La Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo del sector privado del Banco fue criticada por su modelo de negocios, por su creciente uso de intermediarios financieros tales como bancos, por su financiación de las empresas asociadas con los paraísos fiscales, y por su polémico informe Haciendo Negocios (Doing Business).
Un informe de noviembre por la ONG de Bruselas, Eurodad, ‘Desarrollo desviado’ (Development Diverted), revisa las actividades de la CFI en los países de bajos ingresos desde 2008. El informe estima que casi dos tercios del apoyo de la CFI en este período fueron para empresas de países ricos, y menos de una quinta parte fue a las empresas de los países más pobres.
El informe también encuentra que "cuenta más la opinión del departamento de industria en la sede de la Corporación Financiera Internacional en Washington que la de las autoridades del país sobre los proyectos que merecen el apoyo financiero. Los funcionarios de inversiones de la CFI buscan activamente las oportunidades de negocios, impulsados con demasiada frecuencia por los rendimientos financieros en vez de responder a las demandas y necesidades de los países en desarrollo." El informe reitera las críticas respecto al enfoque débil de la CFI sobre los resultados del desarrollo, la falta de adicionalidad, y el escaso monitoreo y evaluación, todo lo cual fue respaldado por otro informe en abril. ¿Lo esencial, Una Vida Mejor? (Bottom Lines, Better Lives?), por seis ONGs incluyendo a Action Aid International y la Red del Tercer Mundo, (ver Boletín 70), así como por el Grupo de Evaluación Independiente, órgano de evaluación independiente del Banco (ver Boletín 62).
Al mismo tiempo un documento informativo de noviembre, de las ONGs el Proyecto Bretton Woods y Fundación Ulu, ‘¿Ojos que no ven, corazón que no siente?’ (Out of sight, out of mind?), crítica los préstamos de la CFI a través de intermediarios financieros tales como bancos y fondos de capital privado, los cuales representan más de la mitad de todos los compromisos de la CFI en el último año financiero. El documento critica la falta de transparencia de los préstamos de intermediarios financieros y considera que "la forma en que la CFI evalúa los posibles impactos sociales y ambientales es altamente insuficiente, y significativamente peor que las instituciones comparables."
En una conferencia de finales de noviembre organizada en Londres por las ONGs ContraPeso (CounterBalance) y el Proyecto Bretton Woods, fueron resaltados los problemas particulares de los préstamos de la CFI y otros a través de firmas de capital privado. Doton Oloku, un investigador independiente de Nigeria sostuvo que el capital privado "no tiene lugar como canal para las instituciones financieras de desarrollo."
Al mismo tiempo, las críticas pasadas sobre la insuficiencia de la CFI incorporando los derechos humanos en sus políticas y prácticas de préstamos (ver Boletín 72) fueron resaltadas por un panel de discusión de octubre en Washington, organizado por Amnistía Internacional, el Instituto de Recursos Mundiales y otros.
¿La CFI apoyando los paraísos fiscales?
La CFI enfrenta fuertes críticas después de firmar un acuerdo de préstamo de US$40 millones con Petra Diamonds Limited en septiembre, a pesar de las preocupaciones sobre los antecedentes y la situación fiscal de la empresa.
El préstamo de la CFI será utilizado para financiar una expansión de tres años de la mina Williamson, de 70 años, en Tanzania. Un artículo de noviembre por Khadija Sharife, corresponsal en el sur de África para el Informe sobre África, publicado en Noticias Pambazuka, afirma que de acuerdo a la estructura corporativa del grupo "todos los ingresos de la producción serán canalizados a través de Willcroft Company Limited, una empresa cien por ciento de propiedad intermedia con sede en las Bermudas, un paraíso fiscal, antes de ser remitidos de nuevo a Williamson Diamonds Limited (Tanzania)." El artículo también afirma que "Tanzania no es el único país que ha canalizado recursos a través de un paraíso fiscal: Las minas Petra en Sudáfrica, su bastión principal, también transfiere ingresos a través de Cullinan Holdings Limited con sede en las Islas Vírgenes Británicas, y los ingresos de la exploración de la empresa en Sierra Leona son igualmente pasados a través de una entidad con sede en las Seychelles. "
En octubre, varias ONGs incluidas Eurodad y la Red de Justicia Fiscal enviaron una carta a Lars Thunell, director de la CFI, en respuesta a una declaración del Grupo del Banco Mundial de abril sobre el uso de los centros financieros extraterritoriales, más comúnmente conocidos como paraísos fiscales. La carta sostiene que "la posición de la nueva política no es congruente con las posiciones recientes y las declaraciones de accionistas importantes [Grupo del Banco Mundial] en la lucha contra los flujos ilegales y la evasión fiscal." La carta pide un procedimiento de diligencia debida para realizar un escrutinio de todos los proyectos y operaciones con los centros financieros extraterritoriales, y que la CFI establezca un requisito obligatorio de parte de sus clientes donde estos deben informar de su volumen de negocios y ganancias país por país.
Controversia sobre Haciendo Negocios (Doing Business)
En noviembre, la CFI lanzó la edición 2011 de su controvertido informe Doing Business (ver Boletines 67 y 66) el cual fue recibido críticamente dentro y fuera de la organización.
La Unión Internacional de Sindicatos (CSI), un crítico de larga data de la metodología utilizada en el informe, pidió una "revisión completa". Según la CSI, el informe global "penaliza a los países que requieren algún tipo de contribución de los empleadores para el seguro de desempleo, la indemnización por accidentes del trabajo, las pensiones de vejez, la licencia de maternidad u otros programas de protección social". La CSI también afirma que el ‘indicador de pago de impuestos’ aboga por que las empresas deban estar exentas de todo tipo de impuestos.
De acuerdo con David Bosco en Foreign Policy, una revista estadounidense, el informe dio lugar a un acalorado debate en una reunión de octubre de los directores ejecutivos del Banco. Los países emergentes con crecimiento acelerado de sus economías y asientos en el directorio del Banco han señalado que su éxito económico no se refleja en la clasificación del Banco; por ejemplo, Brasil ocupa el puesto 127, e India el 134. El director ejecutivo brasileño, Rogerio Studart, dice el informe está "prestando un mal servicio",
y sostiene que tiene un enfoque ideológico. Luego añadió, "Siempre me ha llamado la atención la gran propaganda alrededor de este informe, y la presión que se pone en los gobiernos al utilizar sus clasificaciones para adoptar reformas, como si esas reformas pudieran resolver algunos problemas fundamentales que, en mi opinión, no pueden resolver".