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¿Cambia su mantra el FMI?

Controlen el capital y no la inflación

23 abril 2010

Después de cuatro décadas de promoción de políticas de enfoque en tasas de inflación muy bajas y de flujos de capital sin restricciones, la crisis financiera mundial ha provocado un nuevo debate sobre la ideología del FMI.

En febrero de 2010, Olivier Blanchard, economista jefe del FMI, planteó en una nota una posición personal técnica del FMI: Repensando la política macroeconómica, donde dice que "el comportamiento de la inflación es mucho más complejo de lo que se suponía en nuestros sencillos modelos." Días más tarde, otro miembro del personal indicó que "los controles de capital son una parte legítima de la caja de herramientas para gestionar los flujos de capital en determinadas circunstancias."

Estas admisiones son un reverso significativo de un acercamiento histórico del FMI a la política macroeconómica. A finales de la década de 1990 los países ricos presionaron para una modificación del Convenio Constitutivo del FMI, que definía el propósito de la institución, para promover en forma explicita los flujos de capital sin restricciones (ver Boletín 46, 9). Tan recientemente como noviembre de 2009, Dominique Strauss-Kahn, director gerente del FMI, criticó los esfuerzos de Brasil para regular los flujos de capital, indicando que él no recomendaría estos controles "como una prescripción estándar" (ver Boletín 68). Sin embargo, la crisis financiera, que afectó por igual tanto a países desarrollados como a los países en desarrollo, ha exigido un replanteamiento de la economía tradicional del FMI.

Metas cambiantes para los bancos centrales

Blanchard puso en duda la prioridad de la política macroeconómica moderna de mantener una inflación muy baja, sugiriendo que los bancos centrales en las economías avanzadas deben tener como objetivo una tasa de inflación del 4 por ciento, en lugar de la meta convencional del 2 por ciento. Una mayor tasa de inflación permitiría tasas de interés mayores. "Si los gobiernos hubieran tenido más espacio para recortar las tasas de interés y adoptar una política fiscal más expansiva, también hubieran podido responder mejor a la crisis", dijo Blanchard.

Contrariamente al pensamiento tradicional del FMI que promueve las metas de inflación como el único objetivo de los bancos centrales, el estudio sostiene que "los bancos centrales de las pequeñas economías abiertas deberían reconocer públicamente que la estabilidad del tipo de cambio es parte del objetivo de su función."

Reconociendo que las bajas tasas de interés pueden haber contribuido a la crisis financiera conduciendo "a un endeudamiento excesivo o a una toma de riesgos excesiva", Blanchard señala la importancia de los bancos centrales para garantizar la estabilidad financiera, mirando los precios de los activos y los agregados del crédito. El documento sostiene que los precios inmobiliarios inflados y un consumo excesivo pueden ser más dañinos que la inflación subyacente, la cual fue estable en el período anterior a la crisis financiera. El informe sugiere, sin embargo, que utilizar regulaciones sería preferible a que los bancos centrales utilizaran la política de la tasa de interés para hacer frente a las burbujas de los precios de los activos.

El informe desató feroces críticas de los banqueros centrales de los países ricos. Jean-Claude Trichet, titular del Banco Central Europeo, dijo: "La caja de Pandora debe permanecer cerrada. El debilitamiento de nuestro objetivo de estabilidad de precios no está en debate." Sin embargo, en una conferencia de febrero de 2010, Duvvuri Subbarao, gobernador del Banco de la Reserva de la India, sugirió que los bancos centrales deberían considerar los precios de los activos para garantizar la estabilidad financiera, porque los países en desarrollo enfrentan a menudo las consecuencias de los desequilibrios mundiales a los cuales no han contribuido. 

El economista chino Zhu Andong de la Universidad de Tsinghua dice que al tiempo que "el FMI se está moviendo en la dirección correcta con su cambio de actitud hacia las metas de inflación, la institución debería ir más lejos. Tal vez deberíamos cambiar las metas de inflación por metas de empleo, o por lo menos combinarlas." Añade que "en las últimas tres décadas el gobierno chino no adoptó las metas políticas de inflación del FMI, y yo me siento realmente orgulloso de ello."

Finalmente aceptados los controles de capital

El papel del personal en los controles de capital ha examinado la experiencia de los gobiernos que han regulado los flujos de capital, y encontró "que el uso de controles de capital ayudó a evitar algunos de los peores resultados de crecimiento relacionados con la fragilidad financiera."

Concretamente, los autores encontraron que el PIB había bajado menos de forma pronunciada durante la crisis financiera en los países que ya contaban con políticas de ese tipo. El informe cita los impuestos de Brasil sobre los flujos especulativos y las políticas seguidas por Chile, Colombia y Tailandia que exigen que los flujos de capital a corto plazo deban ir acompañados de un depósito en el banco central. El estudio acepta la visión, largamente sostenida por ONGs y académicos críticos, de que "los grandes flujos de capital podrían llevar a un excesivo endeudamiento exterior y a la exposición de moneda extranjera, posiblemente alimentando las bonanzas del crédito interno (sobre todo de tipo de cambio de los denominados préstamos) y de burbujas de activos (con significativos efectos adversos en el caso de un repentino revés)" (ver Boletines 67, 66).

La nota sin embargo, advierte contra el "excesivo" uso de los controles y sostiene que los controles de capital deben ser "temporales", advirtiendo que su "amplio" uso puede tener "distorsionantes" efectos y que, a largo plazo, los controles "pierden eficacia." Además, el documento tiene poco que decir sobre cómo se vería un sistema eficaz de control de las entradas de capital, y no ofrece ningún consejo sobre cómo los países pueden diseñarlos.

Kavaljit Singh, de la ONG india Grupo de Investigación del Interés Público (Public Interest Research Group), dice que "el renovado interés en los controles de capital por parte del FMI es un desarrollo positivo." Sin embargo, advierte que "toda la sabiduría que percibe los controles de capital como una medida temporal,  como una separación a corto plazo y como una rápida solución para hacer frente a las corrientes de capital volátil es poco probable que tenga éxito. Más bien los controles de capital deben considerarse como uno de los instrumentos de política en manos de los gobiernos para perseguir la adopción de una política económica autónoma, junto con el crecimiento y la estabilidad financiera."

Para que las ideas presentadas en estas notas del personal lleguen a formar parte de la política oficial del FMI la Junta necesitará apoyarlas. La cuestión de los controles de capital será discutida en el contexto de la revisión del mandato del FMI, prometiendo una buena discusión en la junta (ver Boletín 70). Hasta la fecha, la junta no tiene previsto examinar la cuestión de las metas de inflación.