Una disputa entre la administración de Estados Unidos y algunos de los accionistas de bajos y medianos ingresos del Banco muestra las tensiones resultantes de las conversaciones sobre el clima de Copenhage. Al tiempo que el Banco exhibe inversiones de ‘energía limpia’ en sus proyectos en curso para el 2010 continúa invirtiendo en proyectos a gran escala de combustibles fósiles.
Durante las negociaciones de Copenhage, la Tesorería de Estados Unidos calladamente envió una Nota directriz a los bancos multilaterales del desarrollo (MDBs – Multilateral Development Banks) sobre los países en desarrollo y la generación de energía utilizando carbón. La Nota recalca que los MDBs deberán buscar la demanda de fuentes de energía sin o de bajo carbono. La Nota también incluye procedimientos paso a paso de lo que desea sigan los MDBs para asegurarse de que están dando debida atención a las opciones sin o bajas en carbono, antes de aprobar la generación de energía con base en el carbón, o antes de modernizar proyectos.
Sin embargo, nueve directores ejecutivos del Banco Mundial (EDs – executive directors), representando a varios países de bajos y medianos ingresos, enviaron una enojada carta a Robert Zoellick, presidente del Banco, protestando contra el intento de Estados Unidos de usar su influencia como el mayor accionista del Banco, para dirigir las operaciones de la institución. Tres de los firmantes fueron India, China y Arabia Saudita. La carta recuerda a Zoellick que ‘el Banco previamente ya había reconocido la primacía del Marco de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático (UNFCCC UN Framework Convention on Climate Change).
If the US wishes to accelerate the deployment of clean energy in developing countries, let it also pay its fair share of the incremental costs of moving away from coal
Stephen Kretzmann de la ONG Cambio del Petróleo Internacional (Oil Change International) dice, ‘esta carta es una defensa del multilateralismo y de la autoridad de la ONU, y un ataque al unilateralismo de Estados Unidos. Parece ser una reacción al proceso de Copenhage y a la insistencia de Estados Unidos sobre la centralidad del Banco.’
La directriz de Estados Unidos ha producido opiniones conflictivas entre los accionistas del Banco Mundial sobre la medida en que el Banco debería continuar haciendo préstamos para financiar los proyectos de combustibles fósiles. En la medida en que el Banco Mundial comienza las negociaciones de este año de la Revisión de la Estrategia Energética (ver Boletines 67 y 68), algunos ambientalistas han dado la bienvenida a esta iniciativa como una señal política de que Estados Unidos está tomando seriamente el apoyo a la implementación de proyectos de bajo carbono en los países en desarrollo.
La carta de los EDs cita el Marco Estratégico del Banco sobre el Desarrollo y el Cambio Climático (SFDCC – Strategic Framework on Development and Climate Change), ver Boletín 62 – el cual dice que ‘el Banco podría apoyar a los países miembros para desarrollar nuevos proyectos de carbón, sujeto a ciertas condiciones prescritas.’ A comienzos de febrero de 2010, la Junta discutió la Nota directriz para el Personal para la elección de proyectos de carbón según el criterio del SFDCC, la cual podría ser revisada. Sin embargo, de acuerdo con la carta, el Banco ya respondió a la directriz de Estados Unidos al abandonar el Proyecto Energético de Carbón Thar en Pakistán.
La objeción de la carta de los EDs, que los países en desarrollo tuvieran que usar préstamos para financiar fuentes de energía renovable más costosas es una clara referencia al fracaso de Copenhage de proveer financiación para el cambio climático (ver Boletín 69). La carta afirma que bajo el UNFCCC, ‘el costo de incremento de tales medidas de mitigación será cubierto con las subvenciones de asistencia provistas por los países en desarrollo.’ Raman Mehta de ActionAid India, añade, ‘Los países desarrollados no están pidiendo el derecho a crear más polución. Están defendiendo su derecho al acceso a la energía. Si Estados Unidos desea acelerar el despliegue de la energía limpia en los países en desarrollo, que también contribuya con su justa parte del incremento de los costos para alejarse del carbón.’
La personalidad dividida del Banco
Al tiempo que el Banco busca posicionarse como una institución apropiada para la financiación climática futura (ver Boletín 69), también está tratando de mover su atención lejos de las inversiones de los combustibles fósiles. El Banco ha anunciado el aumento de su financiación a la energía renovable y eficiente en un 40 por ciento de su portafolio del sector de la energía en el 2009 (ver Boletín 68), y los observadores han notado que esto incluye la modernización de plantas de carbón.
Sin embargo, un análisis del promedio de préstamos al sector energético durante tres años (2007-2009), por la ONG Centro de Información del Banco, muestra una cifra promedio anual de US$2.200 millones de inversiones anuales en combustibles fósiles, incluyendo US$470 millones en carbón, mientras que solo hay una inversión de US$780 millones en las energías renovables (ver Boletín 68). Además parece que esto continuará, ya que está en espera la aprobación del Banco Mundial al préstamo de US$3.000 millones a la compañía eléctrica Eskom de Sur África para completar una planta con carbón de 4.800 megavatios (ver Boletín 65).
El Banco recientemente también aprobó un préstamo de US$180 millones a India para la renovación y modernización de unidades generadoras de energía con combustible de carbón, en los estados de Haryana, Maharashtra y Bengala Occidental. Además los patrocinadores del gasoducto de Nabucco, diseñado para llevar gas del Asia Central a Europa, han informado que se dirigieron al brazo del sector privado del Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional, para un proyecto de US$1.500 millones.
Al mismo tiempo los Fondos de Inversión climática han empezado a desembolsar préstamos. Los desembolsos recientes del Fondo para la Energía Limpia (CTF – Clean Technology Fund) han incluido US$500 millones para la energía renovable y eficiente en Sur África y US$750 millones en la financiación de cinco programas de energía solar concentrada (CSP – concentrated solar power) en Algeria, Egipto, Jordania, Marruecos y Túnez.
El Banco empeora la maldición de los recursos
Un reciente informe del Grupo de Evaluación Independiente (IEG – Independent Evaluation Group) sobre el fallido programa del oleoducto y desarrollo petrolero Chad-Camerún, resalta el pasado oscuro del Banco Mundial en inversiones de combustibles fósiles, confirmando las críticas de largo tiempo de la sociedad civil (ver Boletínes 49 y 56). El informe encontró que ‘el desarrollo de la pobreza no había sido monitoreado adecuadamente, una seria deficiencia para un programa cuyo principal objetivo era la reducción de la pobreza a través de los ingresos del petróleo,’ y que durante el período de financiación ‘la bonanza de los ingresos petrolíferos fue asociada con un resurgimiento del conflicto civil y un empeoramiento del gobierno.’ Las lecciones del oleoducto de Chad-Camerún serán importantes para la revisión de la estrategia energética tanto como para la revisión de las salvaguardas de la CIF (ver Boletín 67).