Si bien las ambiciones oficiales son las de remodelar la arquitectura financiera mundial, el FMI aún no ha publicado una nueva reflexión sobre los flujos de capital, la discusión del G20 sobre los desequilibrios mundiales está sumida en la controversia, y el debate sobre un nuevo sistema monetario puede tomar la dirección equivocada.
Durante el último año hemos visto que se han abierto de nuevo las conversaciones sobre el papel de los flujos de capital en el desarrollo económico (ver Boletines 74, 73, 72). Para hacer frente a los efectos secundarios potenciales de los aumentos repentinos de los flujos financieros, el FMI y el Banco de Indonesia organizaron una conferencia de bajo perfil en Bali a principios de marzo de 2011. Fue "una oportunidad para la discusión de la evolución reciente de los flujos de capital y las prácticas para la gestión eficaz de tales flujos." No hubo representación de la directiva del FMI en la conferencia, y el jefe del Departamento de Asia del FMI, Anoop Singh, sólo participó una tarde en un panel.
El trabajo analítico del personal del FMI sobre la gestión de la cuenta de capital (ver Boletín 74) como "proyecto de directrices" para los controles de capital utilizado fue discutido en la reunión del directorio del FMI celebrada en marzo de 2011.
a chaotic slippage into the emergence of a multi-currency system
El documento de la junta, escrito por el departamento de política del FMI, reafirmó la posición reciente del FMI de que los controles de capital sólo se deben utilizar en circunstancias especiales. En él se especifica que sólo los países con reservas suficientes, con tipos de cambio que no estén infravalorados y una economía que se esté sobrecalentando deben tratar de usar los controles de capital.
Un documento de investigación de mediados de marzo de 2011 sobre los flujos de capital hacia los países en desarrollo con una perspectiva histórica, publicado por el grupo de pensadores intergubernamentales, el Centro del Sur, se pregunta "¿Terminará el auge actual en una bancarrota?" El documento argumenta que el enfoque del FMI hacia los controles de capital no puede proteger contra los riesgos de la volatilidad de los flujos a los países en desarrollo: "Los controles sobre las entradas y salidas deben ser parte del arsenal de la política pública, para ser utilizados cuando sea necesario y en las zonas y las dosis requeridas, en vez de ser introducidos como medidas ad hoc y de carácter temporal." El documento concluye, "la experiencia demuestra que cuando las políticas fallan en la gestión de los flujos de capital, no hay límite al daño que las finanzas internacionales pueden infligir en la economía."
Esa perspectiva parece ser compartida por Brasil. Según el Wall Street Journal, en una reunión de finales de marzo en China, Brasil "expresó sus dudas sobre las normas rígidas para el uso de los controles de capital, deseando mantener una mano más libre."
Un documento de trabajo de Kevin Gallagher, publicado por la Universidad de Boston, contiene un "análisis preliminar" de las tasas de interés y de cambio, éste "sugiere que Brasil y Taiwán han sido relativamente exitosos en la implementación de controles, aunque el éxito de Corea del Sur ha sido más modesto." Gallagher recomienda una coordinación mundial respecto "a la vigilancia de los controles de capital", el "establecimiento coordinado de controles de capital", y el "desmantelamiento del mosaico de obstáculos jurídicos a los controles de capital en los tratados de comercio e inversión."
Muchas organizaciones de la sociedad civil siguen siendo escépticas de que tales medidas sean respaldadas por el FMI. En una declaración a las Naciones Unidas a principios de marzo de 2011, la ONG con sede en Malasia, Red del Tercer Mundo, advirtió sobre el enfoque preconizado por Francia en el proceso del G20 (ver Boletín 74): "La posibilidad de la jurisdicción del FMI con las regulaciones sobre la cuenta de capital puede ser peligrosa. Los esfuerzos para unificar la compleja gama de políticas incluidas en los controles de capital no son apropiados en un mundo donde los países se encuentran en etapas muy diversas de desarrollo y por lo tanto existe la necesidad de espacio para la política nacional."
Filomeno St Ana III de la ONG Filipina, Acción para la Reforma Económica está de acuerdo en que "al tiempo que las normas internacionales son necesarias para abordar el desarrollo supranacional… éstas tienen que ser livianas."
