Un informe reciente del Grupo de Evaluación Independiente del Banco Mundial (IEG – Independent Evaluation Group) sobre el análisis de la Pobreza y el Impacto Social (PSIA – Poverty and Social Impact Analysis) encontró problemas de implementación y un impacto ‘insignificante’ para la capacidad de los países en desarrollo, haciendo eco a las críticas recibidas durante mucho tiempo de la sociedad civil.
Las PSIAs fueron introducidas en el 2002 como consecuencia de los pedidos de la sociedad civil por un análisis sobre los impactos de las políticas de ajuste estructural (ver Boletines 30, 28). Se supone que deben realizarse antes de la implementación de todos los proyectos o programas de reforma que vayan a tener un posible ‘impacto significativo distribucional’. El análisis luego debe informar el consejo y el diseño políticos.
El informe IEG estudia los documentos publicados por el Banco Mundial a mediados de 2009 sobre la efectividad de las PSIAs a nivel de país, y los vínculos entre las PSIAs y los préstamos de desarrollo político (ver Boletín 66).
Objetivos no cumplidos
El informe IEG evaluó tres objetivos declarados de las PSIAs: Influenciar las políticas nacionales; apoyar el desarrollo de la capacidad nacional para el análisis político, e influenciar las operaciones del Banco.
Se revisó casi la mitad de las 156 PSIAs apoyadas por el Banco en los años fiscales entre 2002 y 2007. En una quinta parte de éstas no se identificaron los objetivos a ser alcanzados. A pesar de que una tercera parte afirmó haber tratado los tres objetivos, el informe dice que “el perseguir los múltiples objetivos operacionales de la PSIAs puede crear tensión y producir expectativas poco realistas sobre lo que puede lograr una PSIA.”
La evaluación también reconoce la dificultad de la medición en forma tal que las PSIAs puedan contribuir a la política nacional debido a los muchos factores que la pueden influenciar. Sin embargo el informe no comenta sobre si la inhabilidad de cualificar este objetivo arroja dudas sobre la validez de la PSIA.
El informe en forma crítica concluye que en promedio la contribución de las PSIAs a la capacidad analítica de los países en desarrollo es insignificante, y que “carecen de recomendaciones políticas además de que no contribuyen al debate político o a la toma de decisiones en el país.” De acuerdo con el IEG, los cronogramas inadecuados hacen imposible el fortalecimiento de la capacidad gubernamental para el análisis político y que el personal del Banco trabaja con las PSIAs sin una estrategia para lograr ese objetivo. El personal también carece de una comprensión común sobre los objetivos y procesos de la PSIA, por lo cual hay grandes variaciones y frecuentes incumplimientos de la guía de buena práctica.
Los casos de estudio de la evaluación de los países están llenos de semejantes fallas. Por ejemplo, las tarifas de la energía y los programas de subsidio en Ghana no incluyen los acercamientos a favor de las personas pobres sugeridas por la PSIA, y además están llenos de disparidades de opiniones entre el personal responsable por la PSIA y aquellos responsables por las intervenciones en la energía.
Débiles recomendaciones
A pesar de la gravedad de algunas de las críticas, la evaluación del IEG no hace muchas recomendaciones para el progreso. El informe IEG recomienda que:
- El personal del Banco comprenda mejor el acercamiento de la PSIA
- Los objetivos PSIA sean identificados y vinculados con los resultados esperados
- La PSIA esté mejor integrada en los Programas de Asistencia de País del Banco Mundial, y
- Se asegure una mejor calidad utilizando revisiones, evaluación y monitoreo regional.
Sin embargo, Nora Honkaniemi de Eurodad, la ONG de Bruselas afirma que estas recomendaciones no hacen mucho para responder a las críticas de largo plazo sobre la ineficacia de los procesos actuales. Basándose en las críticas de un documento del 2007 por una coalición de ONGs (ver Boletín 58), ella asevera que las PSIAs deben ser lideradas por los países antes de tomar decisiones sobre la reforma política, que los resultados deben informar un debate público, y que se debe tratar en forma real y genuina de hacer una investigación de la variedad de opciones políticas, y que la PSIA debe ser un requisito de los préstamos para la política del desarrollo.
Eurodad en su crítica del informe IEG insta a los gobiernos a considerar sus contribuciones para el reabastecimiento de la AIF (ver Boletín 70) para que insistan que las PSIAs lideradas por los países sean utilizadas en todos los préstamos apoyados por la AIF, y que tengan un gran impacto de contribución, y que presionen al Banco Mundial para asegurarse de que la PSIA sea conducida en una forma apropiada que refuerce el sentido de pertenencia de los países.”