Se renueva el debate sobre la reforma de la liberalización de los estatutos del FMI, al tiempo que las economías emergentes amplían sus herramientas para gestionar activamente las corrientes financieras internacionales para hacer frente a las oleadas.
A mediados de diciembre de 2010, Corea del Sur introdujo un nuevo impuesto sobre los préstamos en moneda extranjera. En enero de 2011, Brasil adoptó nuevos requisitos de reserva sobre las posiciones de los bancos nacionales de divisas, e incluso el Banco Central de Chile (bien conocido por su enfoque de no intervención a su tipo de cambio flotante) intervino en su mercado de divisas. Mientras que Corea del Sur tiene como objetivo principal proteger su sistema bancario de los riesgos monetarios, Brasil y Chile están tratando de contener la presión de la fuerte apreciación de los tipos de cambio que dificultan la tarea de los exportadores para competir en los mercados internacionales.
En un informe de mediados de enero de 2011, ‘Controlando los flujos calientes del capital para proteger la economía real’ (Curbing hot capital flows to protect the real economy), Stephany Griffith-Jones, de la Universidad de Columbia y Kevin Gallagher de la Universidad de Boston, señalan el importante papel de los países en la regulación de los flujos globales del capital Dado que los controles pueden cambiar los flujos financieros en los países que no los despliegan, «Estados Unidos podría introducir medidas para impedir que los flujos comerciales se desborden al resto del mundo, especialmente hacia los países en desarrollo. Esto podría lograrse poniendo un gravamen sobre estos flujos.»
Debates acalorados sobre el mandato del FMI
El directorio del FMI examinó, a mediados de diciembre de 2010, un documento de política largamente esperado (ver see Boletines 73, 72), sobre el papel del Fondo con respecto a los flujos transfronterizos del capital Los directores ejecutivos señalaron que «la volatilidad de los flujos del capital jugó un papel clave en la reciente crisis.» Mientras que los directores estuvieron de acuerdo en que hay una «necesidad de fortalecer el papel del Fondo en relación con los flujos internacionales del capital en consonancia con el mandato de vigilancia del Fondo, también subrayaron que «es necesario realizar una extensa labor analítica para desarrollar una visión coherente del Fondo e informar a la orientación política sobre los flujos del capital El resultado de este análisis consecuentemente influirá en la futura vigilancia bilateral y multilateral del Fondo, que será discutida por la Junta a finales de 2011.
La Junta expresó un fuerte desacuerdo respecto a la idea de modificar los estatutos del FMI para «dar jurisdicción al Fondo respecto a los controles del capital Esta fue una demanda que su gerencia respaldó con entusiasmo a mediados de 1990 (ver Boletín 11). Un «enfoque centrado en la liberalización», rechazado por la Junta hace más de una década, ahora está siendo propuesto como una opción en la agenda de diciembre de 2011. Este enfoque, «establece obligaciones específicas para los miembros sobre la liberalización de los movimientos del capital sujeto a garantías sólidas que permitirían la eliminación gradual de las restricciones, la exclusión de rutina o la aprobación de las medidas impuestas por razones de prudencia, y la aprobación temporal de restricciones impuestas por motivos de balanza de pagos y con fines de estabilidad macroeconómica.» «Un enfoque alternativo, más neutral, daría al Fondo la autoridad para obligar a los miembros a eliminar o imponer restricciones», dependiendo de lo que el Fondo considere apropiado.
Otro debate sobre el papel del Fondo en relación con los flujos del capital está previsto para el verano, después de que el personal del FMI haya realizado la labor analítica. Alexander de Cobham, de la ONG Ayuda Cristiana (Christian Aid) con sede en Londres, dijo «es increíble que estas personas crean que la institución que impulsó tanto la liberalización, mientras que la evidencia se iba acumulando de lo inapropiado de esta prescripción de política, ahora se esté reposicionando para asumir la ‘jurisdicción sobre los controles del capital Si hay alguna institución que se haya mostrado indigna de confianza para tomar decisiones basadas en la evidencia, más que en las ideas, en este importante ámbito político, esta institución es el FMI.»
¿Apoya la liberalización el G20?
A finales de enero de 2011, más de 250 economistas enviaron una carta al gobierno de Estados Unidos expresando su preocupación «con respecto a la medida en que los controles del capital están restringidos en el comercio de Estados Unidos y en los tratados de inversión». La carta afirma que «dada la gravedad de la crisis financiera mundial y sus consecuencias, las naciones necesitan todas las herramientas posibles a su alcance para prevenir y mitigar las crisis financieras. Nueva investigación apunta a un consenso de que las técnicas de gestión del capital deben ser incluidas entre las ‘medidas macro-prudenciales cuidadosamente diseñadas,’ con el apoyo de los líderes del G20 en la Cumbre de Seúl.»
Sin embargo la posición del G20 sobre el tema podría ser muy polémica. El presidente francés Nicolas Sarkozy, quien está presidiendo el G20 en 2011, expuso su programa a finales de enero, donde el sistema monetario internacional es una de las seis prioridades (ver Boletín 74). La versión en inglés de la agenda, que incluye la cuestión de los controles del capital afirma que «también se debe encontrar la manera de limitar las consecuencias negativas para la economía mundial de la excesiva volatilidad de ciertas monedas y una rigidez excesiva de otras.» Por el contrario, el comunicado de prensa francés dado a los periodistas se traduce como «El FMI debería tener un mandato sobre las cuentas del capital que no tiene en el momento. Esto podría tomar la forma de reglas multilaterales que apoyan la libre circulación de capitales, al tiempo que se permite la intervención del Estado en los casos de cambios masivos en los flujos.»