En medio de la desaceleración del crecimiento económico mundial el FMI dio la bienvenida a la consolidación fiscal, a pesar de las advertencias de que en Europa y en los países en desarrollo las políticas de austeridad y los impuestos al consumo están amenazando la recuperación y perjudicando a los más vulnerables.
Irlanda es el último país de Europa en enfrentar la intervención del FMI en su economía. A finales de noviembre, el país fue el primero en utilizar la Facilidad para la Estabilidad Financiera Europea, acordando un paquete de rescate de tres años con la Unión Europea y el FMI. Se espera que el acuerdo llegue a un total entre €80 mil millones (US$110 mil millones) y €90 millones, el cual será destinado para hacer frente a la crisis bancaria del país y a los problemas fiscales. Nessa N ‘ Chasaide de la ONG Coalición Deuda y Desarrollo de Irlanda, dijo: "Está claro que los préstamos de la UE y el FMI no son para rescatar a los irlandeses, sino a los bancos europeos que prestaron en forma tan imprudente a los bancos irlandeses, y para evitar el contagio de la crisis de Irlanda a través de Europa."
Al tiempo que se negocian las condiciones asociadas al programa de préstamos de Irlanda, una nota de posición del personal del FMI a finales de noviembre, ‘Elevando el crecimiento de la eurozona,’ identifica recortes al salario mínimo nacional y a las prestaciones por desempleo como una prioridad para la recuperación económica de Irlanda.
A pesar de los recortes masivos a los salarios y a los empleos del sector público, Grecia no pudo cumplir con el objetivo de déficit fijado por la UE y el FMI (ver Boletines 72, 71) . El organismo de estadística de la UE proyectó un déficit del 9,4 por ciento este año, sobrepasando el 8,1 por ciento previsto. La economía griega se redujo en un 4,5 por ciento en los últimos 12 meses y se especulaba en forma generalizada a principios de noviembre que Grecia iba a pedir un aplazamiento de la devolución de la deuda más allá de 2015. Costas Lapavitsas de la Universidad de Londres, dijo que "el programa de austeridad en Grecia está fallando, pues con más recortes anunciados para 2011, la recesión será aún más profunda. Grecia necesita salir del programa de austeridad del FMI y de la UE tan pronto como sea posible."
Por otro lado, en Rumania la oposición es cada vez mayor contra las políticas de consolidación exigidas por el FMI al gobierno (ver Boletines 72, 69, 68, 67). La misión del FMI a mediados de octubre en Bucarest fue recibida por una huelga de 4.000 trabajadores del Ministerio de Finanzas contra los recortes salariales. La delegación del FMI instó al gobierno a oponerse a las demandas sindicales de aumentos al salario mínimo, que actualmente es de menos de €150 al mes. La misión aprobó el aumento del impuesto al valor agregado (IVA) para alimentos de primera necesidad al 24 por ciento, adoptado por Rumania durante el verano, y advirtió contra cualquier cambio en el sistema fiscal en el futuro próximo.
Los países de bajos ingresos en peligro
A principios de noviembre la junta directiva del FMI discutió los nuevos desafíos de la crisis global para los países de bajos ingresos. A pesar de observar que estos países "habían visto la mayor caída" de sus economías en cuatro décadas, "empujando a 64 millones de personas más en la pobreza extrema para finales de 2010", la junta elogió su "capacidad de recuperación", ya que el PIB había "continuado siendo positivo" en las dos terceras partes de los países durante la crisis.
El informe identifica la importancia de reconstruir "la política de topes", principalmente la reducción de los déficit fiscales, como la prioridad para los países de bajos ingresos "emergiendo de la crisis global" (ver Boletín 72). Mientras que el FMI proyecta que los países pobres mantendrán o incluso aumentarán el gasto público, los grupos de la sociedad civil han criticado estas estimaciones ya que miden en términos reales, en lugar de hacerlo en relación con el PIB. Bhumika Muchhala de la ONG Red del Tercer Mundo con sede en Malasia, dice: "Esto marca una diferencia, ya que, al tener en cuenta todos los impactos de la crisis, por ejemplo, las descargas de comercio exterior, las necesidades financieras de los países de bajos ingresos también aumentaron."
Un informe de UNICEF a principios de octubre, que revisó los gastos en 126 países en desarrollo, plantea preocupaciones sobre el tiempo que toma el ajuste fiscal y las medidas como las reformas a la ley del salario, la eliminación de subsidios alimentarios y la reducción de recursos para los insuficientes sistemas de protección social. Viendo que "un número significativo de países de bajos y medianos ingresos … están apretando o planean ajustar el gasto público en 2010-11", UNICEF se preocupa ya que "las medidas de ajuste que los países eligen para lograr la consolidación de los gastos pueden tener una repercusión directa para el gasto social y las personas pobres," ponen en riesgo el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y "obstaculizan en gran medida la demanda interna para asegurar un crecimiento orientado hacia el empleo."
En una carta a finales de octubre, la ONG internacional Oxfam expresó su preocupación ante el FMI acerca de su programa de préstamos en Sierra Leona (ver Boletín 69). El Fondo presionó al gobierno para evitar aumentos en los salarios de los trabajadores de salud, después de que Sierra Leona puso en marcha una importante iniciativa para proveer el cuidado de la salud básica y gratuita a las madres embarazadas, lactantes y niñas/niños menores de cinco años de edad. El FMI además recomendó la adopción de un impuesto al consumo. Oxfam se preocupa de que la recomendación del Fondo no "identifica los riesgos asociados a la aplicación del impuesto, incluyendo más riesgos para la población de Sierra Leona que ya sufre de una alta carencia alimentaria y es altamente vulnerable."
Cortes universales para los animadores
Mientras que el Panorama Económico Mundial del FMI en octubre proyecta una reducción del crecimiento económico en 2011 y expresa su preocupación por la "fragilidad" de la recuperación económica mundial, su Monitoreo Fiscal de principios de noviembre revela que la consolidación presupuestaria pública está definitivamente en marcha. En 2010, el 60 por ciento de los países encuestados redujo sus déficit fiscales y el 90 por ciento planea hacerlo en 2011. El informe comenta que "este ritmo de ajuste es adecuado en términos generales" y acoge con satisfacción el hecho de que "la gran mayoría de los planes de ajuste se piensan con base en los gastos."
Sin embargo, el informe Trabajo en el Mundo 2010, de la Organización Internacional del Trabajo advierte que si las políticas de ajuste fiscal persisten, la recuperación del desempleo a los niveles previos a la crisis se retrasará hasta 2015 en las economías avanzadas, en lugar de 2013 como se había proyectado el año pasado.