La crisis de la deuda soberana en la eurozona, donde Grecia necesita ahora una segunda ronda de préstamos, amenaza a las economías mayores como España e Italia. Al mismo tiempo los paquetes de préstamos respaldados por el FMI que exigen una drástica austeridad sin una suficiente rendición de cuentas de parte de los prestamistas, provocan la ira pública.
La pérdida de confianza del mercado en los gobiernos de la eurozona empezó a impactar a los principales actores a finales de julio de 2011, por lo que España e Italia ahora están enfrentando mayores costos sobre sus préstamos. En términos absolutos, Italia es el tercer país más endeudado del mundo, lo cual representa un problema para Europa y el FMI, ya que los mecanismos actuales de préstamos simplemente no son lo suficientemente grandes como para manejar las posibles necesidades de préstamos que Italia necesita. De acuerdo con el Financial Times, es más probable que el FMI esté dispuesto a dar préstamos a España porque "los funcionarios del FMI están bien dispuestos hacia el país. Sin embargo, la popularidad del primer ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero, se desplomó como consecuencia de un paquete de austeridad, lo que le obligó a anunciar en abril de 2011 que no se postulará para la reelección.
En Grecia, entretanto, se reiniciaron las masivas protestas callejeras en contra de las políticas de austeridad a principios de septiembre de 2011, después de un receso de verano. Grecia no pudo iniciar la emisión de bonos este año, según se había planeado en el paquete original con el FMI y la Unión Europea [UE] (ver Boletines 76, 75, 73, 71, 71). A finales de julio, los líderes de la eurozona acordaron, en principio, un segundo paquete de préstamos de € 109 mil millones (US$ 154 mil millones) para cubrir el déficit de financiación de Grecia, con nuevas condiciones y exigencias de austeridad. El FMI mantiene su silencio sobre si va a prestar más ya que ha proporcionado un tercio de la financiación de los programas anteriores.
El nuevo acuerdo no resuelve los problemas del país.
El acuerdo europeo ha girado alrededor de la medida en que los propietarios de bonos van a ser impactados, ya que el FMI ha insistido en una reducción de la deuda. Esto se está logrando a través de un canje "voluntario" de bonos, en el cual los propietarios de bonos griegos están intercambiando los bonos existentes por otros nuevos de igual valor nominal, pero que serán pagados en un período más largo. Esto reduciría el valor de los bonos en un 20 por ciento, mucho menos que el descuento del 50 por ciento que ya se ha visto en el comercio del mercado de bonos.
Esta demanda de reducción de la deuda por adelantado es poco usual para el FMI, pero los activistas no están satisfechos, diciendo que el acuerdo no reducirá la deuda griega a niveles sostenibles. En septiembre de 2011, Grecia anunció las cifras del PIB para la primavera las cuales mostraron una contracción del 7,3 por ciento anual. Esta profunda recesión no ha sido reflejada en el programa gubernamental de julio a mediano plazo, el cual ya prevé que el nivel de la deuda al PIB será de 172 por ciento en 2012. Costas Lapavitsas, miembro fundador de la Campaña de Auditoría de la Deuda Griega, explicó: "El nuevo acuerdo no resuelve los problemas del país. Los bancos privados se han visto obligados a aceptar que habrá un cumplimiento parcial, pero recibieron condiciones muy favorables de intercambiar la deuda vieja griega por la nueva. Al mismo tiempo, el programa de austeridad y la privatización seguirán su curso profundizando la recesión y empeorando la carga de la deuda."
Cephas Lumina, experto independiente de la ONU sobre deuda externa y derechos humanos, dijo: "La implementación del segundo paquete de medidas de austeridad y reformas estructurales… probablemente tendrá un serio impacto en los servicios sociales básicos y por lo tanto en el disfrute de los derechos humanos por parte del pueblo griego, en particular los sectores más vulnerables de la población." Él instó al gobierno que "tuviera en cuenta la primacía de las obligaciones de los Estados sobre los derechos humanos."
Resistencia en Portugal e Irlanda
Los medios de comunicación informan que 430.000 familias podrían perder su vivienda en Portugal debido a una condición de la UE (ver Boletines 76, 75) de eliminar las restricciones en el mercado sobre el alquiler de la vivienda. El costo de vida también está aumentando dramáticamente, con un aumento promedio del 15 por ciento en los precios del transporte público y un golpe del IVA del 5 al 23 por ciento en los servicios públicos básicos como la electricidad y el gas.
El principal punto del desacuerdo de los sindicatos portugueses es el corte de las contribuciones de impuestos de los empleadores a la seguridad social, la cual probablemente tendrá que ser financiada por un aumento en el impuesto al consumo. Según Nuno Teles, economista y editor de la página web Ladrones de Bicicletas, que hace seguimiento a la respuesta portuguesa a la crisis financiera, "a pesar de que los análisis oficiales mostraron que esta medida probablemente iba a profundizar la recesión, el gobierno se vio obligado a seguir adelante forzado por los acreedores de la UE y del FMI." Hay una huelga programada a comienzos de Octubre de 2011 para protestar "contra el empobrecimiento y la injusticia."
A principios de julio de 2011, el ministro de finanzas irlandés se quejó de que la UE y el FMI tendrían una ganancia de € 9 mil millones (US$ 13 mil millones) de los préstamos irlandeses, si el país prestara el total disponible de € 68 mil millones. A mediados de julio de 2011 hubo una erupción de protestas en Dublín contra los planes de austeridad cuando funcionarios del FMI y de la UE realizaban allí una revision del programa. A pesar de que Irlanda ha estado aplicando rigurosamente la política de la UE y el FMI, las tasas de crecimiento han ido disminuyendo, y al final de agosto de 2011, el desempleo alcanzó un nuevo récord del 14,4 por ciento. En mayo de 2011 los activistas irlandeses lanzaron una auditoría ciudadana de la deuda, la cual “está centrándose en particular en la deuda bancaria privada incluida dentro de la responsabilidad pública." Se espera la publicación de sus resultados en septiembre de 2011.
¿Debo quedarme o debo irme?
Está pendiente la pregunta de si sería mejor para estos países dejar la eurozona, en vez de tener que pasar por años de dolorosa recesión y de salarios reducidos para los trabajadores. El FMI, considerando la opinión de los países europeos, se ha negado a considerar públicamente esta posibilidad. Sin embargo, si la crisis de la eurozona continúa profundizándose, el Fondo no podrá continuar estando al margen del debate por mucho tiempo.