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El trabajo agrícola del Banco apoya “una nueva forma de colonialismo”

29 junio 2010

Grupos de la sociedad civil advierten que los principios voluntarios para la inversión agrícola en países en desarrollo, lanzados por el Banco Mundial y otras instituciones en abril de 2010, son una pantalla para la promoción de los intereses de inversionistas a costa de la población huésped.

En una conferencia a finales de abril de 2010, el Banco y las agencias de la ONU publicaron una nota de discusión, “Principios para la inversión agrícola responsable con respeto a los derechos, los medios de vida y los recursos.” Basado en parte en el estudio en curso del Banco sobre la adquisición de tierras a gran escala, estos principios alimentarán la consulta que puede generar directrices o normas de práctica. Los principios incluyen el respeto a los derechos existentes a la tierra y los recursos naturales; el fortalecimiento de la seguridad alimentaria; la transparencia y la rendición de cuentas; la consulta plena; y la generación de impactos sociales y ambientales positivos.

Aunque este documento reconoce que el cumplimiento y protección a los marcos existentes es “limitado”, también sugiere que las directrices o normas resultantes de estos principios deben ser monitoreadas en forma independiente, pero su implementación depende de la preocupación de los inversionistas sobre su propia reputación, y no hay un rol definido del gobierno o de la sociedad civil.

Los principios “legitimizarían y promoverían el ‘raponazo de la tierra’ “

La ONG, Amigos de la Tierra Internacional, advirtió que estos principios “legitimizarían y promoverían el ‘raponazo de la tierra’, “una nueva forma de colonialismo”. Una coalición internacional de organizaciones de la sociedad civil que incluye el movimiento social “La Vía Campesina” y la ONG GRAIN, advirtió que los principios no mejoraran la seguridad alimentaria, por el contrario, “su objetivo es distraer la atención del hecho de que la crisis global de alimentos actual, marcada por el hambre diaria de mil millones de personas, no será solucionada por la agricultura industrial a gran escala, promovida por este tipo de adquisición de estas tierras.”

La coalición también advierte que “el raponazo de la tierra” viola el Acuerdo Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU. 

Junta del Banco promueve el “el raponazo de la tierra”

Un nuevo informe del grupo de pensadores del Instituto de Oakland en Estados Unidos, mira más profundamente cómo la asistencia técnica y los servicios de asesoría del Grupo del Banco Mundial para los inversionistas y los gobiernos de los países en desarrollo facilitan el “raponazo de la tierra”, o sea la adquisición extranjera de la tierra en otros países  (ver Boletines 68, 62).

El informe afirma que la Junta del Banco es poco crítica de la inversión extranjera, prioriza las ganancias para los inversionistas sobre las consideraciones ambientales, y dice estar “preocupada por los mercados de la tierra en la medida en que influencian la inversión climática y en últimas el crecimiento económico.”  Por ejemplo, el proyecto Servicio de Asesoría para la Inversión Extranjera del Banco  en otros países (IAB – investing across borders) mide la facilidad para establecer y operar negocios de propiedad extranjera, pero no presta  “ningún interés a los indicadores IAB que consideran la medida en que las poblaciones locales serán afectadas en estos países.”

El consejo del Banco y los servicios desarrollados en respuesta a las quejas de los inversionistas han producido grandes cambios legales en los países en desarrollo. En el sur de Sudán, por ejemplo, el veto de inversionistas potenciales fue removido y la movilidad de la inversión aumentada, y como consecuencia más de un millón de hectáreas de tierra han pasado a las manos de los inversionistas desde el  2008.

El informe también recopila evidencia de que la tierra en uso frecuentemente es calificada como tierra baldía, y por lo tanto disponible para los inversionistas, en contravención de las leyes agrarias acostumbradas. Esto puede llevar al desalojo y a la pérdida de medios de vida. Un indígena Anuak de Gambella, Etiopía, dice que, “Las compañías extranjeras están llegando en cantidad, quitándole a la gente la tierra que ha sido suya por siglos.” El informe pide que la CFI – Corporación Financiera Internacional (IFC – International Finance Corporation), el brazo privado del Banco, sea investigada y que se le pida rendición de cuentas por estos impactos. 

Programa para la seguridad alimentaria

Los grupos de la sociedad civil dan la bienvenida a una representación más fuerte en el comité directivo del Programa de Agricultura Global y Seguridad Alimentaria, un fideicomiso multi donante manejado por el Banco (ver Boletín 70). También piden que se tome la decisión de no usar la controversial Evaluación Institucional y de Política Nacional  (ver Boletín 43), como indicador de la buena política medioambiental en los países receptores. Sin embargo, Neil Watkins, de la ONG ActionAid USA,  dice que las preocupaciones continúan sobre la negligencia respecto al género y la insuficiencia de las salvaguardas en la propuesta de la CFI para la ventana del sector privado del programa. 

Nota de discusión sobre los principios para la inversión agrícola responsable (Principles for responsible agricultural investment discution note)

tinyurl.com/principlesnote

La inversión agrícola equivocada: el papel de la CFI en el raponazo global de la tierra [(Mis) investment in agriculture: the role of the IFC in the global land grab]