Continúan los desequilibrios globales
El debate sobre los flujos de capital está estrechamente vinculado con el problema de los desequilibrios globales – los excedentes financieros grandes y persistentes y el déficit de algunos países. El FMI ha estado tratando de resolverlos por años sin tener éxito (ver Boletines 54, 53, 51). Justo antes de la reunión de los ministros de finanzas del G20, a mediados de febrero de 2011, el Banco de Francia publicó una revisión de Estabilidad Financiera con ensayos sobre los desequilibrios mundiales por todos los gobernadores de los bancos centrales del G20.
Zhou Xiaochuan, del Banco Popular de China, dijo que los desequilibrios globales son impulsados por los diferentes deseos nacionales relativos al ahorro y por las lecciones aprendidas de la crisis financiera asiática, cuando las organizaciones internacionales "fallaron cumpliendo con sus responsabilidades de regulación de los flujos de capital anormales… En su lugar, se impusieron condicionalidades excesivas y estrictas. "Axel Weber del Bundesbank alemán respondió diciendo que el "superávit de la cuenta corriente también fue causado por el hecho de que algunos países aplicaron ciertas políticas de tipo de cambio para apoyar artificialmente a sus sectores de exportación."
Si bien los países del G20 están de acuerdo en que los desequilibrios globales deben ser controlados, hasta el momento sólo han logrado seleccionar los indicadores para juzgar si existe un desequilibrio. En futuras reuniones se formularán directrices para la evaluación de los indicadores. Cualquiera que sea lo que el G20 convenga, es probable que se vuelva al FMI para la vigilancia. Por lo tanto ésta sirve como la reseña de vigilancia del FMI, realizada cada tres años, la cual está prevista para septiembre de 2011, un proceso potencialmente importante, especialmente en un momento donde muchos países en desarrollo todavía no confían en el FMI.
Todo se reduce al dinero
Al tiempo que gran parte del debate sobre los desequilibrios está dirigido al tipo de cambio chino, los esfuerzos hacia la reforma monetaria internacional (ver Boletines 74, 72, 70) aún tienen que generar un consenso en el FMI, o en el exterior.
A finales de marzo de 2011, a instancias del presidente francés del G20, China organizó un ‘seminario’ de un día de duración sobre la reforma monetaria internacional en Jinglar. Aunque el Ministerio de Relaciones Exteriores chino calificó la reunión como una discusión académica oficial, fue el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien inauguró el evento. Entre los participantes estaban el titular del FMI, Dominique Strauss-Kahn, ex jefes del FMI Michel Camdessus y Rodrigo de Rato, así como académicos y casi todos los ministros de finanzas del G20.
El gobierno francés puso en marcha un nuevo sitio web para el G20 (global currencies.org), con los numerosos documentos de antecedentes para el seminario, así como los documentos existentes del FMI y del G20. El G20 encargó al FMI que elaborara un informe para la reunión de ministros del G20 a mediados de abril, justo antes de las reuniones de primavera del FMI. Es poco probable que el informe contendrá un nuevo análisis que vaya más allá de los documentos que la junta del FMI discutió en diciembre de 2010 (ver Boletín 74).
El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, sostuvo en el Financial Times a mediados de febrero de 2011, que "con el tiempo la economía mundial tendrá que gestionar un sistema de múltiples monedas importantes", con base en "tipos de cambio flexibles, sin intervención." Este sistema orientado hacia el mercado va en contra de los llamamientos de los organismos de la ONU por un sistema de tipo de cambio más estable y coordinado (ver Boletín 70). Even Zhou, en su ensayo, pidió que "El sistema monetario internacional avanzara hacia la diversificación a largo plazo" en vez de abogar en forma explícita por un sistema de reserva de moneda única.
"Sin una reforma sustancial del sistema monetario no hay posibilidades de que los mecanismos de corrección de la recesión puedan reducir los desequilibrios globales y la creciente volatilidad de la moneda", sostuvo Aldo Caliari de la organización estadounidense Center of Concern "Desafortunadamente, sin fuertes señales de parte de los países mostrando que están dispuestos a participar en los constructivos convenios colectivos necesarios para lograr lo anterior, el escenario resultante por defecto es un deslizamiento caótico hacia la aparición de un probable sistema multimoneda."