La Junta Ejecutiva del FMI ha estado discutiendo la forma como realiza sus negocios a través de cuatro documentos. A pesar de las crisis financieras, económicas y de la deuda que demuestran el fracaso de la presente arquitectura financiera, no hubo consenso sobre la necesidad o la forma de realizar la reforma.
A finales de mayo de 2010, el Consejo discutió posibles opciones para mejorar el sistema monetario (ver Boletín 70). A pesar de recientes fluctuaciones en el valor de las divisas, y del documento político del Fondo diciendo que “el presente sistema tiene serias imperfecciones que exponen el sistema a riesgos y choques”, la mayoría de los directores ejecutivos “observaron que el presente sistema ha demostrado su resistencia.” Hubo una profunda diferencia entre los miembros de la Junta sobre asuntos clave, incluyendo el marco multilateral para la gestión del flujo de capitales, las multas para los países con desequilibrios persistentes de sus cuentas actuales, y el rol de los derechos especiales de giro (ver Boletín 65). Sin embargo, sí estuvieron de acuerdo en el rechazo de una nueva divisa internacional.
A mediados de abril de 2010, la Junta consideró varias propuestas para la reforma de la caja de herramientas financieras del FMI, incluyendo cambios en la Línea Flexible de Crédito (FCL – Fexible Credit Line) [ver Boletín 65], y la introducción de nuevas facilidades (ver Boletín 70). El segundo documento consideró algunas sugerencias radicales para el Fondo, incluyendo la garantía de la deuda soberana, los préstamos contra colaterales en vez de la condicionalidad política, y la adquisición por parte del Fondo de la deuda soberana en los mercados secundarios. Aunque la Junta estuvo de acuerdo en que “las limitaciones de la caja de herramientas actual necesitan ser mejoradas”, éste solo convino en introducir mejoras a la FCL, y en apoyar “una mayor participación del Fondo en los arreglos financieros regionales”, como sucedió en Europa (ver Boletín 71).
Por otro lado, la Junta también discutió en abril de 2010, los documentos sobre la vigilancia multilateral y del sector financiero. Los miembros de la Junta le pidieron al Fondo que buscara nuevas formas de realizar el trabajo analítico sobre los “desbordes externos” (outward spillovers) o sea el impacto que las políticas domésticas de países importantes tienen sobre otros países, y también la estabilidad sistémica. La Junta también convino en la recolección periódica y el uso de los datos sobre las compañías financieras y los mercados, en principio, para hacer obligatorio el Programa de Evaluación del Sector Financiero (ver Boletines 57 y 15) para países importantes.
Al analizar la razón por la cual el FMI no pronosticó la crisis financiera, el antiguo director ejecutivo argentino del FMI, Héctor Torres, advirtió que “la fe ilimitada en la capacidad auto regulatoria de los mercados… parece estar en la raíz del fracaso del Fondo al no ver lo que no estaba buscando.”
La consulta pública del FMI sobre la revisión de su mandato concluyó a mediados de mayo de 2010. Kunibert Raffer, profesor de la Universidad de Viena, enfatizó que para prevenir la excesiva acumulación de reservas, el FMI debería obedecer su Convenio Constitutivo, que estipula el derecho de controlar los flujos del capital, aun en forma explícita, restringiendo el uso de los recursos del Fondo en la financiación de flujos especulativos externos.” El Proyecto Bretton Woods, ONG de Londres dice que el FMI necesita enfocarse “en la reforma del sistema monetario internacional; la vigilancia de las políticas de los países sistemáticamente importantes; y en proveer acceso rápido, y financiación incondicional a los países que están enfrentando la crisis.”
Propuestas a la consulta sobre el mandato del FMI (IMF mandate consultation submissions)