En el período previo a las negociaciones del clima de Cancún, el Banco utilizó una conferencia sobre la agricultura y el clima como plataforma para expandir sus actividades agrícolas vinculándolas a sus intereses en los mercados de carbono, a pesar de la nueva evidencia de los problemas con la inversión en el sector.
La Conferencia Mundial Sobre Agricultura, Seguridad Alimentaria y el Cambio Climático, a finales de octubre en La Haya fue copatrocinada por el Banco. La Conferencia que culminó con un resumen no vinculante de la presidencia holandesa con una importante contribución del Banco, fue criticada por grupos de la sociedad civil respecto a sus pretensiones de establecer un ‘mapa de ruta para la acción’. Antes de la Conferencia, más de 100 organizaciones de la sociedad civil firmaron una declaración expresando su preocupación por la falta de transparencia, participación y consulta con los gobiernos, las/los agricultores y los grupos de la sociedad civil. Los grupos pidieron a los organizadores que promovieran un cambio de enfoque, del enfoque industrial al de la agricultura ecológica, y llamaron la atención sobre la adaptación del sector de la agricultura al cambio climático. También hicieron un llamamiento para promover la financiación pública en lugar de confiar en los mercados de carbono, así como la aplicación de las recomendaciones de la Evaluación Internacional de los Conocimientos Agrícolas, la Ciencia y la Tecnología para el Desarrollo (IAASTD – International Assessment of Agricultural Knowledge, Science and Technology for Development), que el Banco copatrocinó (ver Boletín 67).
"El proceso de la IAASTD generó recomendaciones importantes sobre la agricultura ecológica, pero el Banco está tratando de dejar de lado ese proceso para legitimar el apoyo de su agenda de llevar la agricultura a los mercados de carbono a través de la conferencia de La Haya", dijo Lim Li Lin, de la ONG internacional Red del Tercer Mundo.”Está claro que el Banco estaba a la cabeza en la creación del ‘mapa de ruta’ y que no estaba muy interesado en garantizar un proceso con una discusión a fondo, o en tener a la gente adecuada en la sala", añadió.
En un comunicado en la conferencia de La Haya, los participantes de la sociedad civil pusieron de relieve que ésta carecía de la legitimidad de un proceso de las Naciones Unidas, en el que todos los gobiernos tienen una participación en la discusión y que ésta podría socavar o impedir las negociaciones en curso en las Naciones Unidas para la Convenio Marco sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Los signatarios del comunicado incluyeron a Ayuda en Acción, Red del Tercer Mundo, Instituto de Política Agrícola y Comercial y la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica.
En la conferencia el Banco demostró interés en crearse un nicho tanto en cuestiones agrícolas como climáticas, cuando Andrew Steer, el enviado especial del Banco para el cambio climático, presentó un discurso clave sobre ganancias triples, "las políticas y programas que primero, aumentarán la productividad agrícola y los ingresos; segundo, harán más resistente la agricultura a las variaciones climáticas; y tercero, ayudarán a que el sector agrícola sea parte de la solución." Como parte de estos esfuerzos, el Banco lanzó su primer fondo para la captura de suelos y carbono en Kenia – un área que el presidente del Banco, Robert Zoellick, ha destacado como una nueva frontera para el Banco. El proyecto generará créditos de carbono, que luego serán vendidos al Fondo de Biocarbono administrado por el Banco, el cual ha estado operando desde 2004, comprando créditos de carbono de una variedad de usos del suelo y de proyectos forestales.
Casi el 90 por ciento del potencial para mitigar los impactos climáticos de la agricultura se encuentra en la captura de carbono del suelo. De acuerdo con ‘Agricultura Genial’ (Cool Farming), un informe de 2008 de la ONG Greenpeace Internacional, la mayoría de los efectos de la agricultura en el cambio climático viene de un uso intensivo de fertilizantes y de la crianza de ganado. Según Doreen Stabinsky, profesora de la Universidad del Atlántico, el proyecto del suelo de Kenia es el primer ejemplo de un modelo en el que los países del Norte buscan compensar los efectos de sus prácticas, mediante la compra de créditos generados por prácticas más sostenibles en los países en desarrollo.
"La mercantilización del carbono está impulsando el interés del Banco Mundial en estos temas y está poniendo prioridades torcidas en los países en desarrollo", dijo Stabinsky.”El Banco está tan centrado en la captura de carbono y los mercados de carbono que está pasando por alto los importantes recursos que deben ser movilizados para las necesidades de adaptación en la agricultura del Sur para garantizar la seguridad alimentaria."
El financiamiento del Grupo del Banco Mundial a la agricultura aumentó en un 60 por ciento en los últimos seis años y se duplicó en África, según un comunicado de prensa del Banco en octubre. En los últimos meses, ha habido controversia sobre la política de préstamos de la Corporación Financiera Internacional (CFI), [brazo del sector privado del Banco], debido a su apoyo a las inversiones agrícolas a gran escala a expensas de las comunidades locales (ver Boletín 72). El enfoque del Banco en la agricultura fue examinado en un informe de octubre del Grupo de Evaluación Independiente (IEG – Independent Evaluation Group), órgano de evaluación independiente del Banco. Al tiempo que el Banco cambia su enfoque hacia las posibilidades de la agricultura en los mercados de carbono, la más importante conclusión general del informe es que "para obtener el máximo provecho de los recientes aumentos en el financiamiento para la agricultura y la agroindustria, el Grupo del Banco Mundial debe aumentar la eficacia de su apoyo al crecimiento de la agricultura y la productividad en las economías basadas en la agricultura."
El informe destaca una serie de cuestiones institucionales en el Banco (ver Boletín 58). Éstas incluyen la conclusión de que el Banco se ha visto obstaculizado por la falta de una estrategia clara sobre la agricultura, en particular en el África Subsahariana; por una disminución en las habilidades relacionadas con la agricultura, entre el personal del Banco en la última década; y por deficiencias en el seguimiento y evaluación de los proyectos agrícolas. El informe también señala que la agricultura podría hacer una contribución importante al empoderamiento de género y a la sostenibilidad del medio ambiente. Sin embargo, se ha dado mayor atención al género en el diseño de proyectos que en la ejecución práctica.