada para el 6 de diciembre de 2009, y la fecha límite del FMI del 10 de diciembre de 2009. El FMI ha demorado el acceso al dinero después de que la coalición gubernamental de Rumania colapsó a mediados de octubre de 2009, después de un voto de no confianza. Esta crisis política explotó días después de que 800.000 trabajadores empezaron una huelga en contra del paquete de austeridad exigido por el FMI.
Casi un año después de desembolsar la primera cuota de US$827 millones del préstamo de US$2.200 millones para Islandia, el FMI aceptó a finales de octubre de 2009, liberar US$167.500 millones más para el país (ver Boletín 67), después de que el parlamento convino garantizar US$3.500 millones de compensación a los inversionistas británicos y holandeses por el colapso de un banco islandés. Los críticos dicen que el plan de pago forzaría a Islandia a realizar pagos que no está en capacidad de hacer, por lo que el Ministro de Salud, Ogmundur Jonasson, renunció por los recortes presupuestales en septiembre de 2009.