Un nuevo programa del FMI para Portugal destaca la pesada condicionalidad adjunta a los préstamos. Mientras tanto, una gran, y muy pública lucha se está gestando sobre la deuda de Grecia.
A finales de mayo de 2011, el directorio del FMI aprobó un paquete de préstamos de €26 mil millones (US$38 mil millones) para Portugal, como una contribución al préstamo global de €78 mil millones, orquestado por la Unión Europea. El memorando de entendimiento de Portugal con la Unión Europea, negociado por un gobierno provisional sin un mandato popular (ver Boletín 75), tiene más de 200 condiciones asociadas, incluyendo los detalles menores de la política fiscal nacional. Durante todo el período de la negociación se dieron protestas masivas en Portugal en forma esporádica.
Las políticas económicas exigidas de Portugal son similares a las que el FMI solía imponer en África durante la época del ajuste estructural (ver Boletín 62), como las subidas de impuestos de valor añadido, la privatización de empresas estatales, un recorte del 5 por ciento en el nivel medio de todos los salarios del sector público, una reducción en el tamaño de la fuerza laboral del sector público, y la imposición de mayores tarifas a los usuarios de servicios de salud. El acuerdo también tiene condiciones inusuales, así como la reducción de: incentivos para las energías renovables, el número de municipios, y las cotizaciones sociales pagadas por los empleadores.
Un ataque contra la democracia y la soberanía nacional
La confederación sindical más grande en Portugal, la CGTP, describió el paquete como "Un ataque contra la democracia y la soberanía nacional, una capitulación clara ante la injerencia extranjera, una negación del desarrollo del país, y un asalto real a los trabajadores y el pueblo." El sindicato criticó en particular la propuesta de reducción del impuesto social único a cargo de los empresarios, como un debilitamiento del sistema de seguridad social.
A principios de junio de 2011, el primer ministro electo Passos Coelho, dijo, "nos sentimos muy ambiciosos sobre estas reformas estructurales, mucho más que lo establecido en el acuerdo (de rescate)."
Aunque el examen de la condicionalidad del FMI (ver Boletines 75 y 74) no tendrá en cuenta el programa de Portugal, porque llegó después de la fecha de corte en febrero de 2011, el préstamo plantea preguntas incómodas. En comparación con las más de 200 condiciones de la UE, el acuerdo del FMI con Portugal sólo tiene 22 condiciones estructurales. Sin embargo, muchas de éstas son en realidad paquetes de condiciones, tales como los planes de privatización de 10 empresas de propiedad estatal que aparece como una sola demanda. Además, la cofinanciación con la Unión Europea significa que el fracaso de los portugueses para cumplir con las condiciones de la UE, también se traduciría en una suspensión del préstamo del FMI.
La deuda griega en el centro de atención
Portugal firmó su préstamo con el FMI poco más de un año después de que Grecia se convirtiera en el primer país de la eurozona tomando préstamos del Fondo (ver Boletín 71). Sin embargo, el aparente fracaso del programa de Grecia puede obligar a un replanteamiento de las políticas en Europa. El programa griego del FMI y la UE supone que el país prestará de nuevo en los mercados de bonos en 2012, pero eso sería imposible, ya que el interés que Grecia tendría que pagar sería el doble en más de un 16 por ciento. A finales de mayo de 2011, las agencias de calificación crediticia habían reducido drásticamente la calificación de Grecia y evaluado la posibilidad de incumplimiento en un 50 por ciento.
Grecia no pudo cumplir con sus objetivos originales de déficit fiscal, ya que el gobierno continuamente ha venido cubriendo los gastos ocultos y además, no pudo recaudar más ingresos fiscales. A comienzos de junio de 2011, una misión conjunta del FMI y la UE acordó la entrega del tramo siguiente del préstamo griego, pero no concluyó un segundo paquete de medidas para cubrir la nueva financiación. La condicionalidad del programa actual fue aumentada, por lo que ahora se espera que el gobierno produzca €50 mil millones a través de la privatización, en vez de los €15 mil millones acordados en la última revisión (ver Boletín 75).
A principios de abril de 2011, la revista alemana Der Spiegel informó que el FMI había reconocido por fin que Grecia necesitaba reestructurar su deuda (ver Boletines 75, 73, 72) porque el programa de austeridad no podía tener éxito. La revista dijo que el Gobierno griego, el Banco Central Europeo y otros países importantes de la UE habían rechazado la posición del FMI en las negociaciones del programa. Después de la publicación del informe, el FMI negó que hubiera siquiera sugerido una reestructuración.
A principios de mayo de 2011, más de 400 activistas procedentes de Grecia y de todo el mundo se reunieron en Atenas para analizar las alternativas, tales como auditorías y el repudio de la deuda, incluyendo presentaciones sobre experiencias similares en Ecuador, Argentina y Brasil. La declaración final de Atenas sobre la deuda hace un llamamiento a los ciudadanos europeos a "desafiar las políticas de austeridad de la UE y el FMI, a oponerse al poder financiero internacional, y a rechazar la esclavitud de la deuda."
A finales de la revisión del FMI y la UE en mayo, la plaza principal de Atenas, situada en frente del edificio del parlamento, vio una gigantesca protesta de activistas sentados, la cual se convirtió en un campamento semi permanente. Con un mínimo de 30.000 personas en la plaza todos los días y hasta 200.000 en un fin de semana a principios de junio, la protesta se compara con los movimientos sociales que derrocaron a los gobiernos de Túnez y Egipto. La "Asamblea popular" votó que no iban a "dejar las plazas hasta que los que nos obligaron a venir aquí desaparezcan: los gobiernos, la Troika (UE, BCE y FMI), los bancos, los memorandos del FMI, y todos aquellos que nos explotan. Les enviamos este mensaje diciéndoles que ¡esta deuda no es nuestra!"
Islandia, por otro lado, aún no ha acordado la devolución total de la deuda para los acreedores de los bancos islandeses privados. El gobierno ha insistido en someter cualquier paquete de devolución a un referéndum, pero el voto más reciente en abril no recibió suficiente apoyo. El paquete del FMI continúa siendo implementado según lo planeado después de más de dos años (ver Boletines 71, 68, 67), a pesar de algunas de las demandas de los principales accionistas del Fondo por un reembolso total de los acreedores.
Los países europeos no son los únicos enfrentando la austeridad. Uno de los primeros documentos de mayo de 2011, del grupo de pensadores y expertos estadounidense con sede en el Centro de Investigación Económica y Política, dice que las deudas de Jamaica son insostenibles y que "las políticas macroeconómicas pro-cíclicas, ejecutadas bajo los auspicios del FMI, además, habían deteriorado los prospectos económicos recientes y actuales de Jamaica." Concluye diciendo que en Jamaica "esta combinación de políticas arriesga perpetuar un ciclo insostenible de recortes del gasto público, los cuales conducen a un bajo crecimiento, agravan la carga de la deuda pública y, finalmente, conducen a nuevos recortes y a un crecimiento aún más bajo.”