El IEG, Grupo de Evaluación Independiente del Banco Mundial, publicó su informe anual a finales de agosto de 2011, el cual de nuevo encontró déficits y resultados irregulares a través del Grupo del Banco Mundial. Si bien el liderazgo del Banco ha dirigido a la institución hacia un mayor trabajo en el sector privado, los resultados en el sector de la educación y la región del Medio Oriente y Norte de África (MENA – Middle East and North Africa) se han reducido sustancialmente.
Esta es la primera vez que el IEG combina en un solo informe sus informes anuales sobre la evaluación de los organismos del sector público del Banco con la evaluación de las ramas del sector privado: la Corporación Financiera Internacional (CFI) y la Agencia de Garantía Multilateral de Inversiones (OMGI). El estudio encontró resultados con clasificaciones similares tanto en el período de 2008 a 2010 como en el período de 2005 a 2007 (salvo en la región MENA), mientras que las clasificaciones de la CFI fueron satisfactorios en general aumentando a un 73 por ciento, en comparación con el 63 por ciento en el período anterior. Aunque las clasificaciones de los proyectos son altas en general, el rendimiento a nivel de país fue menor ya que sólo el 58 por ciento tuvo "importantes logros de los objetivos."
El IEG encontró "resultados muy irregulares" en materia de salud y educación, donde "el diseño del proyecto y la ejecución fueron demasiado débiles incluyendo: diseños demasiado complejos en relación con las capacidades locales; la falta de una necesaria aceptación por parte de una amplia gama de partes interesadas; el análisis inadecuado de la economía política y la consideración de los intereses creados; la falta de enfoques en secuencia; los marcos de resultados débiles; y el seguimiento y la evaluación insuficientes."
los objetivos d una educación de calidad sólo se lograron sustancialmente en menos del 50 por ciento de los proyectos
La evaluación también reveló que sólo el "56 por ciento de los proyectos de educación fueron calificados como satisfactorios, lo cual representa una reducción sustancial desde mediados de la década de 2000." Los peores resultados fueron sobre la calidad y la eficiencia ya que "los objetivos d una educación de calidad sólo se lograron sustancialmente en menos del 50 por ciento de los proyectos de educación, y los objetivos de eficiencia sólo se lograron y en el 38 por ciento de los proyectos." El trabajo de la CFI en materia de educación, el cual ha sido muy polémico debido a las posibles consecuencias no deseadas en el sistema de educación pública (ver Boletines 70, 56), también fue criticado por el IEG. Si bien hubo un aumento de cuatro veces en el financiamiento de la CFI en el sector, "sólo 4 de los 9 proyectos que fueron evaluados en los años fiscales de 2005 a 2010 tuvieron éxito." Este hallazgo también debe considerarse a la luz del hecho de que las calificaciones de éxito están determinadas por las propias evaluaciones internas del Banco, en vez de evaluaciones verdaderamente independientes a nivel de proyecto.
Los defensores del sector de la educación fueron sorprendidos por los resultados. David Archer, de la ONG ActionAid International, argumentó que a la luz de los resultados, "el Banco Mundial debería dejar de tratar de ejecutar sus propios proyectos especiales en la educación, y en su lugar mancomunar su financiación con otros donantes en la Alianza Mundial para el Fondo de Ayuda para la Educación, lo cual apoya a los ministerios de educación en su labor cumpliendo con sus propios planes acordados a nivel nacional del sector de educación."
En el ámbito de la salud, si bien hubo mejoras desde que el IEG publicó su evaluación del sector salud en 2009 (ver Boletín 66), "no hubo evidencia de que los resultados en salud de los proyectos apoyados por el Banco hubieran beneficiado a las personas pobres." Peor aún, “los préstamos y provisiones de personal para la nutrición y la población… disminuyeron drásticamente." La revisión del IEG sobre los abordajes sectoriales en el sector de la salud (SWAPs en inglés, ver Boletín 71), "no pudo encontrar los vínculos entre los abordajes y una mejora de los resultados de las estrategias nacionales de salud."
¿Se trata de la gobernanza?
El informe del IEG también incluye una nota de advertencia a aquellos que quieren que el Banco dé una fuerte respuesta con grandes préstamos a la región MENA a consecuencia de la ‘primavera árabe’ (ver Boletín 77, 76). Los resultados de los proyectos para esta región cayeron del 82 por ciento en el período anterior, al 54 por ciento entre 2008 -2010. El IEG culpa de esta caída a los problemas políticos en las operaciones en Irán y a la pérdida de interés del gobierno argelino en muchos proyectos planeados después de un aumento del precio del petróleo en 2005, lo cual aumentó los ingresos públicos.
El IEG tampoco calificó bien el trabajo del Banco contra la corrupción, encontrando que "en las recientes evaluaciones de los programas de país, 7 de cada 10 objetivos contra la corrupción no tuvieron resultados satisfactorios." A finales de agosto de 2011, el IEG publicó una evaluación separada del trabajo de país del Banco en materia de gobernanza y anticorrupción (GAC en inglés), lo que demuestra que a pesar de la nueva estrategia del Banco sobre el asunto en 2007, "durante el período fiscal de 2008 a 2010, la respuesta del Banco a los asuntos GAC en sus programas y proyectos de países ha demostrado una continuidad sin mejoras sistemáticas." Por otro lado, "la evaluación de las revisiones de escritorio y de los estudios de casos mostró que los registros del Banco en materia de lograr mejoras de la gobernanza en todos los países fueron limitados."