Condicionalidad

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¿Está el leopardo a punto de cambiar sus manchas? Debate sobre el rol de las IFIs en

7 diciembre 2009

La crisis financiera ha dividido las percepciones dentro de las IFIs sobre el rol del sector financiero en el desarrollo. Al tiempo que algunas partes del Banco Mundial y del FMI realzan los méritos de los bancos pequeños, otros continúan empujando la financiación globalizada.

Un artículo del principal economista del Banco Mundial, Justin Lin, en The Economist en junio, revolvió las aguas afirmando que los países del Oeste Asiático estaban siendo exitosos evitando la crisis financiera porque “ellos se adherían a los sistemas bancarios simples (en vez de apresurarse a desarrollar sus propios mercados de valores y a integrarse en las redes financieras internacionales).” Él insiste diciendo que “los bancos gigantes no son la forma de ir hacia delante” y que “los bancos domésticos pequeños estaban mucho mejor organizados para proveer financiación a los pequeños negociantes."

En marcado contraste, los investigadores del Banco Mundial, Asli Demirgüç-Kunt, George Clarke, y Robert Cull, han hecho una carrera profesional utilizando la regresión e investigación microeconómica entre los países para afirmar la eficacia del Banco y justificar su punto de vista, que con frecuencia ejerce presión a través de la condicionalidad y la asesoría del Banco y del Fondo, afirmando que se debe permitir operar a los bancos extranjeros en los países en desarrollo, y que el sector público debe dejar a un lado la idea de tener un banco estatal.

moderar y donde fuera necesario retroceder la globalización de las finanzas era esencial tanto para el crecimiento como para la estabilidad de la economía global.

La Comisión de Crecimiento, un poderoso grupo de académicos y forjadores de políticas para los países en desarrollo, parcialmente financiado por el Banco Mundial (ver Boletines 61 y 51), entró al debate a comienzos de octubre de 2009. Se espera que su próximo informe sobre la crisis, el cual fue discutido en Estambul, argumente que los países en desarrollo deben asegurarse de que algunos bancos continúen siendo de propiedad nacional, con lo cual se va en contra de décadas de consejos del FMI y del Departamento de Desarrollo del Sector Privado del Banco Mundial.

El Dr. YV Reddy, antiguo gobernador del Banco de Reserva de la India, manifestó el punto de vista de algunos forjadores de política de mercados emergentes cuando dijo en la conferencia paralela a los G20 en Londres a comienzos del año que, “moderar y donde fuera necesario retroceder la globalización de las finanzas era esencial tanto para el crecimiento como para la estabilidad de la economía global.”

El tóxico plan de la CIF

La CIF, Corporación Internacional Financiera (el brazo del sector privado del Banco Mundial), parece decidida a introducir complejidades en los sistemas financieros de los países en desarrollo. Más de una cuarta parte de las inversiones pendientes de la CIF ha sido canalizada a través de intermediarios financieros: bancos tradicionales cada vez más desregulados y vehículos de inversión opacos, como los fondos de equidad y los fondos de inversión libre (ver Boletín 66). Esto coloca a la CIF en una posición no congruente con la creciente transparencia prometida por el Banco Mundial (ver Boletín 68), y con los llamados del G20 por unas finanzas más  transparentes.

A través de su Programa de Deuda y Recuperación de Activos (DARP – Debt and Asset Recovery Program), anunciado a comienzos de octubre de 2009, la CIF invertirá US$1.550 millones “directamente en negocios que necesiten estructurar su deuda y en conjuntos de activos en problemas, e indirectamente a través de los fondos de inversión teniendo como objetivo conjuntos de activos y compañías en problemas.’ El programa canalizará el dinero hacia los fondos de inversión libre y los grupos de equidad privados enfocados en Europa, Asia Central, Asia Oriental, Latinoamérica y el Caribe.

Un programa doméstico similar en Estados Unidos, el Programa para Alivio de Activos en Problemas (TARP – Troubled Asset Relief Program), fue criticado por el Panel de Vigilancia del Congreso, un organismo independiente nombrado para monitorear el TARP. Sus numerosos informes critican el diseño del programa citando la falta de información sobre los activos y el riesgo de la inestabilidad del mercado.

Sería aun más complicado tratar de crear un buen diseño a nivel internacional, donde no existe un organismo regulatorio global que obligue a la publicación de la información detallada sobre los activos subyacentes, y por lo tanto, es poco probable que se pueda hacer una verdadera valoración de los activos en problemas. Se espera comprar los activos a precio de liquidación, por lo que la CIF, los fondos de inversión libre y los vehículos de equidad privados harán ganancias a costa de las compañías y de los bancos de los países en desarrollo que han sido dañados por la crisis financiera que comenzó en Estados Unidos.

Este programa de la CIF estará ayudando al tipo de fondos rapiña (vulture funds) que compran la deuda doméstica y del sector privado en los países en desarrollo. Sargon Nissan, de la Nueva Fundación Económica del Reino Unido, compara estos inversionistas de activos en problemas con los tiburones de los préstamos. “Al tiempo que algunos justificarán esto con base en que los negocios y las personas de los países en desarrollo necesitan reestructurar sus deudas, la verdadera pregunta es: ¿A qué costo? Es especialmente pertinente e importante hacer esta pregunta teniendo en cuenta que sus problemas financieros fueron causados por las malas políticas en Estados Unidos y empeoradas por las políticas procíclicas del FMI en respuesta a la crisis."

Ideas divergentes sobre los bancos públicos

El préstamo del FMI a Belarús (ver Boletín 63), incluyó condiciones relacionadas con la privatización parcial o total de los bancos propiedad del gobierno, lo mismo que sucedió con el préstamo a Togo en el 2009. En Letonia y en Sri Lanka, el FMI exige a los gobiernos que empiecen a vender los Bancos rescatados de vuelta al sector privado.

Sin embargo, el préstamo del FMI a Ucrania (ver Boletín 68) incluyó provisiones para fortalecer la estabilidad de los bancos estatales, sin referencia a la privatización; y un préstamo del Banco Mundial de US$2,000 millones para inyectar capital a los bancos del sector privado en la India, finalizó en Octubre sin haber mencionado la privatización.

Es muy preocupante ver la forma como continúa la financiación del Banco Mundial a los países en desarrollo. Por ejemplo, el objetivo de un préstamo de US$300 millones para Egipto, aprobado en junio de 2009, es reducir los gastos públicos en la vivienda al tiempo que expande el papel de las compañías privadas de hipotecas con subsidios gubernamentales. Políticas similares produjeron burbujas especulativas de vivienda en Europa Oriental (ver Boletín 63) que explotaron en la crisis financiera y causaron un tremendo daño económico.

En un momento de sinceridad en un seminario en Estambul, Tam Bayoumi, empleado del FMI, admitió que en el pasado el Fondo había aceptado la creencia común de que los países ricos estaban bien regulados, y que la crisis financiera forzaría el acercamiento de las IFIs al sector financiero y el cambio de las regulaciones. Vemos así que las ideas de Lin sobre el sector financiero podrían ya estar produciendo las primeras grietas en el apoyo del Banco a la globalización financiera sin restricciones.