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Energia para las personas pobres: Se insta al Banco Mundial que haga un corte limpio

14 abril 2011

Los políticos, analistas y activistas han dicho que el Banco debe revisar su propuesta  estrategia energética para establecer un rumbo claro para la reducción de la pobreza energética y apoyar el desarrollo de bajas emisiones de carbono. La credibilidad de la estrategia también está en riesgo debido a las nuevas inversiones de carbón del Banco bajo consideración. Un borrador de la estrategia debe ser considerado por la junta de un subcomité del Banco a mediados de abril de 2011, con otra ronda de consultas técnicas y en línea antes de una consideración completa de la junta en julio de 2011. Esta estrategia guiará los préstamos energéticos del Banco durante la próxima década y se espera que también influirá la política de otras entidades de crédito (ver Boletines 74, 67).

Una copia filtrada del borrador de la estrategia actual contiene algunas medidas que han sido bien recibidas, como un programa de energía del hogar y el fin a los préstamos del carbón en los países de medianos ingresos, lo cual satisface los pedidos de los grupos de la sociedad civil en el Sur y a sus contrapartes del Norte (ver Boletín 71). Sin embargo, este borrador también ha sido criticado por no concentrar los recursos limitados del Banco sobre los objetivos declarados de aumentar el acceso a la energía, especialmente para las personas pobres, y permitir también un desarrollo limpio. En lugar de dar prioridad a acciones que promuevan ambos objetivos, el borrador da preferencia a los grandes proyectos en aras de la eficiencia organizativa, admitiendo que está "algo en desacuerdo con el objetivo de intensificar las actividades en áreas que tienden a ser pequeñas donde hay muchos proyectos potenciales – tales como la energía solar, eólica, micro-hidroeléctricas… y la eficiencia energética.” Esto contradice los hallazgos de la Agencia Internacional de Energía 2010, de que la energía descentralizada y renovable ofrece la ruta más eficaz de acceso universal a la energía. Hay preocupación debido a importantes dificultades para la financiación futura de las finanzas del carbón, ya que sólo existen directrices generales para la financiación en los países de bajos ingresos.

El borrador de la estrategia no contiene nuevas restricciones en los préstamos para el petróleo y el gas, y no se impondrán límites reales o reducción de la financiación de los combustibles fósiles del Banco. Sin embargo, el Banco dice que estará dedicando el 75 por ciento de sus gastos a la “energía limpia” para el año 2015. No obstante, los observadores han expresado reiteradamente su preocupación acerca de la definición del Banco sobre lo que es la “energía limpia" (ver Boletín 71), la cual actualmente incluye grandes centrales hidroeléctricas y, potencialmente, la rehabilitación de plantas de carbón. La financiación del Banco para las hidráulicas aumentará, pero no se aplicarán las normas internacionales para prevenir o aminorar los impactos ambientales y sociales (ver Boletín 72). El Banco además se resiste a revelar su huella general de carbono.

El borrador actual de la estrategia energética tampoco da detalles sobre cómo el Banco mejorará el acceso a la energía limpia, asequible y fiable para las personas pobres en línea con su mandato de reducir la pobreza. No se han establecido objetivos para la reducción de la pobreza energética – sólo para aumentar el acceso a la electricidad en general. Alison Doig de la ONG británica Christian Aid, comentó que el Banco "no está tomando ningún riesgo y continúa con los negocios como de costumbre", y que básicamente sólo está cambiando un poco lo que hacía antes. A pesar de utilizar muchas palabras positivas y expresiones amables sobre las iniciativas de bajo carbono y el acceso a la energía, la estrategia para la entrega de ambos sigue siendo muy incierta."
Srinivas Krishnaswamy de la ONG de la India la Fundación Vasudha, sostiene que "el borrador de la estrategia debe tener un enfoque más claro sobre el acceso a la energía con la intención de aliviar la pobreza energética en la prestación de servicios de energía limpia, asequible y fiable para las personas pobres. El acceso a la energía debe ir más allá del simple suministro de electricidad a los hogares rurales, y debe satisfacer las necesidades diversas, tales como la comunicación y el abastecimiento de agua, así como velar por mejoras de los medios de vida."

Este borrador de la estrategia no va a satisfacer una Resolución del Parlamento Europeo de febrero de 2011, que pidió al Banco "dar prioridad al acceso a la energía en pequeña escala y a nivel local", asegurándose de que las comunidades "tengan acceso y se beneficien de la evolución del sector energético, incluyendo las fuentes de tecnologías de baja emisión de carbono y energía renovable."

¿Nueva financiación del carbón?

Las contradicciones entre la retórica de energía limpia del Banco y su práctica se profundizan, al tiempo que aumentan las preocupaciones de los grupos de la sociedad civil sobre el potencial de la financiación del Banco para nuevos proyectos de energía de carbón, especialmente en Kosovo. En 2006-2007 el Banco otorgó US$10.5 millones de asistencia técnica para desarrollar planes para un proyecto de US$20-60 millones que incluirá dos nuevas plantas de energía, y la rehabilitación y ampliación de una tercera. Agron Demi de la ONG de Kosovo Instituti GAP dijo, "los funcionarios del Banco y el Gobierno de Kosovo están diciendo que el único recurso de Kosovo es el lignito [carbón de grado inferior]. Sin embargo, no se ha realizado ninguna evaluación de fuentes alternativas como la eólica, o sobre cómo optimizar la eficiencia energética. Nos oponemos a los planes para una planta de gran potencia de lignito para producir energía para la exportación, porque las personas que viven cerca van a sufrir de problemas de contaminación y de salud."

Mientras tanto, un informe de marzo de 2011, de la ONG estadounidense Centro de Derecho Ambiental Internacional, sostiene que el préstamo de US$3 mil millones del Banco a la planta de carbón Medupi en Sudáfrica, el año pasado (ver Boletín 70), no tuvo en cuenta los costos económicos de sus impactos ambientales y de salud, contraviniendo así  las políticas del Banco.