Mientras que el FMI ha puesto su atención en la revisión de su mandato y la reforma de su gobierno, ha estado prestando menos atención a su política hacia los países de bajos ingresos. Las ONGs están preocupadas pues parece ser que el FMI de nuevo está promoviendo la austeridad fiscal y restringiendo la inversión necesaria para alcanzar los objetivos sobre la pobreza.
Un estudio detallado a través de varios países sobre el impacto de la crisis financiera y los programas del FMI en los presupuestos de países de bajos ingresos (LICs), revela planes para importantes recortes en los gastos en 2010. El informe de la investigación, publicado en julio de 2010 por el grupo de pensadores británicos Development Finance International y ONG Oxfam Internacional, estudió los resultados de 2009 y los presupuestos de 2010 de 56 países pobres, para ver cómo se comparaban con los gastos necesarios para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODMs).
Al tiempo que el estudio elogia el estímulo producido por un aumento de los déficits en dos tercios de los países en 2009, también encontró que “en 2010, los déficits están configurados para reducirse a la mitad y no a causa de la recuperación o el aumento de los ingresos. Los países con programas del FMI están recortando más rápido que otros: la mitad de los países africanos y el 75 por ciento de otros LICs con un programa del FMI están recortando sus gastos, aunque la mayoría necesita aumentarlos masivamente para poder alcanzar los ODMs en la fecha límite de 2015.”
the de facto message to donors is very clear: no need to scale-up aid
El informe describe un ‘agujero fiscal ‘ creado por la crisis financiera, pero dice que hay formas de llenar ese hueco. Con base en los índices de la deuda y las variables macroeconómicas, descubre que casi todos los países examinados tienen espacio para absorber y gastar más ayuda, y que algunos de ellos podrían pedir más dinero prestado o elevar más los ingresos internos. El informe recomienda que el FMI “se asegure de que los países con programas del FMI (y otros) donde está proporcionando asesoramiento político no recorten sus gastos en 2010 y 2011 y que por contrario gasten más para que puedan alcanzar los ODMs y abordar el clima climático.”
¿Gastar o no gastar?
El documento de antecedentes del FMI presentado a las Naciones Unidas a mediados de septiembre para la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, se enfoca en un mayor crecimiento como una condición previa para la reducción de la pobreza. El documento argumenta “que para enfrentar una futura volatilidad, los países [de bajos ingresos] deberían reconstruir su política de reservas al tiempo que se van recuperando.” Define la ‘política de reservas’ como incluyendo: déficits fiscales bajos, déficits de cuentas corrientes, mayores reservas internacionales, deuda baja y baja inflación.” Esencialmente el FMI está propugnando porque no haya ningún aumento de gastos gubernamentales sin incrementos en los ingresos, y afirma que “la reconstrucción de la política de reservas y acelerar el avance hacia los ODMs son objetivos coherentes.”
Un documento de trabajo del FMI en julio, que no representa la política oficial de la institución, describe el modelo utilizado para proyectar el impacto de la escala de la ayuda, de acuerdo con las promesas hechas por los países ricos en la reunión del G8 en Gleneagles en 2005. También añade matices a posiciones del FMI en el gasto y la absorción de la ayuda (ver Boletín 57). El documento argumenta que en algunos casos no tiene sentido gastar toda la ayuda, pero que en otros casos oleadas de acumulación de ayuda como reservas extranjeras pueden ser perjudiciales. Una conclusión clave es que “un mejor acercamiento podría ser redirigir los esfuerzos para incrementar rápidamente la eficiencia de la inversión pública para disfrutar de los beneficios del aumento de la ayuda.”
Los críticos del Fondo manifestaron su insatisfacción, especialmente respecto al enfoque dado a la ayuda en la Cumbre MDG. Rick Rowden, un investigador en la Universidad de la India Jawaharlal Nehru, dijo que “el mensaje para los donantes fue muy claro: no hay necesidad de escalar la ayuda”, “hasta que los países puedan utilizar el dinero de la ayuda en la forma más eficiente.”
La reunión informativa de la ONG Red del Tercer Mundo (Third World Network) para la Cumbre MDG, advirtió que los préstamos del FMI estaban acompañados de “condiciones para la austeridad fiscal, endurecimiento de la política monetaria y una asignación de prioridades en la amortización de la deuda y el mantenimiento de cuentas del capital abiertas. Este enfoque de estabilidad macro predominantemente sirve a los acreedores, los inversionistas y los mercados, a menudo a expensas de las políticas macroeconómicas orientadas hacia el desarrollo.”
También se puede ver el debate entre el FMI y sus críticos en el Diario Internacional de Servicios de Salud (International Journal of Health Services) a lo largo de la primera mitad del año. Una propuesta innovadora que salió de la serie de artículos fue que el FMI llevará a cabo las evaluaciones del impacto de la salud en todos sus programas. Esto les permitiría ver y evaluar el efecto de las políticas económicas de los países prestatarios sobre la salud de los ciudadanos de ese país, con especial atención en las consecuencias distributivas.