En el momento en que la nueva jefe del FMI y el director del Banco Mundial están bajo investigación judicial, las reformas del gobierno de las IFIs (instituciones financieras internacionales) continúan siendo lentas y controversiales.
El tiempo de servicio de Christine Lagarde como la nueva directora gerente del FMI, que comenzó en julio de 2011 después de un proceso defectuoso y apresurado (ver Boletín 76), nació en medio de la controversia cuando los magistrados franceses decidieron realizar una investigación en su contra en agosto de 2011, por "complicidad en la falsificación" y "complicidad en el abuso de los fondos públicos", cargos que pueden llevarla a una posible condena de 10 años en prisión, y a una multa de hasta € 150.000 (US$ 211,000). El caso se refiere al uso de Largarde de un tribunal de arbitraje a puerta cerrada para aprobar un pago de € 285 millones a Bernard Tapie, el empresario y confidente del presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuando fue la ministra de finanzas de Francia (ver Boletín 76). Sin embargo, este caso puede tomar varios años antes de que se llegue a una sentencia.
Un proceso no transparente
El consentimiento de China al dominio continuado de Europa sobre el máximo cargo del FMI tuvo un premio instantáneo, cuando Zhu Min, ex gobernador adjunto del Banco Central de China, fue nombrado para un puesto adicional de director general adjunto en el FMI, sólo días después del nombramiento de Lagarde. Estados Unidos también mantuvo su dominio en el segundo cargo, cuando el asesor de la Casa Blanca, David Lipton, fue nombrado como primer subdirector gerente. Ambos anuncios fueron dados a conocer sin que se hubiera realizado algún tipo de proceso de selección visible, socavando aún más la credibilidad de los compromisos anteriores de nombrar a todos los directivos a través de procesos abiertos y transparentes (ver Boletín 75).
Controversial el cargo de Estados Unidos
El nombramiento de Lipton será considerado con cautela, en particular por los críticos del FMI, los cuales recuerdan el papel que desempeñó como subsecretario de la Tesorería de Estados Unidos en Corea durante la crisis financiera asiática a finales de 1990. En El Aleccionador (The Chastening), un recuento profundo de la crisis, Paul Blustein documenta cómo Lipton jugó un papel clave en la aplicación de fuertes condiciones económicas en Corea, las cuales llevaron a profundizar la crisis. Blustein también trabajó como asesor de Rusia, Polonia y Eslovenia en la década de 1990, cuando se aplicó la conocida "terapia de choque" administrada durante la transición post-comunista.
Mientras tanto, parece que Estados Unidos va a extraer otro beneficio más gracias a su apoyo a Lagarde: el mantenimiento de su control sobre el máximo cargo en el Banco. El Tesorero subsecretario de Estados Unidos para Asuntos Internacionales, Lael Brainard, dijo a un comité del Congreso en junio de 2011, que "el Banco Mundial se había beneficiado enormemente del liderazgo estadounidense en las últimas décadas," y que "sería un terrible costo para nosotros perder ese liderazgo en un momento en el que parece más importante que nunca."
Sarah Wynn-Williams de la ONG Oxfam Internacional denunció el proceso de selección del FMI como "una farsa", y agregó: "Hubo algo de retórica sobre la apertura, pero la decisión fue tomada antes de que los candidatos fueran entrevistados."
El MD del Banco Mundial en problemas
Mientras tanto, continúa la polémica respecto al Director General del Banco Mundial, Mahmoud Mohieldin – nombrado en septiembre de 2010 sin un proceso abierto y transparente (ver Boletín 72). Mohieldin, ex Ministro de Inversión en Egipto en los tiempos del derrocado dictador Hosni Mubarak, está siendo objeto de una investigación por el Departamento Fiscal Administrativo de El Cairo, sobre las denuncias que rodean la venta de bienes inmuebles públicos sin un proceso de licitación. Esto sigue a una sentencia de mayo del Tribunal Administrativo, la cual anuló la privatización del almacén más grande de Egipto, Omar Efendi, debido a "defectos" e irregularidades. En un blog de agosto de 2011, Michael Termini de la ONG, Proyecto de Responsabilidad Gubernamental (GAP) de Estados Unidos dice que, "la sentencia identificó específicamente al Ministro de Inversión (Mohieldin) como parte responsable." GAP ha solicitado ya tres veces al Banco que divulgue la información financiera de Mohieldin, pero todas las solicitudes han sido rechazadas. Según Termini, "el Banco Mundial parece estar curiosamente protegiendo a Mohieldin de la investigación."
El FMI avanza lentamente sobre el tema de las sillas
Mientras tanto, otras reformas prometidas por la directiva del FMI están yendo a paso de tortuga. Poco después de que el FMI anunciara la finalización del proceso de aprobación de la reforma del FMI sobre la votación acordada en 2008 (ver Boletín 60), el director ejecutivo de la India en el FMI, Arvind Virmani, disparó la primera ronda en la próxima revisión de la fórmula de cuotas del FMI, la cual deberá haber concluido para el 2013.
En un documento de trabajo del FMI, Virmani desmantela la fórmula actual para la determinación de los derechos de voto en el FMI, diciendo que hay "una gran brecha entre la realidad económica y las cuotas del FMI. La insatisfacción de la opinión pública mundial sólo puede ser reducida o eliminada si las cuotas son modificadas en forma que reflejen la actual realidad económica de rápida evolución." Él sigue argumentando, "si queremos una fórmula simple y transparente, entonces tiene que tener sólo dos variables: el tamaño relativo de las economías, medido por la proporción del PIB [en paridad con el poder adquisitivo]… del PIB agregado mundial… y la proporción de las personas pobres del mundo que viven en el país para reflejar su ‘voz’." La falta de una variable democrática en la fórmula actual de cuotas del FMI ha sido objeto de gran controversia (ver Boletín 60).
El acuerdo de 2010 del FMI para consolidar las ocho sillas en poder de los países europeos en seis (ver Boletín 72) aún no ha sido implementado. Los gobernadores africanos del FMI emitieron una declaración en Kinshasa, República Democrática del Congo, en agosto de 2011, reiterando su petición de una tercera silla para África en la Junta Ejecutiva del FMI. Cuarenta y cinco países africanos – que pronto serán cuarenta y seis con la adición de Sudán del Sur – están siendo representados por sólo dos consejeros ejecutivos, a pesar de que estos cubren con creces el mayor número de programas activos del FMI. Incluso la adición de una nueva silla africana todavía dejaría un promedio de 15 países por circunscripción, más que cualquier otro miembro de la Junta.