En el momento en que la preparación de la estrategia energética del Banco va llegando a su fin a mediados de 2011, crece la presión sobre la institución para incorporar las críticas de la sociedad civil en sus prácticas de préstamo actuales.
En una entrevista en enero de 2011, el enviado especial del Banco para el cambio climático, Andrew Steer, respondió a las acusaciones de que el Banco pone demasiado énfasis en la energía basada en los combustibles fósiles (ver Boletines 73, 72, 71, 70). En declaraciones a la emisora de radio alemana Deustche Welle, Steer dijo «hemos ido expandiendo masivamente nuestro apoyo para la energía renovable – no estamos en la ruta de expansión de la financiación del combustible de origen fósil en absoluto.»
Las cifras actuales sobre la financiación de energía del Banco, producidas por la ONG estadounidense Centro de Información del Banco (BIC – Bank Information Center – ver Boletín 72), contradicen las afirmaciones de Steer. Las cifras muestran que la financiación de combustibles fósiles, por parte del Banco, para el año financiero 2010, alcanzó un nuevo récord de US$6.600 millones, o sea, un 116 por ciento de aumento respecto al año anterior. En comparación, la inversión en energía renovable y en la eficiencia energética aumentó a US$3.350 millones, o sea, un aumento anual de sólo un 11 por ciento. La financiación para la energía basada en el carbón también alcanzó un alto récord de US$4.400 millones, o sea, un 356 por ciento de incremento anual.
Este continuo apoyo para el carbón es el principal foco de una campaña lanzada en enero de 2011 por la ONG Christian Aid, con el objeto de inducir al Banco a dedicar más financiación a la energía limpia y renovable que sí beneficie a las personas que viven en la pobreza.
Sarah Whittington de Christian Aid, caracteriza el enfoque actual del Banco para los préstamos de la energía como «un conjunto predominante de proyectos de combustibles fósiles a gran escala a través del sector privado, este es un enfoque que ha fracasado a menudo proporcionando energía a las comunidades pobres y reduciendo la pobreza. Estos proyectos que emiten más carbono ahora amenazan empeorar la vida de las personas pobres que viven en un clima cambiante.»
Acceso a la energía
Aunque el Banco a menudo ha proclamado la importancia de garantizar el acceso a la energía, el examen de los préstamos del Banco para la energía también ha puesto al descubierto la continua falta de enfoque en el acceso a la energía de los proyectos del Banco (ver Boletín 73). Steer afirma que los países en desarrollo «necesitan ampliar el acceso a la electricidad aún más rápidamente, sin embargo, todavía el 70 por ciento de África no tiene acceso a la electricidad.» Un estudio independiente de 26 proyectos de combustibles fósiles financiados por el Banco y recopilado por la ONG Cambiando el Petróleo Internacional (Oil Change International) en octubre de 2010, encontró que ni siguiera uno de los proyectos tenía un objetivo específico que garantizara el acceso a la energía para las personas pobres.
La crítica de la sociedad civil en contra del Banco ha coincidido con las recientes declaraciones de Jejomar Binay, vicepresidente de las Filipinas, sobre los méritos de invertir en la energía renovable. «No se trata sólo de la conexión, sino también del acceso a la energía. El Banco Mundial necesita cambiar rápidamente la utilización de recursos de las fuentes de energías contaminantes hacia el apoyo a los países en desarrollo para que estos puedan desarrollar la energía sostenible.»